Jorge Lorenzo manda con la calma que da tener el mejor ritmo, aunque justo en su colín se esté viviendo una auténtica guerra civil, que vivió su sexta batalla cayendo del lado de Dani Pedrosa, que sale con 20 puntos y la moral reforzada tras haber contenido tras él al insaciable Marc Márquez.

Poco duró la alegría de la pole y del récord del circuito para Dani Pedrosa. Esta vez fue Jorge quien salió como un tiro, dejando al catalán y a Crutchlow a su estela. El ’99’ mandó y la carrera pareció más un Gran Premio de F1 que de MotoGP, o lo que es lo mismo, una carrera de MotoGP como las de hace dos temporadas, en las queparecía que sólo había una trazada buena y con los adelantamientos contados. La Yamaha sorprendió por sus prestaciones en lo referente a la aceleración y velocidad punta. En el paso por curva, y con Lorenzo en el manillar, es ya un clamor que el binomio montura-piloto no tiene rival.

Lorenzo reparte sus nervios

Con Lorenzo martilleando los tiempos, los demás se las veían y deseaban para mantenerse en la trazada y no bloquear de delante para no irse al suelo. No todos lo consiguieron. Bautista, Iannone, Hayden, Crutchlow,entre otros, se fueron por los suelos al dejarse para la curva los deberes que tenían que traer hechos desde la frenada.

Las emociones fuertes se quedaron para el final. Pedrosa iba entendiendo que su problema no iba a ser cazar a Lorenzo, misión imposible, sino retener a un Márquez que empezaba a ponerse nervioso a la rueda de su compañero. Y cuando eso pasa, todos en el garaje de Honda se ponen a temblar. Y con motivo. Su edad, su condición de rookie y una ambición desmedida le convierten en un piloto espectacular y excepcional, pero también en un peligro.

Pedrosa lo vivió en sus carnes a dos vueltas para el final, cuando el ’93’ buscó una pasada imposible en la que llegaron a rozarse. No volvió a tener la ocasión, perdió unas décimas vitales que le impidieron ponerse de nuevo lo suficientemente cerca de un Dani al que los veinte puntos le sabrán a gloria. Es el líder, pero la constancia de Lorenzo y la falta de docilidad de Márquez aprietn de lo lindo. Mucho más atras, Javier del Amor, en carrera supliendo a Aoyama, se aprovechó de las caídas para sumar un punto. Pleno español en MotoGP y tres victorias en el GP de Cataluña.

MOTO2: ESPARGARÓ SUPERA A RABAT

Tito Rabat y Pol Espargaró monopolizaron la atención en la carrera de Moto2, tras unas primeras vueltas en las que parecía que Luthi y Redding aguantarían el ritmo de los pilotos de Pons.

Cuando se escaparon, la carrera pareció más una partida de ajedrez. Primero fue Espargaró quien tiró, después dejó pasar a Rabat para comprobar cómo iba, y se encontró con otro guiño, ya que Tito no dio todo lo que tenía y jugó al escondite.

El tramo final fue de infarto. Polyccio volvió a recuperar la cabeza y se tiró a por la victoria. Rabat se ancló a su rueda en los tres últimos giros, dejando toda la emoción para el final.

Fue una apuesta a una carta, el rebufo en la recta de meta. Ni en la primera frenada, ni en la curva previa al estadio pudo Rabat amenazar el primer puesto de Pol, pero tampoco le valió confiarlo todo a la aceleración de su 600 a la rueda de su compañero y rival.

Por detrás, tercer puesto muy celebrado por Tomas Luthi, todos ellos por delante de Scott Redding, que con menos ritmo miró a la general y aún le saca 35 puntos a Pol.

MOTO3: SALOM GANA EN MONTMELÓ Y SE COLOCA LÍDER

Luis Salom se impuso con rotundidad en la carrera de Moto3, por delante de Rins y de Viñales. El balear tardó en ponerse en la cabeza, pero cuando lo hizo demostró ser el más fuerte del fin de semana, y dejó sin opciones a sus dos máximos rivales, en un terceto que domingo tras domingo evidencia que no hay lugar para nadie más en la cabeza de carrera.

Fue una carrera trepidante, en la que por momentos pareció que por fin una montura que no fuera KTM podría meterse en la lucha por el podio. Miller y las dos Mahindra, con Oliveira y Efrén Vázquez, fueron sin embargo perdiendo el ritmo de cabeza conforme fue siendo más rápido.

Todos los que se pusieron en cabeza trataron de marcharse. Primero fue Rins, después lo intentó Viñales, pero todos los esfuerzos fueron estériles hasta que tiró Salom.

La recta de Montmeló parecía que marcaría la diferencia. Evitaba fugas y todos ‘jugaban’ para ver si el rebufo valdría para recuperar alguna posición en el último metro. No era así. A la frenada las motos llegaban parejas, a la pintura no. Lo supo Luis Salom, y en la última vuelta tiró con todo. La curva de ‘La Caixa’ se convirtió en el último punto donde peligraba su triunfo, pero Rins y Viñales ni siquiera pudieron enseñar la rueda. Un último giro que vale la carrera y el liderato en la categoría pequeña del Mundial de velocidad.