LVN.- Un padre que asistió al espectáculo de títeres que asesinaban a una monja y a un juez cuenta su experiencia. “Me tuve que ir de allí porque lo menos que daba era vergüenza ajena”, cuenta lleno de indignación.

“Patético”, “indignante”, “vergonzoso”… a Manuel se le acaban los calificativos para describir el lamentable espectáculo que ha presenciado este viernes por la tarde. Le acompañaban sus hijos de 3 y 5 años, a los que acababa de recoger de un colegio cerca de la plaza del Canal de Isabel II en Madrid.

Al volver a casa, vieron que se preparaban un guiñol que iba a deleitar a los más pequeños del barrio de Tetuán. Se trataba de una obra titulada ‘La bruja y don Cristóbal’, que la compañía ‘Títeres desde abajo’ iba a representar frente a una audiencia de unas 60 personas entre adultos y niños.

El programa oficial del Carnaval publicado por el Consistorio madrileño, resume de este modo el contenido de la obra:

“La Compañía Títeres desde Abajo revive a Don Cristóbal Polichinela, ese oscuro personaje de la tradición popular ibérica. En esta ocasión, Polichinela llegará a Tetuán para imponer su voluntad a base cachiporra. Sin embargo, también habitará en estas tierras una bruja que tiene la firme decisión de amar su libertad por encima de todo y no dejarse pisotear por ningún Don Cristóbal, por mucho poder que éste se arrogue”.

A medida que se desarrollaba la historia, Manuel no podía dar crédito a lo que estaban viendo sus ojos. Primero, los titiriteros comenzaron a recomendar a los niños que ocuparan las casas vacías, algo que levantó murmullos de desaprobación entre los padres allí reunidos. “De repente aparecieron unos guiñoles dándose navajazos, y claro, todos estábamos alucinando. No podíamos creer lo que veíamos”. Entonces comenzaron a escucharse voces del público “¡oye, que hay niños por aquí!”.

Una monja (o bruja) violada

Acto seguido, hizo su aparición un guiñol vestido de monja (o de bruja, según otros testimonios). “De repente, otro muñeco con una cruz en la mano empezó a golpear a la monja una y otra vez”. Ésta gritaba, pero el títere agresor no detenía la golpeza hasta que su víctima fue cayendo al suelo. Cuenta Manuel que en ese momento las protestas del público comenzaron a subir de tono: “¿Pero qué es esto?”, “¡hijos de puta!” Las protestas no consiguieron bajar el tono de la representación, que continuó alcanzando límites dantescos.

“Cuando del muñeco de la monja solo le quedaba la cabeza, le clavó la cruz y la remató. Ahí no pude más, cogí a los niños y salí de allí, porque lo mínimo que daba era vergüenza: era un espectáculo lamentable”, comenta indignado Manuel.

Poco después volvió para ver en qué había acabado y vio que salía a escena un títere representando a un juez, que acababa ahorcado. Entonces sucedió uno de los actos más polémicos. Uno de los muñecos levantaba una pancarta en la que se leía: “GORA ALKA-ETA”.

La gente atónita comenzó a protestar por lo que consideraban exaltación del terrorismo, por lo que llamaron a la policía.Se presentaron agentes de la Unidad de Distrito de Tetuán, patrullas de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana y de Información del Cuerpo Nacional de Policía. Cuando los agentes comprobaron lo que estaba pasando, procedieron a la detención de los titiriteros por un presunto delito de enaltecimiento terrorista.

Un vídeo borrado

Varios padres registraron vídeos de la representación con sus cámaras, y también lo hizo un operario del Samur que estaba presente. Cuando la policía llegó, le pidió que borrara las imágenes, algo que Manuel, que es abogado, no alcanzó a comprender “porque no estaban haciendo nada ilegal, pero finalmente el jefe del trabajador del Samur, a petición de la policía, le pidió que le pasara el video a las autoridades y que lo borrara de su móvil, cosa que hizo”.

Otros testigos del hecho aseguraron que la representación de la monja o bruja incluyó una escena de violación. Después, ella misma asestaba una puñalada mortal a su violador, para inmediatamente clavarse un cuchillo con el fin de abortar una criatura que, a salir al exterior, mostraba su fealdad ante el espanto de su madre. La escena avanzaba en medio de una extraña atmósfera y música heavy.

Habrá consecuencias legales

El ayuntamiento de Madrid, en un comunicado emitido en la tarde de ayer, aseguró que iba a adoptar medidas legales contra los responsables del espectáculo, por haber llevado a cabo “actos ofensivos”.

Además, la Concejalía de Cultura y Deportes del Ayuntamiento de Madrid ha anunciado que también va a denunciar a la compañía teatral. Además, depurará responsabilidades sobre la programación del evento, porque en su opinión la compañía ha realizado “acciones ofensivas, completamente fuera de lugar en cualquier contexto y totalmente irrespetuosos con los valores de convivencia, respeto y diversidad propuestos por el Ayuntamiento”.

El Consistorio informó de que la Dirección de Programas y Actividades Culturales había nombrado a un director artístico. Él fue quien hizo la programación del Carnaval, que dispone de 15 actividades. Además, explicaron que la obra no había sido visionada con antelación.

“Se fían de la gente que les lleva al desastre”

La concejal socialista Mar Espinar ha exigido que se depuren responsabilidades “hasta el final” por la actuación de la compañía teatral. Espinar considera “intolerable” lo que ha sucedido y recrimina al Consistorio que el área de Cultura no haya visto la representación antes de conceder su permiso, por lo que se ha preguntado “con qué criterios contrata el Consistorio”.

“No puedo entender cómo se puede firmar un contrato con una compañía sin tener suficientes referencias y sin visualizar lo que se va a representar, máxime en una obra infantil”, ha añadido la edil socialista, quien ha acusado a Ahora Madrid de “no saber gestionar”.

“Se fían de gente que les está llevando al desastre absoluto (…) Los madrileños que votaron por el cambio no se merecen esto”, ha concluido con dureza Mar Espinar, quien agrega que su grupo demanda explicaciones a la delegada de Cultura y Deportes, Celia Mayer.