El Gobierno de Nicolás Maduro tiene la intención de impugnar el resultado de las elecciones legislativas del pasado 6 de diciembre, alegando el elevado número de votos nulos que generó el sistema electrónico de votación. La acción no se presentaría ante el Consejo Nacional Electoral, que se encuentra de vacaciones desde el 12 de diciembre hasta el 11 de enero, sino ante la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia. El recurso contencioso electoral sería contra los resultados en todos los estados. De acuerdo con los resultados proclamados por el CNE, la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) obtuvo 112 puestos en la Asamblea Nacional, frente a los 55 del oficialismo.

Maduro ha dicho que hay 1,5 millones de votos nulos que deben investigarse. Por su parte, el jefe de campaña chavista, Jorge Rodríguez, afirma tener conversaciones telefónicas que supuestamente delatarían cómo los opositores habrían comprado votos de la izquierda. Todo ello ha llevado al excandidato presidencial, Henrique Capriles, a exigir a la autoridad electoral que se investigue primero el fraude que la oposición denunció en las presidenciales de 2013.

El problema del voto nulo ya fue advertido por los electores durante la jornada electoral y pudo ser corregido. No está claro que afectara más a un color político que a otro, si bien la movilización chavista fue más fuerte por la tarde, cuando al parecer el error que generaban las máquinas de votación ya se había superado.

Al chavismo le basta arañar algunos escaños a la oposición para quitarle la mayoría cualificada lograda en la Asamblea Nacional y que le faculta sacar adelante cambios constitucionales. Otra opción es que el Gobierno esté pretendiendo que la oposición salga a la calle a defender el resultado electoral y ello dé motivo al chavismo para forzar una salida de emergencia al margen de la Asamblea Nacional.