Luis Tovar.- La provocación que no cesa. La CUP han repartido y colocado carteles y pegatinas contra La Legión en las calles de Sant Andreu, dentro de la campaña del separatismo catalán contra el Ejército y, en general, contra cualquier cosa que represente la españolidad de Cataluña.

Saben que se enfrentan a un Gobierno central debil y a unas instituciones nacionales corrompidas y alejadas de cualquier ideal patriótico. Las provocaciones y ataques violentos contra los catalanes unionistas se producen a diario. Nadie hace nada. Ningún poder del Estado toma cartas en el asunto. Cataluña está en manos de los violentos, de la gente más zafia y andrajosa, de quienes han colocado en su punto de mira a la institución militar y, muy especialmente, a los Caballeros Legionarios, santo y seña de nuestro Ejército. Apelar al buen juicio histórico de esta chusma callejera es tarea inútil. De no ser así habría que explicarles que la primera expedición del cuerpo la componían 200 catalanes procedentes de Barcelona.

En los carteles colocados por miembros de la CUP aparecen dos legionarios con aire despechado. Uno de ellos, en actitud grotesca, se toca los genitales. A la chusca imagen le acompaña un texto: “Fora legionarios de Sant Andreu i dels Països Catalans” (Fuera legionarios de Sant Andreu y de los países catalanes). En la parte infeior del cartel otra perla procedente de la factoría pordiosera de la CUP: “Feixisme Mai més” (Fascismo nunca más).

La aparición de estos carteles en Sant Andreu no es casual. En dicha localidad barcelonesa existe una Hermandad de Legionarios Veteranos que es respetada y apreciada por la mayoría de los vecinos. Muchos de esos legionarios veteranos son catalanes de origen y han participado, siempre de forma altruista, en numerosos eventos organizados en el municipio.

“Estos frikis piojosos han ensuciado nuestras calles con su basura habitual. Es hora de demostrarles que no nos van a amilanar con sus amenazas”, señala Carlos, un vecino de Sant Andreu y que reconoce sin complejos su identificación con los valores y principios patrióticos de los legionarios. Valores y principios que no son ni serán nunca los de esta caterva separatista hedionda y obscena.

“Los únicos que se están comportando como el estereotipo fascista que dicen combatir son ellos, atacando continuamente a gente que no está por la violencia, sino de dar de comer a sus hijos y llegar a fin de mes. ¿Qué fascismo existe ahora? Si existiera fascismo de verdad, ya habría empezado una guerra y los que ponen estas pegatinas estarían siendo perseguidos y abatidos. Y no es así, ni será así por suerte”, añade la misma fuente.

Estas son las ideas de las que se nutre el separatismo catalán. Buscan sólo dividir, separar, enfrentar… La CUP es una organización política que, en cualquier país con apego a su trascendencia histórica, estaría ilegalizada y sus dirigentes encarcelados. Representan a la peor canalla de la sociedad catalana. En un elevado número, sus simpatizantes son charnegos que han vivido en medio de familias desestructuradas. Ociosos y sin apenas referencias culturales ni éticas, el contacto con las drogas es frecuente en muchos de ellos. Su ideología es sólo la ideología del odio, la exaltación de la sinrazón, la apología de la incultura. Odian todo lo que nos une, todo lo que es bello y todo lo que trasciende a su miserable universo de valores. Pretenden desquitarse de sus fracasadas vidas conduciendo a los catalanes al desastre, a una reedición de la Cataluña de 1936. Estos parásitos se pasan el día merodeando ociosos por las calles de los pueblos catalanes, de litrona en litrona, inventando prejuicios y agravios. Sucios por dentro y por fuera, esta morralla haragana y parasitaria no debería existir en ningún rincón decente de España. La vida de cualquier legionario vale más que la de todos ellos juntos.

A raíz de la aparición de estos carteles, IbericSunrise, una organización catalana defensora de la unidad de todos los pueblos ibéricos, ha elaborado un comunicado en el que muestra su apoyo a “todos los policías nacionales, guardia civiles, militares, guardias de seguridad y cualquier persona honesta que esté dispuesta a defender a la gente de nuestro pueblo y nuestra patria ibérica, que es España”.

“Que dejen de engañar a la gente de buenos sentimientos con argumentos vacíos, gente que les siguen sin ser conscientes que el ‘efecto boomerang’ será apocalíptico”, advierte.

LA LEGIÓN CON SU CRISTO EN MÁLAGA