Con motivo de la celebración del I Congreso de SOLUCIONA en el Palacio de Ferias y Congresos de Málaga, la portavoz socialista en el Ayuntamiento de esta ciudad, María Gámez, rechazó que “el Ayuntamiento alquile un espacio público a organizaciones xenófobas y con discursos que pueden incitar al odio”. Ahí queda eso. Está claro que no hay quien los saque del estribillo. Siempre la misma vieja cantinela que suena ya a monserga repetida y monótona. Así llevan más de tres décadas, y miren ustedes donde nos han llevado, a la ruina, a la confrontación entre hombres y mujeres, odio entre compatriotas, al secesionismo, a los desahucios, a la desesperación, al paro y a la miseria.

¿Por qué no joden donde deben? Si, donde deben, del verbo deber; deber de pagar las deudas contraídas con el Estado a través de Ayuntamientos, Diputaciones y Comunidades Autónomas, en lugar de buscar la cagada de lagarto para dar “noticiones” y esconder así sus miserias. Jodan allí donde les están esperando con lápiz y papel para hacer cuentas, y a que cuando les salga a ustedes de la entrepierna devuelvan todo lo robado al erario público; todo lo que han despilfarrado; todo lo que han derrochado; todo lo que se han gastado en fiestas y bacanales; y todo lo que ha desaparecido sin rendir cuentas a nadie para mantener una “clientela política”.

En lugar de encolerizarse por la celebración de este congreso legal, libre y democrático, pidan públicamente y de forma voluntaria, que les realicen una auditoría externa de todas y cada una de las obras públicas realizadas en todos y cada uno de los pueblos, ciudades o Comunidades Autónomas donde gobiernan. Auditorías externas de eventos, mítines, congresos, y todo tipo de celebraciones de carácter político en lugares públicos. Empiecen a joder ustedes por ahí, y verá la risa que nos va a entrar a todos.

Una vez cumplida esta misión de respeto tan importante para con el resto de contribuyentes de devolver lo robado, empiecen ustedes por dar la cara y prohibir todos los actos públicos que se pagan con dinero público en establecimientos y lugares públicos, de grupos que con total impunidad hacen a diario apología del terrorismo, bajo el nombre por ejemplo de “Montones de guardias civiles muertos”. Persigan ustedes tal y como recoge la ley, a los que no cumplen con esa Constitución a la que tanto se alude. Planten cara a su “alianza de civilizaciones” que cuelga a los homosexuales, somete a las mujeres desde que nacen hasta que mueren y mutila a los ladrones, en lugar de arremeter continuamente contra la Cruz de Cristo y nuestra fe cristiana. Procedan judicialmente contra los que asaltan cementerios, ultrajan sus tumbas, y se ciscan en los nichos de las víctimas de ETA, entre los que se encuentran sus compañeros de partido que un día fueron asesinados por ser españoles. Arremetan a través de los medios contra los corruptos dentro de sus filas, que alardean tras su paso por la política, de tener dinero para asar una vaca. Háganlo público y, si no les escuchan, pidan la baja en el partido para demostrar que la dignidad es más importante que el cargo que ostentan, por el hecho de ir en unas listas sin haber pasado ningún tipo de oposición ni presentar historial laboral o académico.

Una vez hayan cumplido con ese otro deber sagrado de todo representante público, no acusen de xenófobos a los que con argumentos protestan contra la inmigración incontrolada e ilegal. Prediquen con el ejemplo; trasládense ustedes a Melilla; entrevístense con los vecinos de aquella plaza de soberanía española; vivan en primera persona la inmigración ilegal, el narcotráfico y la desesperación de los españoles que residen allí; apadrinen cada uno de ustedes a dos o tres inmigrantes acogidos en el CETI, y trasládenlos con ustedes a sus respectivos domicilios haciéndose cargo de su manutención de su peculio particular, y de todos los gastos que generen ellos y sus hijos y, por supuesto, respeten sin rechistar su cultura, sus costumbres y sus creencias religiosas. Si hacen esto, entonces tendrán ustedes autoridad moral, aparte de política, para seguir con el efecto llamada que alegremente propiciaron.

A renglón seguido, no se preocupen únicamente de esa “violencia de género” que para ustedes afecta exclusivamente a las mujeres; entrevístense con hombres (incluidos niños y ancianos) que también son víctimas de la violencia doméstica por parte de sus madres, esposas, novias o parejas. Niños y ancianos indefensos que han encontrado la muerte por las palizas de las que han sido objeto, y hombres que tras el divorcio y una larga agonía, se han suicidado debido principalmente al desamparo y la orfandad en las que quedaron por parte de las Autoridades Judiciales, y la ruina moral y económica que supuso para ellos una manifiesta parcialidad en el proceso.

Mírense el ombligo y dejen de sentirse superiores a los demás, principalmente de los que defienden a España y lo español sin necesidad de un posicionamiento político. Dejen de perseguir, criminalizar y linchar a todo aquel que no piensa como ustedes en una región donde llevan gobernando desde que se inventó el hilo negro. Toda España ha comprobado que ustedes han ejercido y ejercen la superioridad llamando fascistas, a todos aquellos que dicen lo que ustedes no quieren escuchar. Por lo tanto, cuando la “superioridad” comete una injusticia deja de ser superioridad, es una inferioridad que denigra el poder que se le concede. El que no es justo no es superior, sea cual sea el régimen, y sea cual sea el sistema político y filosófico que nos rija.