La sangría de afiliados de UGT ha continuado durante el pasado año, en el que perdió 128.854 simpatizantes, por lo que la cifra total se sitúa por debajo del millón, algo que no sucedía desde hace al menos una década. A cierre de 2015, el número de afiliados de la Unión General de Trabajadores cayó hasta los 928.846.

Esto supone que, desde que se destapara en 2010 el escándalo de los ERE (Expedientes de Regulación de Empleo) supuestamente fraudulentos en Andalucía y en el que están presuntamente implicados dirigentes de UGT de aquella región y altos cargos socialistas, este sindicato ha perdido 280.805 afiliados. De hecho, aquel año había alcanzado la cifra más alta de simpatizantes: 1.209.651.

Tanto UGT como CC.OO. justifican este notable descenso en la afiliación en la crisis económica y en que miles de afiliados han perdido sus empleos y ya no consideran oportuno o viable económicamente hablando seguir abonando las cuotas sindicales.

Por otra parte, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, presentó ayer el 42 congreso extraordinario del sindicato, que se celebrará entre el 9 y el 12 de marzo, en el que abandonará el cargo tras 22 años ocupando el mismo.

Méndez dijo ayer que «recuperará su vida privada», aunque seguirá vinculado al sindicato, «pero no para desarrollar tareas dentro del mismo». En el congreso, con el lema «La Unión en pie», participarán 601 delegados y más de 400 invitados, entre los que se encuentra el director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Guy Ryder.

Méndez pidió a su futuro sustituto mayor «autoexigencia» para que la organización sea más transparente. Actualmente son tres los candidatos: Josep María Álvarez (59 años), secretario general de Cataluña; Miguel Ángel Cilleros (53 años), secretario general de la federación de servicios para la movilidad y consumo; y Gustavo Santana (40 años), secretario general de Canarias. El primero de ellos es el que cuenta en estos momentos con más apoyos para relevar en el cargo a Cándido Méndez (64 años).