Jaume Matas, junto al líder del PP, Mariano Rajoy, durante una visita a las instalaciones de la Copa del América en Valencia, en 2006 .

Enrique de Diego.- Los datos acumulados sitúan al Partido Popular como lo más parecido a una mafia. Y no sólo el estricto ámbito político sino también los entornos empresarial y mediático, en lo que constituye toda una trama cuya finalidad es el enriquecimiento personal y colectivo a través de la corrupción irrestricta en gran escala, sin que exista excepción visible a la regla de podredumbre.

Tras la condena de Carlos Fabra, y la protección de la Justicia para que Jaume Matas ingrese en prisión, a la espera de la petición de indulto, se ha sentado en el banquillo el exconseller de la Generalitat valenciana, Rafael Blasco acusado de desviar dinero de la cooperación internacional. No es extraño que la última encuesta dé un escenso de 20 diputados al PP en la Comunidad Valenciana, ni que el vicepresidente de la Generalitat haya tendido la mano a UPyD y a Ciudadanos para un futuro pacto. Todo con tal de mantenerse en el poder, aunque sea en niveles de migajas.

Ciertamente el PSOE, y tampoco IU, están para tirar la primera piedra, pero el PP se había presentado como un partido que combatía la corrupción, cuyos miembros podían tener desviaciones pero el partido tomaba medidas, lejos de ello el juez Pablo Ruz ha tenido que ordenar el registro de la sede central del PP, ante el manifiesto desdén hacia la Justicia, y para investigar el pago en negro de las obras de la propia sede central. Se establece ya como evidente que el PP ha tenido siempre una contabilidad B, que ha manejado elevadas cantidades de dinero negro, una parte de las cuales se repartía entre los dirigentes en forma de sobresueldos, y que esas cantidades han salido de comisiones.

En términos comparativos metafóricos, la mafia tenía comprado al alcalde de Chicago, a algunos jueces y a algunos policías. Aquí podría decirse que concurre a las elecciones y tiene el control de los ascensos de jueces y policías, hasta el punto de que se ha remodelado por completo la UDEF penalizando a quienes investigaban Gürtel

Hay que tener en cuenta que ellos son los que deben cumplir la Ley y hacerla cumplir, los que redactan y aprueban las leyes contra el dinero negro y la corrupción, y los que multan a autónomos y pequeños empresarios si se les ocurre no cumplir con cualesquiera obligaciones tributarias. Por el contrario, vemos que una cantidad significativa de peperos –empezando por Luis Bárcenas que amasó una fortuna de más de 48 millones de euros- tienen cuentas corrientes opacas en Suiza, y lo mismo su entramado social, como el caso de Luis Rivero, de Sacyr, que aparece en los papeles de Bárcenas como donante de 200.000 euros.

También es preciso destacar que toda la extensa presunta corrupción de Iñaki Urdangarín se perpetró con instituciones gobernadas por el PP. La corrupción no es sólo un escándalo moral, ni meramente un pecado, tiene consecuencias letales en la sociedad porque erradica la honradez y valores como el mérito, la pericia y el espíritu de servicio. Los efectos letales están a la vista de todos, como en la destrucción de las cajas, esa democratización del crédito que a la sociedad española le ha costado más de un siglo desarrollar, y que ha sufrido una depredación de corrupción irrestricta. Los consejeros de la CajaMadrid pepera de Miguel Blesa tenían una tarjeta con 25.000 euros de dinero black, como decía el hortera de Blesa, el amigo de Aznar. Ahora empezamos a saber las razones de la espantada de Esperanza Aguirre, madre nutricia de todos los pelotazos madrileños.

La filtración de los correos electrónicos de Blesa muestra un mundo corrompido, de estricto tráfico de influencias, de amiguismo, nepotismo y negocios sucios. Esa corriente de cloaca llega a los entramados mediáticos del PP. La empresa de Federico Jiménez Losantos, Libertad Digital, y el grupo Intereconomía, presidido por Julio Ariza, recibieron más de un millón de euros por parte de Caja Madrid gracias a la “generosidad” de Miguel Blesa. Así consta en los correos electrónicos que el expresidente de la entidad bancaria intercambió con el que en su día fuese director de comunicación de Caja Madrid, Juan Astorqui.

Dinero a raudales de Blesa para Losantos

Así, si en el año 2006 Caja Madrid invirtió en Libertad Digital 72.800 euros, en 2007 ese presupuesto se disparó un 193%, alcanzando los 213.348 euros. Astorqui comunicó a Blesa este significativo incremente el 20 de septiembre de 2007 en un correo electrónico en el que afirma que “al margen de un importante incremento de la inversión acordada para 2007, haremos un esfuerzo suplementario (en Libertad Digital), que por el momento puedo fijar en 20.000 euros más”.

En dicho correo electrónico, Astorqui adjuntó un cuadro que reflejaba que más de la mitad de la inversión (118.000 euros), se destinaría a la televisión de Libertad Digital, mientras que el resto iría para la web. Un montante del que el exdirector de comunicación de Caja Madrid sacó pecho ante Blesa comparándolo con el dinero que la entidad bancaria ingresaría ese año al Grupo Intereconomía (192.158 euros frente a los 213.348 euros con los que fue agraciada la empresa de Jiménez Losantos). Ahora sabemos el porqué de la defensa a ultranza de Losantos respecto a Miguel Blesa: la defensa del lacayo a su señorito. Si se tiene en cuenta que Libertad Digital también recibió gruesas cantidades de dinero negro de la caja B del PP empieza a verse que a Losantos le ha salido muy rentable servir a la casta y mirar para otro lado.

Intereconomía no tenía motivos para quejarse. En otro correo que Astorqui envió a Blesa para hacerle un resumen de la inversión de Caja Madrid en Intereconomía de cara a una reunión que el presidente iba a mantener con Julio Ariza, se desprendía que pese “a la baja audiencia”, la televisión de Ariza había recibido 879.000 euros entre 2002 y el primer semestre de 2005. “Creo que estamos siendo generosos, muy generosos con Radio Intereconomía… Incluso injustos con otros”, le asegura Astorqui a Blesa.