Tania de Troya
Supongo que habrá alguien en el seno de Izquierda Unida, un partido que está tan desmembrado que dudo tenga seno, que piense que el adiós de Tania Sánchez ha sido consecuencia lógica de una serie de desencuentros con la dirección de la formación política. No les culpo, pero ese pensamiento es de ingenuos. Hechos deliberados, señores, actuaciones “ad hoc” para conseguir abandonar el partido culpando a los que se quedan dentro. La estrategia es clara, toda vez que cualquier grupo político de nueva formación destrozará las pretensiones de Izquierda Unida, que de un tiempo a esta parte ha deshonrado sus siglas y no hace honor a dos palabras de las que reniega continuamente.
Ha sido el regalo a Poseidón más cocinado de la incipiente historia de Podemos. Antes, por supuesto, la escenificación, el puro sainete de la separación de Iglesias y Sánchez, abocados al fracaso como pareja por la lejanía, pertrechado con mensajes en las redes sociales de amigos y allegados que subrayaban que cada uno tenía que seguir por su propio camino. Al tiempo: a finales de este año se reunirán de nuevo, con mando en plaza o sin galones. Y tras el teatrico, la puñalada trapera. Tania pide la expulsión de los portavoces y, al encontrarse con un pírrico expediente, coge la puerta y anuncia que formará un partido nuevo. Es decir, otro clavo más para el ataúd de IU.
Es la vieja táctica de infiltrarse en los partidos para luego dejarlos como un solar. Después, claro está, hay que llevar la trampa hasta su grado máximo de activación. De eso hablaremos ahora: del nivel de desesperación de los dos partidos de izquierdas que, sin duda alguna, le llevarán a cometer errores. Pero primero, el escenario andaluz. El partido que se ha acostado en el poder con Susana Díaz ha demostrado en tres años y medio su escasa cintura política y ciudadana. Se ha plegado a políticas alejadas de su raíz histórica y ha salido escaldada.
No hay más que ver el papelón interpretado por los consejeros de IU y por el vicepresidente, Diego Valderas, tan acomodado en el poder que no vio venir, ni de lejos ni de cerca, el desenlace mórbido que ha provocado su salida de los privilegios y su abandono absoluto de la realidad. Por otra parte, PSOE acorta los plazos para investir de poder y autoridad (por si no la tenía ya) a una presidenta astuta, embarazada y posicionada, enfrentada “soto boche” al perdido Pedro Sánchez, por lo que es de esperar que la formación socialista alivie las penas en el panorama nacional con una victoria en la cita electoral andaluza. Que tampoco lo tengo muy claro, pero visto lo visto y, además, con Moreno Bonilla como sparring de poca monta enfrente, es lo más aparente. Ahora, el escenario nacional.
Las tertulias de Cuatro y La Sexta, alegando que la audiencia y el interés general están por encima de todo, darán cobijo sin freno a la que ahora deja Izquierda Unida y formarán elenco de artistas bajo la premisa de unos datos del CIS que indican cuál es el partido que merece salir en la tele día sí, día también. No digo que las cadenas televisivas hagan lo indecible para aupar al poder a tal o cual partido, válgame Dios; solo digo que la presencia hasta en la sopa de Errejón, Monedero, Sánchez y, en última instancia, Iglesias, suena ya a cachondeo, a descarado intento de tensar la cuerda para que los partidos tradicionales saquen cualquier as de la manga que puedan tener. Tienen pocos, pero han de ponerlos sobre la mesa.
La casta universitaria, convertida en casta de intocables, ha aprendido muy bien a hacer los deberes, a cocinar a fuego lento las lecciones de ciencia política que, desde los atriles de los paraninfos, pasaron a las calles y ahora a los titulares de prensa. Es la revolución del intelecto teledirigido, la que abanderan los hijos del pueblo que señalan a los demás como corruptos y nauseabundos sin reparar en que ellos también tienen un pasado, un telón que tapa sus vergüenzas y unas responsabilidades que no reconocen. Hasta el más lerdo de los mortales sabe perfectamente que nadie surge de la nada sin mácula. El pecado universal es precisamente eso, universal, y nadie se salva. Incluso los troyanos eran orgullosos y se quedaron con el caballo. Ahora, ¿a quién se lo mandamos?.
Muy bueno el artículo. Es el segundo que leo del señor Cascón y me parece que hace unos análisis acertados. En este da en el clavo al hablar de la casta universitaria y de esa voladura controlada de IU, lo que parece mentira es que desde IU no se dieran cuenta que esta Tania y Garzon lo único que buscan es hacerse con el electorado de IU para despues asaltar al PSOE y quedarse como el único referente de la izquierda española. Ojo con esto, que los españoles no sigan el juego de estos sujetos porque nos veremos abocados a… Leer más »