La insoportable levedad de la presión
Por Eduardo López Pascual.- Haciendo un poco de trampa con el título de una inolvidable aventura literaria, me viene la necesidad de contar aquí también, la experiencia nada amable que está sufriendo el escritor y periodista Josele Sánchez por el solo hecho de exponer lo que piensa y lo que sabe, que es mucho, acerca de algún personaje detestable, o de unas conductas absolutamente a condenar.
A Josele Sánchez, quijote de la información y de la creación novelística, se le somete a un execrable seguimiento personal derivado en insultos por graffitis, en amenazas en las redes, en anuncio de querellas, de modo que ha llegado a una situación que califico sin ninguna duda como lo que llamo: la insoportable levedad de la presión.
Una presión, acoso por decir verdad que ya resulta demasiado agobiante y sobre todo, desequilibrado, para un autor que solo se ha permitido escribir en Alerta Digital, creyendo vivir en un país con derechos reconocidos, y por ello con libertad de escribir sin temor a las censuras, las presiones mediáticas o la persecución, pensando que solo se daría en Estados sin leyes ni libertad.
Todo cuanto aquí relato es tan verdad como inverosímil nos pudiera suceder algo así en tierra poseedora de una normal sociedad. Y sin embargo, en esta España de amores y desamores, en nuestro país querido pero contradictorio, perviven unas ínsulas de intolerancia, de pensamientos y conductas claramente dictatoriales, que reciben muy mal, esas notas democráticas de libertad y respeto por la diferente opinión del otro.
Una insoportable presión hacia el autor, y ya lo digo, Josele Sánchez (casi un héroe a la fuerza), a su casa e indirectamente a su familia, hace que al final, atado a las condiciones humanas y sociales de cualquier ciudadano corriente, este escritor, tenga que caminar con prudencia de adolescente, cancelar sus cuentas en las redes, o tener que presentar cara a las torticeras querellas sobrevenidas, simplemente, repito, por hacer uso de una pretendida libertad de expresión, que ésta solo se considera si resulta útil a los nuevos y más peligrosos censores.
Naturalmente mis palabras quieren ser una denuncia, firme, contundente, de las formas y modos que los hipócritas demandantes de derechos y libertades, presionan al escritor y periodista valenciano Josele Sánchez, atrevido, osado acusador de una figura torva y cruel, o a un cantante, a cualquier artista que califiquen fuera de su órbita – y hay ejemplos para rodo-, que basándose en un falso plebiscito popular, atacan sin piedad el discurso que no les gusta. Aceptada como correcta políticamente, los nuevos dictadores anotan quiénes serán considerados “suyos” y por eso halagados y quienes tienen que ser perseguidos, amenazados o rechazados por un “establesiment”, forjado en el rencor y la venganza.
Como miembro activo de una democracia que quiero real y efectiva, acuso a esos detentadores de viejas cadenas de opresión, de pertenecer a una casta abusiva y amenazante que no merece, de ninguna manera llamarse demócratas y mucho menos el convivir entre nosotros.
Un periodista puede ser nacionalista e incluso independentista y no pasa nada. Pero si un periodista se declara patriota ya está estigmatizado. Para mi Josele Sánchez es un escritor excelente, su última novela Con la piel de cordero me engancho desde el principio hasta el fin. Pero sobre todo es, lo mismo que Armando Robles, uno de los poquísimos periodistas indepedientes del poder y de los grupos mediàticos, que no teme a nada ni a nadie y que es un ejemplo de honestidad y valentía profesional
un hombre de esos. noble. lamina a las hordas de equivocados con las letras y ardua y excelente labor. que penita de rojos sufren mucho mas ellos con una verdad que yo con mil de sus mentiras. no me xtraña que el mundo vaya al matadero con sus formas de ser. son las cabezas, las tienen deterioradas por falta de dios.
Cuanto hijo de la gran puta para hacer lo que quiera. Esta gentuza está usando las mañas que usaron durante la asquerosa república, hoy menos porque europa ve mal ciertas cosas, pero se permiten intentar amedrentar amenazando a las familias o directamente apalizando a una chavala como ayer mismo.
Estos hijos de puta están sembrando vientos que no saben la tormenta que les puede caer entre los cuernos.
Y luego esta gentuza habla de delitos de odio. No saben con que están enredando.
Hace poco que conozco a Josele, pero lo suficiente para darme cuenta de que estamos ante una persona valiente que se enfrenta a “hunos y hotros”, en palabras de Unamuno, por defender su verdad, y que algunos, con amenazas, le quieren hacer callar. Es una cobardía total amparándose en el anonimato, pero mucho más que a su hija de 15 años, le envíen los mensajes que estamos viendo en este artículo de López Pascual..
Josele Sánchez no está solo. ¿como se puede ser tan hijos de puta como para hacer un mensaje para la hija de Josele diciendole claramente que van a cargarse a su padre? Un periodista valiente y patriota que no se averguenza de serlo merece el apoyo de todo hombre de bien
Habia escrito un comentario muy largo sobre este articulo pero lo he borrado y mejor no digo nada, salvo recordar que Josele Sanchez no esta solo aunque pueda parecerlo, asi que ojo, perroflautas.