Pierre Hillard.- En un precedente artículo (“Primavera árabe”: ¿Quién maneja los hilos?”) citaba la influencia de diferentes grupos protagonistas como Bernard Lewis, Richard Perle y Ralph Peters, que predican la dislocación de los países árabes en una multitud de entidades étnicas y religiosas.

Evocaba el texto de Oded Yinon, extraído de la revista “Confluencias Mediterráneo” (nº 61, primavera 2007), que lleva el título de “Una estrategia perseverante de dislocación del mundo árabe”, y trata del desmembramiento generalizado de ese conjunto geográfico. Su autor ya preconizaba en 1982 la ruptura de Irak en tres zonas (chiítas, sunitas y kurdos), la balcanización completa del Líbano, Egipto, Sudán, Libia, la Península Arábiga, etc…

Para algunos ingenuos, es imposible que un “simple” periodista israelí pueda elaborar un plan así. Sin embargo, debemos precisar que Oded Yinon fue funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores del Estado hebreo. ¿Podemos pensar en una coincidencia, si su programa se parece extrañamente a los acontecimientos que sacuden a los países árabes desde el año 2011?

Es Israel Shahak (1933-2001), profesor de quí¡mica y presidente de la Liga Israelí de Derechos Humanos entre 1970 y 1990, quien levantó la perdiz al traducir el inglés el texto de Oded Yinon, publicado en hebreo en la revista “Kivunim”.

Tengo la suerte de poseer un ejemplar de la traducción inglesa distribuido en el marco de “The Association of arab-american University Graduates (AUUG) publicado en junio de 1982. Éste se presenta bajo la forma de un librito de 26 páginas, sin contar una presentación de la AUUG sobre la política sionista y un prólogo de Israel Shahak. Este valioso documento, que lleva por título “The zionist plan for the Middle East”, relata con precisión la política preconizada por Oded Yinon en el marco de la estrategia sionista.

El principal interés de este documento es subrayar que el proyecto de balcanización de los Estados Árabes es antiguo. Israel Shahak, en su prólogo, cita el corresponsal militar del diario Haaretz, Zeev Shiff, el cual, en su edición del 2 de junio de 1982, afirmaba que la mejor cosa que le podía ocurrir a Israel sería la dislocación del Estado iraquí en tres zonas (chiítas, sunitas y kurdos). Los acontecimientos actuales en el mundo árabe deben sin duda alegrar a más de uno a este lado occidental del Jordán.

Esta política de dislocación preconiza también, como lo desean los Peres del sionismo, un “Gran Israel”, tal como lo muestra el mapa sacado del documento en cuestión y que representa las fronteras del Estado hebreo que van desde el Nilo hasta el Eúfrates.

Una cosa es segura: una política tal no puede conducir los dirigentes sionistas y los dirigentes árabes más que a un caos completo. ¿Pero no es éste el precio a pagar para alcanzar, para algunos (y sólo para algunos), más allá de estos acontecimientos dolorosos, un nuevo Jardín del Edén?