«Es mi primer año en el primer equipo del Real Madrid y si al principio de temporada me dicen que a estas alturas iba a estar así seguramente lo hubiera firmado». Eran las palabras de Jesé Rodríguez en la rueda de prensa previa al partido ante el Schalke. Pero el canario no podrá disputar ningún minuto más esta campaña tras la grave lesión que se produjo cuando apenas habían transcurrido tres minutos del choque de vuelta de octavos de final de Liga de Campeones y que, tras las primeras exploraciones de los médicos del club blanco, ya apuntaba a una rotura de la rodilla derecha.

Después de la resonancia magnética a la que se sometió mientras se disputaba el choque, el club confirmó con un comunicado en su web oficial los peores presagios. «Tras la exploración y las pruebas de imagen efectuadas en el Hospital Sanitas La Moraleja, nuestro jugador Jesé Rodríguez ha sido diagnosticado de una rotura completa del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha», desvelaba la nota. Ahora, el joven futbolista deberá afrontar la necesaria operación y un tiempo de recuperación que se puede alargar hasta los seis meses.

Jesé cayó al suelo con evidentes gestos de dolor tras ser arrollado por Sead Kolasinac en uno de los primeros ataques del conjunto madridista. El canterano intentaba proteger el balón cuando recibió la carga del lateral bosnio del conjunto alemán, con la mala fortuna de que el defensor dobló la pierna de apoyo del delantero isleño. Tras ser atendido y retirado del campo en camilla, intentó levantarse pero tuvo que retirarse a los vestuarios mientras los galenos merengues solicitaban el cambio inmediato a un Carlo Ancelotti terriblemente contrariado y que decidió dar entrada a Gareth Bale.

El partido era un trámite para ambos contendientes tras el 1-6 de la ida en Alemania, pero suponía una oportunidad para el joven jugador que, aunque admitía en la previa que su papel era «secundario» con respecto a las grandes estrellas de la plantilla, mostraba su ambición al señalar que iba a intentar aprovechar todas las oportunidades que le diera su entrenador. Precisamente, en un partido en el que se criticaba la presencia en un duelo intrascendente de titulares indiscutibles en el once como Cristiano, Sergio Ramos o Xabi Alonso, por la proximidad del clásico contra el Barcelona, el domingo en el Bernabéu, el lesionado resultó ser el canterano que más ilusión había despertado en la afición madridista y uno de los recursos más empleados por el técnico italiano cuando faltó alguno de sus hombres más importantes en la delantera.