BD.- Sin quererlo ni beberlo, los agricultores españoles se ven en la situación de tener que destruir parte de su producción o buscar de penalty algún mercado alternativo para todo aquello que las represalias rusas a las sanciones occidentales les ha dejado sin poder colocar en el país de Iván y Vladimir. Mientras se acumulan las toneladas de tomates y patatas en los rebosantes almacenes frigoríficos de nuestros empresarios, algunos ejemplares de última generación de nuestra inefable progresía han decidido por su cuenta exportarse a si mismos con destino a aquellas estepas.

Me explico. En defensa del pueblo de las regiones separatistas del este de Ucrania han acudido algunos voluntarios extranjeros de distintos países: serbios, checos, húngaros, franceses, italianos, rusos del otro lado de la frontera, bielorrusos, algún alemán, algún británico, algún estadounidense… Y ahí viene lo bueno: se han dejado car por allí unos cuantos españoles que, sin duda cansados de quemar cajeros automáticos en España, han creído oportuno añadir a su curriculo de “luchadores antifascistas” algún episodio con más sustancia, y no han querido dejar pasar la ocasión de demostrar a propios y extraños que las frutas y verduras volcadas en los vertederos o las incineradoras son todavía lo mejor que produce este país.

Circulan por ahí distintos vídeos y no pocas entrevistas a unos voluntarios españoles, que se han propuesto hacernos pasar vergüenza a los que todavía no estamos tocados por esa insensibilidad integral que parece afectar al grueso de la manada.

Hace algunos días ví, con una mezcla de risa, incredulidad y pena, a esos viejos fósiles españoles que van a “luchar contra el fascismo”, en el Donbá. Sólo una sociedad enferma es capaz de generar tanto extravío, sólo un pueblo de anormales puede producir tales tarados. Son realmente idiotas. Se han quedado anclados en los tiempos de sus bisabuelos. El clima de odio, revanchismo mezclado con estupidez, ignorancia, complejos y miserias morales que reina en España hace que salgan estos ejemplares que a estas alturas quieren ganarle la guerra a Franco, a Hitler y a los Reyes Católicos.

Como toda la izquierda, demuestran una ignorancia sólo comparable con su soberbia. Ni los ucranianos son fascistas, ni los rusos son comunistas. La cosa no es tan sencilla ni se puede explicar recurriendo a esas reducciones simplistas. La incoherencia de los progres españoles es única. En España son siervos fieles del sistema, y después dicen que apoyan a los rusos en su “lucha contra el fascismo” en el Donbass, sin darse cuenta de que están luchando contra el mismo sistema que ellos defienden en España, el sistema que los creó y que los alimenta. Dicen que apoyan a los rusos, rusos que son ortodoxos y que desprecian profundamente todos los “valores” que estos mugrientos descerebrados defienden. Hasta el Partido Comunista Ruso sería catalogado de “extrema derecha nazi”, si fuera un partido español. Y estos mismos progres pedirían a voz en cuello cárcel, fusilamiento y campos de concentración para ellos.

Para no hablar del nombre de la “brigada”: “Brigada Internacional Carlos Palomino”. Un guarro inútil, un enérgumeno violento y agresivo. En fin, el despertar de esos estúpidos será duro. Esa famosa “brigada internacionalista” se resume de momento a dos pájaros de cuidado. Han aparecido en numerosos vídeos y páginas, relatando los motivos de su presencia en el Donbás de lado de los llamados prorrusos.

De entrada, diremos que han elegido el buen lado de este conflicto, pero por los motivos equivocados. Lo explico enseguida.

Estos dos tipos están en otra época, con la cabeza llena de otras historias que poco o nada tienen que ver con el conflicto actual en el este de Ucrania. Se creen estar ni más ni menos en el 36, luchando por la 2º República Española (de nefasta memoria, pero eso es otra historia). No hablan más que de fascismo, nazismo y comunismo. Eso es demostrar estar completamente en Babia.

Los rusos del este de Ucrania están luchando en una guerra por su pueblo, vale decir su “raza”, su nación, su cultura, frente a los abusos del poder central en Kiev, que quiere aplastar su identidad y negarles el simple uso de su idioma, por ejemplo. Resumo para no hacer esto demasiado largo.

Aquí no se trata de nazismo contra comunismo (como parecen creer estos despistados), se trata de una lucha nacional contra los planes criminales de una camarilla que está al servicio del imperio americano/sionista.

Los rusos del este de Ucrania (Novorrusia) combaten bajo sus propias banderas, incluída las históricas de la ex URSS (patria que cobijó, para bien o para mal a todos los rusos). El patriotismo ruso es algo que por estos pagos no es entendido en su auténtica dimensión. El que aparezcan ahora por aquí y por allá banderas con la hoz y el martillo no significa una reivindicación de la ideología de aquella extinta URSS. Es en todo caso la expresión de la nostalgia verdadera (y en cierta manera justificada) de una entidad, de un país, en el que los rusos vivían en paz, y que era una potencia que llenaba de orgullo a todos sus cuidadanos. En ese entoces era inimaginable el escenario de violencia, muerte y destrucción que está teniendo lugar ahora en Ucrania, donde están muriendo rusos simplemente por serlo.

El hecho de que en el bando ucraniano combaten milicias pronazis (que se proclaman herederos del líder nacionalista Bandera, colaboracionista ucraniano con los alemanes durante la 2GM), no debe hacernlos perder de vista la verdadera naturaleza del conflicto.

Estos voluntarios españoles están viviendo una fantasía: pretende ganarle la guerra a Franco 80 años después y a 3000 kilometros de distancia. Estos dos son típicos volcadores de contenedores, “indignados”, apoyadores de la “kale borroka” en el país vasco y de los independentistas catalanes, potenciales votantes de Podemos, quemadores de iglesias, posiblemente militantes de algunos grupos de defensa del colectivo LGTB y favorables a la despenalización de las drogas… No se han dado cuenta que en el Donbás, los llamados separatistas suben al frente bendecidos por sus popes y con sus iconos de la Virgen.

Para más inri, estos dos tarados han llamado a su dúo (no se descarta que vayan llegando algunos más) “Brigada Internacionalista Carlos Palomino”. No hay vergüenza en este país. Ya sabemos quien fue ese Palomino. Quien no recuerde ese caso, puede hacer una búsqueda rápida en Internet. Es es lo que hay.

Fíjense en estos dos vídeos. En ellos se aprecia quienes son en realidad estos dos tipos. En el primer vídeo se ve en los primeros segundos el piercing que lleva uno de nuestros “héroes del Donbás”en el labio inferior. Como una poligonera cualquiera, como una choni. Si siguen viendo el vídeo, más adelante se le aprecia un colgante de gran tamaño en la oreja derecha.

En el segundo vídeo, se ve lo mismo en los minutos 0´50 (colgante en la oreja, ¿o dilatación?) y 0´58 (piercing en el labio). Esa es la clase de individuos que mandamos a ayudar a los rusos.

Al parecer ha aparecido otro voluntario español desde entonces. Observen la pinta a éste ejemplar: un pendiente en cada oreja (o dilataciones). Otro deficiente mental con ínfulas de héroe pupular

Si estos tres sobreviven a su aventura, mucho me temo que los vamos a tener en todos los programas de televisión. Hasta en la sopa. Yo creo que eso será dentro de poco. En cuanto les entre el mono por la falta de grifa, los tenemos de vuelta en casa. Se admiten apuestas.

No producimos más que mierda.