Luis Abril.- El periodista Javier Algarra, que dirige y presenta el espacio “El gato al agua”, lleva siete meses sin cobrar la factura de autónomo y, sin embargo, ha seguido trabajando en el colmo de la indignidad.

En el caos propiciado por la desaparición de Intereconomía TV, en lo que cada vez aparece más como una quiebra fraudulenta y un alzamiento de bienes, ya no se sabe cómo quedan los trabajadores. Eso de Inter TV no sería en ningún caso un simple cambio de marca, sino que evidentemente ha de ser propiedad de una sociedad con sus accionistas. Lo que se ha indicado públicamente que sería del “Grupo Intereconomía” es una burda ocultación porque Grupo Interconomía no es ninguna empresa, carece de personalidad jurídica.

A los trabajadores se les ha dado a entender que se trata de una nueva empresa, con lo que se desconoce por completo si siguen teniendo validez sus contratos y quién se haría cargo de las nóminas impagadas. Lo legal es que la nueva empresa tiene que hacer frente al pasivo anterior, pero el cambio de marca comercial indica con claridad que esa no es la intención de los nuevos gestores, que son Luis Sans, conocido internamente como “el liquidador”, y Álvaro Pérez, alias El Bigotes, propietario de la empresa Orange Market, la trama Gürtel valenciana, desde la que se financiaba el PP y a la que financiaba la Generalitat, con contratos inflados.

En ese supuesto, estaríamos ante una quiebra fraudulenta de Intereconomía Corporación SA, de la que son socios Julio Ariza, Javier Tallada, Guillermo Mesonero Romanos, Rodrigo Rato, Mario Conde (a través de testaferros, según fuentes solventes) y Borja García Nieto.

También estaríamos ante un levantamiento de bienes, con el que se pretende sustraerse al pago de las deudas. Lo mismo podría estar sucediendo en relación con la empresa del fracasado diario La Gaceta que pasaría a ser propiedad de Julen Ariza –hijo de Julio Ariza- y que abandonaría su condición de nacional para restringir su distribución a la Comunidad de Madrid.

El programa El gato al agua lleva ya meses siendo dirigido en la sombra por Álvaro Pérez, El Bigotes, quien mantiene una reunión diaria de redacción para elegir a los contertulios y los temas a tratar. Esa reunión ha venido teniendo lugar en la sede la Fundación Intereconomía, sita en la calle Fortuny. El único gesto de dignidad de Javier Algarra es negarse a asistir a dicha reunión y enviar a su segunda. Fuentes cercanas a Algarra, indican que el motivo de que mantenga la boca cerrada es el temor a la falta de trabajo fuera, pero si no cobra y trabaja es aún peor. Lo llamativo, y muestra el grado de cinismo que se ha alcanzado en la sociedad española, es que Algarra defiende el argumentario de Rajoy de que estamos en la senda de la recuperación.

El impago de nóminas en exIntereconomía está generalizado. El realizador Carlos Pecker, al que se adeudan siete nóminas, ha llevado a los tribunales a la empresa. La respuesta fue penalizarle situándole en la realización de Punto Pelota, por la noche. El equipo de Josep Pedrerol tampoco cobra, pero él parece que ha negociado su situación personal dentro de un acuerdo con Atresmedia. Esta situación ha provocado problemas de salida para alguna de las caras conocidas de la extinta cadena de Ariza como José Javier Esparza, Xavier Horcajo y Eduardo García Serrano, ahora uno de los más fervientes defensores de las políticas del PP. Otra cara conocida, Noelia Atance ha sido despedida, como también Eugenia Marcos, que intervenía en Los Clones, estos han llevado también a Ariza a los tribunales.

Asombra la poca capacidad de defender sus derechos por parte de los trabajadores de la extinta cadena de Ariza. Bien podían haber llevado a negra la pantalla como forma de protesta o, en el caso de Algarra, haber aprovechado el directo para contar su situación. La de todos ahora ha empeorado sustancialmente en el tramo final de la estafa.