Parece que Alejandra Romero Suárez, nieta del fallecido expresidente de gobierno Adolfo Suárez, hija de su primogénita que falleció de cáncer al negarse al tratamiento con quimioterapia porque estaba embarazada y quiso dar la vida a su hija antes de curarse, será la heredera del título del Ducado de Suárez que le fue concedido por Juan Carlos. Como todos saben, el entonces Rey de España se resistía a darle el Ducado después de haber perdido la confianza en Adolfo porque no seguía sus dictados y ganaba elecciones y elecciones…

Durante su reinado, Juan Carlos concedió 47 títulos nobiliarios a sus cortesanos más íntimos o al sentirse obligado después de haber borboneado a determinados políticos que le hicieron la vida fácil mientras estaban en el cargo. Sí, 47 mortales, antes ciudadanos que pasaron a formar esa corte de limpiachaquetas reales, bufones y demás aprovechados que se pegaban a la Casa Real para medrar. Para que al estar cerca de la Corte les fuera fácil hacer negocios aunque, claro, Juan Carlos siempre pasaba el cepillo y se llevaba una parte de los beneficios.

Pero estamos en el Siglo XXI y me rechinan los dientes cada vez que se habla de nobles, condes, duques, cortesanos… Las fortunas, las fincas, de muchos de ellos proceden de auténticos latrocinios. Robos de los nobles que se quedaban con las tierras y las regalaban a sus cortesanos que a su vez explotaban a los habitantes quedándose con parte de las cosechas, y por supuesto con el derecho de caza.

Creo que va siendo hora de que se haga una investigación seria de la procedencia de esas grandes fortunas, fincas, y como hizo Mendizábal con la Iglesia, la famosa Desamortización, que se repita con los nobles españoles y el Estado pase a ser dueño y devuelva a sus verdaderos herederos las tierras que algún noble robó. Que estamos en el 2014, por Dios.