El ministro de Defensa belga, Steven Vandeput.

Los servicios secretos de Bélgica mantienen bajo vigilancia a medio centenar de militares belgas, según confirmó el Ministerio de Defensa belga al diario La Derniéure Heure, que lo atribuye a su supuesta pertenencia a grupos de extrema derecha, neonazis, salafistas o bandas de moteros.

El gabinete del ministro de Defensa, Steven Vandeput, del partido nacionalista flamenco N-VA, indicó que la medida afecta en total a 50 soldados, si bien no quiso confirmar la naturaleza de los grupos a los que son sospechosos de pertenecer esos militares.

“Su pertenencia a uno u otro grupo es una cuestión de libertad individual, pues son miembros en tanto que civiles y no en tanto que militares”, indicó al diario belga el comandante Olivier Severin.

En opinión de este alto cargo militar, “si el Gobierno no ha declarado al grupo ilegal, no podemos prohibirles que se unan”, si bien añadió respecto a ciertos colectivos que “se lo desaconsejamos” y que los servicios secretos mantienen una estrecha vigilancia sobre los sospechosos.

El miércoles, la prensa belga publicó que las autoridades habían llamado a rendir cuentas a cuatro militares sospechosos de pertenecer a la sección belga de la milicia de extrema derecha Soldados de Odín, de origen finlandesa, que se opone a la llegada de inmigrantes y dice “defender los valores occidentales”.

Hoy La Dernièure Heure informó de que, obligados a elegir entre este grupo y el servicio militar, los cuatro soldados implicados habían optado por dejar los Soldados de Odín.

Ese grupo de extrema derecha fue fundado en octubre de 2015 en la ciudad de Kemi, en la Laponia finlandesa, en respuesta a la llegada de miles de refugiados de Oriente Medio a través de la frontera con la vecina Suecia.