DI.- La presión de «unos 20 0 30» senegaleses que se congregaron en el retén de la Policía Local de Sant Josep (Ibiza) llevó ayer a los responsables del mismo a dejar en libertad a un vendedor ambulante al que habían detenido por resistencia grave a la autoridad. Según explicó el jefe de la Policía Local del municipio, Jaume Ramon, eran «unos 20 ó 30 senegaleses» que exigían la puesta en libertad de su compañero. Ramon se reunió con ellos, tras lo cual decidió dejar en libertad al detenido, que quedó imputado por un delito de «resistencia grave activa» a la autoridad.

Según la información a la que ha tenido acceso este diario, «más de diez hombres de nacionalidad senegalesa muy agitados y dando gritos», llegaron a entrar en el Ayuntamiento «irrumpiendo gravemente el orden público».

En consecuencia, «para evitar un desenlace grave, y ante la facilitación de datos personales por parte de estos individuos a la fuerza pública, se puso en libertad al detenido a instancia de Jefatura policial, apercibiéndole de las consecuencias de no comparecer ante la autoridad judicial cuando sea citado».

La decisión de dejarlo en libertad se adoptó sobre las 16.30 horas «para evitar alteraciones graves del orden público por parte de este grupo de vendedores ambulantes en el pueblo de Sant Josep». El jefe de la Policía Local restó importancia a lo sucedido y añadió que «en cualquier caso», el hombre habría quedado en libertad, siempre imputado por resistencia grave a la autoridad.

Venta ambulante

Para arrestar al senegalés C.I. fueron necesarias tres patrullas de la Policía Local. La detención se produjo en la playa de ses Salines, cuando estaba realizando venta ambulante de pareos. Los hechos ocurrieron por la mañana. Un agente intentó darle el alto, pero C.I. se metió al mar y no quería salir. «¡No! ¡No me da la gana! ¡Venid a por mí si queréis!», gritaba.

Permaneció varios minutos en el agua, pero finalmente accedió a salir. Sin embargo, cuando se encontraba cerca del agente que le iba a detener le lanzó un pareo al rostro y comenzó una huida en la que golpeó al menos a cuatro turistas. Los refuerzos policiales ya habían llegado, pero un grupo de unos 20 vendedores ambulantes intentó que C.I. no fuera arrestado. Finalmente, los agentes lo redujeron, pero antes, según la información recogida por este diario, el senegalés asestó un rodillazo en los testículos a uno de los agentes locales.

Fuentes policiales explicaron que posteriormente al incidente en la comisaría se averiguó que el detenido podría hallarse en situación de libertad condicional por la comisión de un delito contra la salud pública –lo que, según estas fuentes, explicaría por qué se resistió a su detención–. Si se hubieran consultado sus antecedentes, añadieron estas fuentes, el caso y el detenido se habrían remitido a la Guardia Civil.

Además, según aseguraron, tampoco viviría en el domicilio cuya dirección facilitó a la Policía Local, donde debería recibir la citación para comparecer ante el juez por este último arresto y cuya veracidad no se habría comprobado antes de ponerlo en libertad.