La tensión vuelve a crecer en el barrio de Rocafonda de Mataró (Barcelona) después que un vecino haya sido apuñalado por uno de los jóvenes asaltantes de su domicilio familiar. El próximo mes se cumple un año de los graves disturbios que enfrentaron a parte de la comunidad musulmana con los cuerpos policiales y por ello, los Mossos d’Esquadra han tomado todas las precauciones.

Los hechos sucedieron el miércoles a las seis de la tarde cuando un vecino acudió, como hace cada dos o tres días por semana, a la casa familiar, vacía tras el fallecimiento de sus padres. El propietario sospechó que había alguien más en la casa, una de las primeras unifamiliares que se construyeron en el barrio de Rocafonda, en una zona conocida como Ciutat Jardí. Al comprobar las estancias encontró escondidos a cuatro jóvenes de origen magrebí, tres de los cuales salieron huyendo, mientras que un tercero se enfrentó al hombre que intentó inmovilizarlo mientras amenazaba con llamar a la policía. No obstante, el joven logró zafarse y huir.

Mientras inspeccionaba la vivienda, el propietario se dio cuenta que le dolía un costado y al ponerse la mano en la espalda notó que se le llenaba de sangre. Como consecuencia del enfrentamiento con el ladrón, había recibido una puñalada en la espalda con un objeto punzante, del que no se apercibió por el estado nervioso. Al reaccionar, llamó a la Policía Local y fue derivado al hospital de Mataró, donde precisó siete puntos de sutura.

De inmediato, entre los cuerpos policiales y el ayuntamiento de Mataró cundió el temor a nuevos alborotos vecinales, dado que el ambiente en el barrio es extremadamente tenso tras la desaparición de una vecina, por la que está detenido su compañero sentimental, de origen magrebí, que está encuentra en prisión incondicional al haber hallado pruebas forenses que le incriminan y haberse negado a declarar donde escondió el cuerpo. Otro episodio que contribuye al malestar vecinal es el apuñalamiento mortal de un joven marroquí, a finales de marzo, durante una discusión con un compañero, también magrebí, en el barrio de Cerdanyola.

Los Mossos, la Policía Local y la concejal de Via Pública, Núria Calpe, se reunieron el jueves con las entidades vecinales de los barrios Rocafonda y Palau, así como con miembros de la Federación de Asociaciones Vecinales de Mataró, para explicar los hechos y pedir su colaboración para pacificar los ánimos y evitar venganzas.