Un ‘balconing’, 32.000 euros
Tras la caída de siete pisos desde los que se precipitó Jake, se rompió el cráneo, la muñeca y todos los dedos de la mano derecha. En su lógica ebria creyó que podría coger el mechero de sus vecinos de abajo. Cuando aterrizó en la terraza del hotel, la hamaca sobre la que cayó también quedó hecha añicos. Pero seguramente, reconocía él, le salvó la vida. Llamada a Emergencias, la sirena de la ambulancia, el cuerpo inmovilizado. Cuando entró en camilla por la puerta del hospital, su caso se clasificó como un balconing típico. De esos que movilizan hasta siete unidades médicas y en los que Baleares ha gastado 1,5 millones en los últimos cinco años, informa la edición balear de El Mundo.
«El concepto de balconing surge de los medios de comunicación, pero genera mucho interés desde un punto de vista médico porque no se había estudiado de forma separada al resto de politraumatismos», admite el especialista de Cirugía General y Aparato Digestivo de Son Espases, el doctor Juan José Segura. Porque Mallorca, destaca, es «el mayor foco mundial» de este fenómeno que consume tantos recursos sanitarios como económicos. Los casos aislados de Salou o Lloret y los de Sunny Beach, en la costa de Bulgaria, comparten el tipo de turismo al que se asocia, pero están a años luz en cifras.
El Servicio de Cirugía General que dirige el doctor Xavier González estudió durante meses esta práctica asociada al turismo de borrachera que ha ingresado en el hospital, según su registro, 47 pacientes en los últimos cinco años. A ellos se suman la decena de muertes asociadas en el mismo periodo.
La mayoría llegan con traumatismo craneoencefálico y medular y obligan a activar el conocido Código Trauma que moviliza a médicos de urgencias, cirujanos, intensivistas, anestesistas, radiólogos y personal de enfermería. Una atención médica unida a las exploraciones con radiografías, ecografías y TAC para detectar las posibles lesiones.
Por primera vez, la investigación de Segura ha puesto números al despliegue. En el último lustro, asegura, Son Espases ha destinado 1,5 millones a atender los casos de balconing. La media deja unos 32.000 euros por precipitado. A la labor sanitaria se suman las estancias hospitalarias en la Unidad de Cuidados Intensivos, cuyo promedio se sitúa en los ocho días pero puede extenderse hasta los 40.
En el perfil de precipitados que retrata el estudio -que ultima ya su publicación en una revista científica- la mayoría son hombres, de entre 18 y 30 años y de origen extranjero. De hecho, más de un 60% son de nacionalidad británica, frente a Sunny Beach donde predominan las víctimas de nacionalidad rusa y de países de Europa del Este. El IB-Salut factura esta asistencia a los turistas; sólo en 2015 el montante total ascendió a 21,8 millones. Sin embargo, el actual sistema de cobro hace que la recaudación se reduzca prácticamente a la mitad y tarde dos años en llegar a las arcas baleares.
«Muchos británicos vienen a Mallorca como un rito de iniciación, de entrada en la madurez. En algunos casos, sus padres también lo hicieron», apunta el doctor Segura. Y aunque descartan un efecto llamada por aquello de considerar el balconing como un fenómeno en sí mismo -el 60% de los casos se registra en verano-, sí destacan su vinculación al turismo low-cost, de masificación y rutas etílicas. En el 98% de los balconers detectan un consumo de alcohol muy elevado. En Ibiza, además se suma la droga.
«El balconing es una consecuencia del alcohol como lo es la cirrosis», sostiene el especialista. Sólo entre un 15 y un 20% son consecuencia de saltos voluntarios a la piscina. El resto, aclaran, son fruto «de malas decisiones». Como el mechero de Jake. Intentos de cambiar de habitación por el balcón o la bravuconería de las flexiones dominadas.
De forma paralela a la evolución de esta práctica casi suicida, Son Espases ha desarrollado el área de traumatología hasta convertirse en el centro de referencia de Baleares. No todos los politraumatismos que ingresan son consecuencia del alcohol. En el último lustro se han contabilizado 513 caídas desde altura; de ellas, 277 con balcón. Un 82,6% relacionados con accidentes laborales o intentos de suicidio.
javier no sabes ni lo que escribes!!!4 pisos, ni una mella,!!eso si!! 27 abriles menos.
Y por qué tenemos que pagarle nosotros la curación. Primeros auxilios, pasar la factura al país en cuestión y enviarlo a su país cuando esté medianamente consciente.
La pena es que no se quedan ahí estampados, así no habría gastos
¿desde siete pisos? eso no se lo cree nadie. Estaría hecho una masa amorfa y cadavérica. Mucho más lamentable de lo que aparece en la foto.
Yo le calculo así a ojo de buen cubero, unos tres pisos.
Lo lamento por sus padres y familia y por el gasto sanitario que ocasiona pero por el no, se lo ha buscado.