E. Uriarte.- Lo llamé “pataleta de los perdedores” en mi artículo anterior, dando por supuesto que en pocos días los barones corregirían a Pedro Sánchez (veremos si alguien corrige a C’s) y que el PSOE facilitaría la investidura de Rajoy con la abstención.

Pero pasan los días, y no sólo sigue sin aparecer la corrección de los barones sino que Sánchez prosigue en su escalada de torpeza e incompetencia. Ahora exige a Rajoy a que abra la reforma constitucional según cuenta El País, un medio al que, por motivos obvios de proximidad ideológica, hay que suponerle una buena información sobre el PSOE.

Es decir, Sánchez le dice a Rajoy que se busque la abstención de los nacionalistas dándoles una reforma constitucional que les agrade. O que emule la deriva independentista de los suyos, los del PSC, que ahora han salido con lo del referéndum independentista al estilo canadiense. O que no es suficiente con la deriva nacionalista de parte del PSOE y que se sume el PP y así serán más quienes trabajen por la ruptura de España.

Lo increíble es que aún quedan quienes sostienen a Sánchez con eso de que ha salvado los muebles del PSOE porque evitó el sorpasso, como si no hubiera vuelto a batir el récord del peor resultado histórico del PSOE y como si la negativa a facilitar la investidura de Rajoy no amenazara con batir de nuevo ese récord en una terceras elecciones.

Claro que los mismos y unos cuantos más fueron quienes sostuvieron todas sus torpezas de estos últimos meses, desde su veto a Rajoy hasta su entrega a Podemos. En una muestra de que algunos emociones, como la intolerancia a la derecha, pueden más que cualquier análisis racional y los datos más evidentes, por ejemplo, los resultados electorales.