El «vírus FIFA» ha golpeado duramente al Real Madrid sin tan siquiera haberse cerrado los partidos que los internacionales blancos deben disputar con sus respectivas selecciones. Pase lo que pase en los próximos días, el bagaje para la entidad merengue no puede hacer más que empeorar tras confirmarse la lamentable noticia de la doble rotura de ligamentos en la rodilla derecha sufrida por Sami Khedira en el encuentro amistoso que disputó Alemania contra Italia el pasado viernes en Milán. El de Stuttgart llegó tarde al balón en una entrada a Pirlo y el giro extraño y violento de su rodilla le dejará fuera de los terrenos de juego unos seis meses y pone en serio peligro su participación en el Mundial de Brasil.

Las pruebas que se le realizaron el sábado no hicieron más que corroborar los peores presagios y suponen un grave problema tanto para la ‘Mannschaft’ como para Carlo Ancelotti. Sin embargo, el proceso de recuperación ya ha comenzado con la intervención a la que se sometió pocas horas después en el Hessingpark-Clinic de Augsburgo por el doctor Ulrich Boenisch, bajo la supervisión de Jesús Olmo y Francisco Morate, los médicos de Sanitas-Real Madrid.

El italiano y Joachim Löw pierden a un fijo en sus sistemas habituales. El margen temporal con el que aún cuenta, hace que el seleccionador germano albergue esperanzas de poder contar con Khedira el próximo verano. «Es un golpe duro para Sami y para todos. Pero es un luchador dentro y fuera del terreno y piensa siempre de manera positiva. Soy por tanto optimista y espero que esté recuperado a tiempo para el inicio del Mundial», explicó Löw en la web de su federación.

Más quebraderos de cabeza le va a suponer este contratiempo a ‘Carletto’. Desde su llegada a Madrid en 2010, el futbolista de ascendencia tunecina ha sido indiscutible para Mourinho y para su sustituto, pese a las críticas recibidas desde la afición en algunos momentos de su trayectoria en la entidad de Chamartín.

Cambios de sistema

El técnico blanco parecía haber encontrado ya un sistema adecuado en el que encajaran y se sintieran cómodos Cristiano Ronaldo y Bale y que permitiera mantener como referencia en la punta del ataque a Benzema. El 4-3-3 había sustituido al tradicional ‘árbol de Navidad’ que tanto le gusta a Ancelotti, que ya hablaba de que el equipo había encontrado su camino, con un once reconocible, y confiaba en que progresara rápidamente en las próximas semanas.

Pero en este esquema, la presencia de Khedira se antojaba como fundamental. Sólo Cristiano Ronaldo, Karim Benzema y Diego López han jugado esta temporada más minutos que el centrocampista -1.254 minutos, repartidos entre once partidos de Liga (diez como titular) y otros cuatro de la ‘Champions’ (todos ellos, desde el inicio)-.

Descartada la posibilidad de un fichaje de urgencia, si el de Reggiolo apuesta por mantener el sistema, debería acudir a Casemiro, el recambio natural con el que cuenta en la plantilla. El brasileño cumplió una fantástica pretemporada, con grandes partidos como mediocentro ante rivales de la talla del PSG o el Inter, pero comenzó la campaña y pasó a convertirse en carne de banquillo. De hecho, sólo ha disputado hasta ahora 91 minutos del campeonato liguero repartidos en tres choques y aún no ha debutado en la máxima competición continental.

La otra opción es dar entrada a Isco e inclinarse por un once muy ofensivo. En principio, ésta parece una solución válida para los partidos que el Madrid juegue en casa, pero puede no ser suficiente en algunos encuentros lejos del Bernabéu, ante rivales que exijan trabajo y recuperación de balón y ante equipos poderosos europeos que requieran una mayor presencia en el medio del campo.

La vuelta al 4-4-2 abriría la puerta a la pareja formada por Xabi Alonso e Illarramendi pero retornarían las dudas de cómo ajustar de la manera más adecuada las piezas y significaría posiblemente la salida del cuadro del redimido Benzemá. Ancelotti ya adelantó su deseo por hacer compatibles a los dos guipuzcoanos y, ante la larga ausencia de Khedira, el doble pivote que podrían formar, con Asier ejerciendo la función de centrocampista ‘box to box’ y el donostiarra en el papel de profesor y director de la orquesta merengue, puede convertirse en una realidad.

Al final, va a resultar que, entre tanta estrella, el equilibrio entre el desenfreno atacante y el orden defensivo que aporta Khedira es tan apreciado por los entrenadores que seguro que la mala noticia de la lesión del alemán también ha significado la fractura de buena parte de los esquemas futuros que ya había planificado Ancelotti.