Paloma Cervilla.- El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha decidido morir matando. Después de hundir a esta formación política en dos elecciones generales y conducirlo al precipicio en los comicios gallegos y vascos, ahora ha decidido dinamitarlo con una voladura controlada maquiavélicamente diseñada.

Ni piensa asumir la responsabilidad política de los tres desastres electorales, ni ceder el paso para que otro dirigente ponga en marcha un proyecto distinto al suyo, que ya ha sido rechazado en las urnas.

Como si nada de lo que sucediera en el PSOE le importara, ni la crisis interna, ni el derrumbamiento de un partido histórico que es muy necesario para la estabilidad de España, Sánchez ha anunciado hoy una huida hacia delante en una insólita rueda de prensa, en la que parecía que nada de lo que ha sucedido fuera con él.

Se ha enfrentado abiertamente a los críticos, los ha retado a dar la cara y ha defendido la necesidad de liderar, ¡con 85 diputados!, una alternativa al PP, ¡con 137!, junto con Podemos y los independentistas. Una farsa imposible que hace dos meses dijo que no iba a impulsar

Su hoja de ruta no es más que una estrategia para sembrar de minas el PSOE y que salte por los aires: o él o el caos. imgres-3

Estas son las minas que va a ir poniendo en el PSOE en los próximos dos meses:

1 de octubre. Reunión del Comité Federal, en la que someterá a votación la necesidad de celebrar primarias para elegir al secretario general y un congreso después para ratificarlo. Por supuesto, él se va a presentar y ayer dio por hecho que su propuesta saldrá adelante.

23 octubre. Celebración de primarias en el PSOE.

2 y 3 de Diciembre. Congreso Federal para ratificar al nuevo secretario general.

Si Sánchez se sale con la suya, a final de año, del PSOE solo pueden quedar las cenizas.