Durante la Semana Santa se ha producido un “escándalo” que tal vez a algunos les haya pasado desapercibido: el “Benemérito Cuerpo de la Guardia Civil” ha tuvo la feliz ocurrencia de publicar en su “Twitter oficial” un cartel con dos rostros, uno de mujer en el que figura el texto: “cuando maltratas a una mujer dejas de ser un hombre”, y otro de un hombre con el texto “cuando maltratas a un hombre dejas de ser una mujer”. Ambas foto-composiciones terminaban con la leyenda: “Tolerancia cero al maltrato en todas sus variantes, DENUNCIA, no lleves la procesión por dentro”.

Las dirigentes de las “asociaciones de mujeres” salieron a la palestra de inmediato, indignadas, diciendo que era una afrenta, una burla para las mujeres españolas que sufren maltrato, y exigieron que la “benemérita” pidiera perdón y, por supuesto, retirara su mensaje. Quienes han llevado la voz cantante en esta “movida” han sido “la bella” y la “bestia” del PSOE, Carmen Montón y Ángeles Álvarez, tanto monta, monta tanto.

Asombrosamente, la Guardia Civil se ha rendido de forma vergonzosa, ha pedido “perdón”. Somos muchos los que nos preguntamos de qué tenía la Guardia Civil que pedir perdón ¿Tal vez por decir lo que toda la gente sensata piensa, que la violencia también es cosa de mujeres.

Inevitablemente me viene a la cabeza la ocasión en que me entrevisté con Ángeles Álvarez y Carmen Montón, en el Congreso de los Diputados, hace aproximadamente dos años. Fue a raíz de que el entonces Ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, presentara un proyecto para reformar la ley de divorcio, y cuanto concierne a la guarda y custodia de los menores y la liquidación del régimen económico de gananciales (lamentablemente el proyecto de ley duerme en el baúl de las promesas incumplidas por el Gobierno Rajoy).

Los representantes de las diversas asociaciones de padres y madres separados, partidarios de que se implanten la Custodia Compartida y la Mediación Familiar, como en cualquier país sensato y civilizado; fuimos al encuentro de todos los grupos políticos con representación parlamentaria, recabando apoyos e información… Cuando nos entrevistamos con los mandamases del PSOE, nos encontramos con “la bella” y la “bestia” que iban acompañadas por el reputado diputado Ramón Jaúregui, que acabamos comprobando que iba de “hombre de cuota”, o mejor dicho “hombre florero”.

En aquel encuentro, no les extrañará que les diga que de lo que menos se habló fue de la custodia de los menores tras el divorcio, pues las feminazis del PSOE nos lo impidieron desde el primer momento, y aparte de decirnos claramente que ellas, y su partido, consideraban suficiente la ley de divorcio de 2005, nos soltaron la cantinela de que los hombres que son partidarios de la Custodia Compartida son poco menos que maltratadores que, desean seguir “victimizando” a las madres de sus hijos, aparte de querer librarse de aportar cualquier clase de pensión para la manutención de sus hijos. Ambas, “la bella y la bestia” rezumaban odio, agresividad, crispación, apenas nos dejaron hablar y por supuesto, no se privaron de manifestar abiertamente, sin circunloquios, su androfobia y su misandria.

Antes de proseguir, tal vez sea necesario precisar que en todo el mundo occidental se denomina “feminazi” a toda persona (hombre o mujer) que es partidaria de la perversa ideología que lleva por nombre “perspectiva de género” en la cual están inspiradas todas las leyes que se vienen aprobando en España desde hace varias décadas, y que como consecuencia han privado a los hombres de los más elementales derechos constitucionales. Se nombra como “FEMINAZIS” a quienes son partidarios de crear un régimen de “apartheid” por razón de sexo tal cual el que se ha creado en España desde hace años, en el que la mitad de la población (la que ha nacido con algo colgando entre las piernas) posee menos derechos que la otra mitad.

Bien, pasemos al segundo “affaire”, al escándalo Juan Fernando López Aguilar y esposa, que ha acabado teniendo tal trascendencia que ha acabado por hacer olvidar el que anteriormente les mencionaba.

Lo primero que hay que preguntarse es ¿Qué hay de “extraño” en esta “historia”, por qué se le está dando tantísima importancia, aparte de porque el protagonista sea, “casualmente” el principal promotor de la denominada “ley de violencia de género”?

Todas las rupturas de pareja, todas las rupturas matrimoniales en España siguen un guión más o menos parecido, desde que “la víctima” de esta historia, Juan Fernando López Aguilar, Ex ministro de José Luis Rodríguez Zapatero, promovió la “LEY INTEGRAL CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO”, que propicia la falsa denuncia por maltrato.

Lo que es indignante es que este individuo esté recibiendo trato de favor, y no se le haga probar su propia medicina “plenamente”, y no se le aplique el protocolo que se aprobó por parte del Gobierno del que él formaba parte: detención, incomunicación, negación del derecho al recurso de “habeas corpus”, negación del derecho a la presunción de inocencia, negación del derecho a un juicio justo, con plenas garantías legales, en un tribunal ordinario, y no en un tribunal de excepción como se hace con la totalidad de los hombres acusados de “maltrato” o violencia “de género”, en el que se condena a los hombres con la palabra de la mujer supuestamente maltratada como única prueba (aplicando la jurisprudencia del Tribunal Supremo, con el aval del Tribunal Constitucional) y en el que se les castiga más severamente que a las mujeres en caso de incurrir en el mismo ilícito penal..

Ni qué decir tiene que, en todos los casos existe un objetivo muy claro: conseguir un completo éxito en el pleito de divorcio, conseguir la custodia exclusiva y excluyente (la mamá, claro) y apropiarse del que hasta la ruptura era el hogar familiar… Y como consecuencia, condenar a los hijos a situaciones de orfandad, de manera estúpida y cruel, y privar a los papás de la posibilidad de seguir participando en la crianza y la educación de los hijos.

Llama poderosamente la atención que, a pesar de la enorme trascendencia que está teniendo el que Juan Fernando López Aguilar haya sido denunciado por haber ejercido -supuestamente- violencia sobre su mujer, habiendo sido él el promotor de la denominada “ley de violencia de género”, cuando era Ministro de Justicia del Gobierno Socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, haya medios de información que traten de ocultarlo, o que estén dando datos sesgados sobre el asunto, o estén publicando textos “tramposos” en la dirección habitual de criminalizar a los hombres, varones, por el simple hecho de haber nacido con pene.

Es necesario volver a destacar que es absolutamente falso que los hombres sean más proclives a ejercer violencia que las mujeres; no hay ni un solo estudio “científico”, serio, salvo que tenga “sesgo de género” que demuestre lo contrario… Los hombres y las mujeres (por desgracia) son igualmente de violentos, sea en el ámbito familiar, conyugal, vecinal, en el trabajo, en el colegio, en la enseñanza secundaria, en la universidad, en tiempo de ocio; da igual el contexto. Es increíble que aún haya quienes justifiquen leyes tan perversas como la española denominada “ley de violencia de género”, eufemismo, lo de “género” para ocultar claramente que es una ley antihombre, antifamilia, sexista, que conculca todos los más elementales derechos constitucionales, tales como el de la presunción de inocencia, derecho a un juicio justo con plenas garantías legales y en un juzgado ordinario (y no de “excepción” como lo son los de “violencia de género”) derecho a no ser detenido ilegalmente (derecho constitucional al recurso de habeas corpus) y un largo etc. Solo cabe justificar tales aberraciones desde la ignorancia (que suele ir de la mano de la arrogancia) o desde la maldad.

Se nota claramente que son muchos los apologistas, aduladores y trovadores que no tienen información –pese a haber transcurrido ya una década desde su entrada en vigor- de las consecuencias que acarrea la “ley de violencia de género” que se aprobó en el Parlamento a propuestas de Juan Fernando López Aguilar (ex ministro de Justicia de José Luis Rodríguez Zapatero) Se nota que ignoran –y esto es lo más importante, enorme y tremendamente importante- que la perversa ley considera “maltrato” (que denomina “violencia de género”) desde una simple discusión como la que cualquiera puede tener con un amigo, o con un vecino, o un compañero de trabajo, etc. cualquier grosería, un simple zarandeo…. hasta una agresión, golpeo, paliza… pero SOLO cuando la víctima es mujer.

Por supuesto, la ley dice abiertamente –lo afirma sin tapujos- que solo los hombres son capaces de infligir, ejercer, violencia; que la violencia, como decía el anuncio del Coñac Soberano, “es cosa de hombres”… la ley (promovida por Juan Fernando López Aguilar, que ahora está probando su propia medicina) considera que cualquier relación heterosexual es una relación desequilibrada, desigual, de dominio del hombre sobre la mujer, e intrínsecamente violenta… Insisto: se nota que apenas saben de este asunto,  y más valdría que se informaran, antes de tener la osadía de “opinar”, pues cuando se habla de lo que se ignora, acaba uno diciendo insensateces. La ignorancia y arrogancia de algunos tertulianos, opinadores, son sublimes; les recomiendo que algunos  empiecen por leer el texto completo, comenzando por el preámbulo, de la “ley de violencia de género”, que no se olvide, fue promovida por Juan Fernando López Aguilar cuando era Ministro de Justicia, en el primer Gobierno -socialista- de José Luis Rodríguez Zapatero… Y más tarde se pasen por cualquier comisaría de la Policía Nacional, o cualquier puesto de la Guardia Civil, y si no tienes bastante, por cualquier juzgado de excepción, de esos que llaman de “violencia de género”, pregunten un poquito, y así, tal vez acaben sabiendo lo suficiente como para no decir insensateces del calibre que se leen y oyen en los últimos días, que más cabría llamar “insulto a la inteligencia”.

Tampoco está de más traer a colación que el Sr. López Aguilar fue advertido de las trágicas consecuencias que podía ocasionar la perversa ley androfóbica, misándrica, que logró aprobar el 28 de diciembre de 2004, al dictado del lobby femininsta de género (también denominado FEMINAZI) y se despachó con la gloriosa frase de “las denuncias falsas son un daño soportable…”  Debió pensar que a él nunca le podría pasar nada semejante, por “estar hecho de una pasta especial” ¿O tal vez por ser “aforado”?

Algunos, pese a la escandalera aún siguen insistiendo en que la “ley de violencia de género” en su momento era “necesaria” ¿Por qué era necesaria?

El Código Penal, y también el Código Civil, incluía antes de la aprobación de la perversa, sexista, de “violencia de género” (que la mayoría de la gente no se ha leído) instrumentos suficientes para intervenir en casos de violencia intrafamiliar, sea conyugal, de padres a hijos, de hijos a padres, y cuantas situaciones de maltrato, abuso, abandono, desamparo, sean imaginables… Y, además, no sirve para lo que supuestamente fue creada: proteger a las mujeres en situación de riesgo de recibir violencia, sea con o sin resultado de muerte.

Lo único que ha conseguido ha sido judicializar las relaciones de pareja y que desde que se aprobó hasta la actualidad hayan sido detenidos más de 1.500.000 hombres, la mayoría denunciados falsamente por sus esposas, para conseguir ventajas procesales en los pleitos de divorcio, conseguir la custodia de los hijos y apropiarse del patrimonio acumulado durante la convivencia; a la vez que se expulsa a los padres de la vida cotidiana de sus hijos, y se les priva de participar en su crianza y en su educación.

Lo que ha ocurrido en los últimos días a quien parió la ley: Juan Fernando López Aguilar, ministro socialista con Zapatero, promotor del engendro, es de lo más corriente…. Y olvidaba añadir que, otro “logro” de la ley de violencia de género es el suicidio de más de un millar de hombres anualmente, inmersos en procesos de divorcio impregnados por la perversa y sexista ley…

Y ya para terminar:

¿Cómo hemos de llamar a la violencia que ejerce una mujer sobre otra, o un hombre sobre otro, o un niño sobre otro, o una niña sobre otra, o un niño hacia una niña, o viceversa; o un niño o niña, o un adolescente sobre su papá o su mamá… o un anciano sobre una anciana o viceversa… o la violencia que ejerce una mujer hacia un hombre…? ¿Por qué es más importante la violencia cuando la víctima es de un sexo o de otro, o dependiendo del victimario? ¿Acaso no todas las víctimas son igualmente merecedoras de protección?

¡Cuánto tópico, cuánta frase vacía, cuanto fanatismo, cuánta estupidez, cuánta irracionalidad para tratar de justificar lo injustificable!

¿Acaso la violencia se “cura” con más violencia, discriminando a la mitad de la sociedad, y dándole trato de favor a la otra mitad persiguiendo a la generalidad de los hombres-varones, privándolos de sus derechos más elementales?

¡Curiosa forma de entender la justicia, la igualdad de todos -y todas- ante la ley, sin distinción de sexo, raza, edad, o cualquier otra circunstancia personal!