Fue superior a muchas de las canciones que sacaron más puntos que ‘Contigo hasta el final’. El Sueño de Morfeo lo hizo bien, cumpliendo con el expediente en Malmö. Pero una vez más se cumplieron todos los habituales pronósticos regionales de cariño y reparto de puntos. A pesar de este condicionante, importante, el representante español en Eurovisión volvió a fracasar en la cita musical del continente. Y eso sin ser la peor canción. Pero da igual. El Sueño de Morfeo quedó penúltima con tan solo 8 puntos. Solo Albania, con 6 puntos, e Italia, con 2, recompensaron el trabajo de Raquel del Rosario -que salió descalza y con un llamativo vestido amarillo de la firma catalana YolanCris-, David Feito y Juan Luis Suárez. Solo el irlandés Ryan Dolan quedó por debajo con 5 puntos.

El Sueño de Morfeo quedó muy lejos de la ganadora la danesa Emmelie de Forest, que cumplió con todos los pronósticos de los eurofans y de las casas de apuestas. Su ‘Only teardrops’ con muchos toques folk logró 281 puntos y superó al azerí Farid Mammadov (234) y a otra de las favoritas, la ucraniana Zlata Ognevich (214 puntos), que comenzó su ‘Gravity’ en brazos de un hombre de 243 centímetros de altura

La gala de Eurovisión transcurrió como suele ser habitual: mucha balada -sobre todo ellos- y una puesta en escena magistral. La apertura fue para el himno creado por Benny Andersson y Björn Ulvaeus, los dos chicos de ABBA, la banda que fue homenajeada por la organización sueca, que también sorprendió haciendo pasar a todos los artistas por una pasarela elevada hasta el escenario. Unos representantes patrios que intentaron por todos los medios llamar la atención con algo más allá que las propias canciones para que votasen a sus canciones. Quien se llevó la palma de extraño fue Cezar, el cantante rumano. Su atuendo y la ópera rock (por categorizarlo de alguna manera) transmitieron poco. Todo lo contrario que los griegos. Koza Mostra y Agathon Iakovidis, con una mezcla de ska y música tradicional fueron los más cachondos con su gratuidad del alcohol y que gustó en Europa; y el ritmo discotequero llegó por parte de Cascada. La cantante alemana puso a bailar a las cerca de 13.000 eurofans.

El mismo ímpetu puso Alyona Lanskaya. La bielorrusa sorprendió por los ritmos latinos de ‘Solayoh’ y su microvestido. Y hablando de vestimentas, la más espectacular fue la moldava Aliona Moon: vestido rojo, con rayos y creciente. ¿Y qué decir de Krista? La finlandesa con su popero ‘Marry me’ cumplió con lo prometido: darse un beso con una de sus bailarinas a favor del matrimonio gay.

Otra nórdica, la noruega Margaret Berger, ‘I feed you my love’ de la noruega encandiló al público con su belleza, el ajustadísimo vestido de corte sirena y su puesta en escena. Entre ellos, sorprendieron dos latinos como el italiano Marco Mengoni y el maltés Ganluca.