Alan Shatter

BD.- Durante los dos últimos años, la política de inmigración de Irlanda ha estado en manos de Alan Shatter, de origen judio y un partidario declarado de Israel. Alan Shatter, hijo de inmigrantes judíos de Europa del Este, nacido y criado en Dublín, ha cambiado la política irlandesa para aumentar la inmigración del Tercer Mundo hacia Irlanda. Como Ministro de Justicia e Igualdad y Ministro de Defensa desde marzo de 2011, Shatter también está ejerciendo su considerable influencia para sesgar la política de la República de Irlanda sobre Oriente Medio (tradicionalmente favorable a los palestinos y crítica con Israel) hacia los objetivos sionistas.

Antes de Shatter, el gobierno irlandés había tomado medidas para reducir la inmigración no europea, incluida la abolición de la ciudadanía automática a los hijos de los extranjeros en Irlanda y reduciendo drásticamente la admisión de los solicitantes de asilo. Desde que Shatter asumiera el cargo a principios de 2011, después de que su partido Fine Gael derrocase al Fianna Fail en medio de continuos problemas económicos de Irlanda, Shatter se ocupó de aumentar el número de africanos y asiáticos residentes en Irlanda.

La inmigración a Irlanda desde fuera de Europa durante el 2011 fue el doble que la del año anterior. El año pasado, el Servicio Irlandés de Inmigración concedió permisos de entrada al 91 por ciento de los 88.000 no europeos que los solicitaron (los ciudadanos de los otros veintiséis Estados miembros de la Unión Europea pueden viajar a Irlanda sin tener que obtener una visa). Y a otros 115,000 adicionales (India, China, Nigeria, Turquía y Filipinas entre los seis principales países de origen) se les dio permiso para permanecer en Irlanda en 2012.

Alan Shatter está promoviendo agresivamente nuevas medidas para aumentar la inmigración no europea, además de hacerla más fácil para inversores, empresarios y sus familias. Más inquietante aún, está trabajando diligentemente para sustituir la legislación irlandesa existente, incluyendo las solicitudes de asilo, con un proyecto de ley que, según ha declarado Shatter como prioridad para el año en curso, “reformará y modernizará radicalmente” la ley de inmigración irlandesa.

Shatter ha intentado camuflar sus políticas de inmigración bajo el subterfugio de la simplificación de los procedimientos administrativos. Después de todo, Irlanda, aún estando sometida a la misma propaganda globalista y las mismas presiones que otros países europeos, seguía siendo un pequeño país con una población ampliamente homogénea. También es una tierra en la que decir que es una “una nación de inmigrantes” no convencería: hasta hace sólo un par de décadas, Irlanda era un país de emigrantes. Y hoy, el desempleo de Irlanda sigue rondando en torno al 15 por ciento.

Por tanto ¿qué podía hacer Shatter? Bueno, pues utilizar la carta del “holocausto”, naturalmente! Irlanda no es conocida por haber adoptado en medidas antijudías en la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, como la mayoría de los países en el momento, Irlanda se mostró reacia a aceptar un gran número de inmigrantes judíos. Así pues, el otoño pasado, en un discurso en honor a Raoul Wallenberg (el empresario sueco que viajó a Hungría en 1944 por iniciativa estadounidense para impedir la deportación de los judíos a los campos de concentración alemanes), Shatter trató de justificar la invasión de “su patria” atacando a Irlanda por sus políticas de inmigración en la Segunda Guerra Mundial.

“Hubo muchos que no hicieron nada frente al genocidio industrializado y la destrucción de la “civilización judía europea”. De hecho, el Gobierno irlandés de entonces se cruzó de brazos. E incluso después de que los campos de exterminio fuese liberado, el Gobierno irlandés negó refugio a los judíos en Irlanda. No es suficiente con dar testimonio. También debemos cumplir con nuestra obligación moral fundamental de proteger nuestra humanidad común contra la inhumanidad”.

Shatter ha sido cualquier cosa menos un protector de la humanidad palestina. Lo que sí puede sorprender es hasta qué punto Shatter ha sido una voz estridente en defensa de las políticas despiadadas de Israel en la Franja de Gaza y Cisjordania, en un país que prácticamente carece de judíos y que había sido tradicionalmente más favorable a los palestinos que la mayoría de los países occidentales.

Como miembro del gobierno irlandés, Shatter defendió la brutal invasión de Israel a Gaza en 2009. También se opuso a las “flotillas de la libertad” organizadas en 2010 y 2011 para romper con el bloqueo israelí de la Franja de Gaza ya empobrecida, aunque cada una de las expediciones de ayuda incluía un barco de Irlanda. Se ha opuesto a los visados para miembros de organizaciones hostiles a las políticas de Israel, y condenó rotundamente a los irlandeses por boicotear las actuaciones de Israel como “fascismo cultural”.

Sería interesante saber qué opina el ministro de Justicia de Irlanda sobre las recientes medidas estrictas de Israel para controlar y reducir la inmigración del Tercer Mundo, pero parece que ha mantenido un prudente silencio al respecto.

Shatter no ha repetido simplemente como un papagayo las justificaciones de Israel para sus políticas opresivas dirigidas a la preservación de Israel como un Estado étnico/racial judío, también ha actuado como un segundo embajador de Israel en Irlanda, operando sin las restricciones diplomáticas de los primeros.

Podemos aceptar, por tanto, que el ministro judío de Justicia está motivado por algo más que un simple sentido abstracto de la justicia que invita a los “pobres desdichados” del mundo a refugiarse en Irlanda. Vista con claridad meridional su dedicación a un dogma que la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró en cierta ocasión como racista (el sionismo), la promoción de Shatter de la inmigración del Tercer Mundo, así como su larga carrera de abogado promoviendo el control de natalidad, el aborto y el matrimonio gay, adquiere un toque siniestro mayúsculo.

Al igual que sus iniciativas recientes de condena a la televisión nacional de Irlanda por no representar la “Irlanda intercultural de hoy” y en su lugar la del pueblo homogéneo de décadas pasadas.

En otras palabras, Shatter tiene en el mejor de los casos una doble lealtad, pero su doble rasero en Israel e Irlanda parece indicar que su lealtad está principalmente, si no exclusivamente, con el Estado sionista en lugar de Irlanda. Qué papel desempeña su lealtad judía en su promoción de la inmigración, que no es precisamente de judíos, a la tierra que le vio nacer es una cuestión que, aunque provocativa, aún no tiene respuesta.

Sin embargo, la actitud de Shatter está completamente en sintonía con las de las comunidades judías organizadas de la diaspora por todo Occidente. Como se ha visto constantemente, las actitudes de los judíos en Occidente sobre la inmigración se explican mejor como una estrategia étnica judía motivada por su hostilidad hacia el pueblo tradicional y a la cultura de Occidente a causa del antisemitismo histórico (por ejemplo, la invención de Shatter sobre el papel de Irlanda en el “Holocausto”), combinado con el temor de que las poblaciones étnicamente homogéneas pueden llegar a levantarse contra los judíos.

Como se ha señalado, Alan Shatter es también ministro de Defensa de Irlanda. Con ese cargo, ha anunciado que Irlanda seguirá comprando armas a Israel. Como ha señalado uno de sus críticos: “No es extraño que un ministro de Defensa haga gala de un ferviente nacionalismo, pero que la nación en cuestión sea un Estado extranjero y criminal no tiene precedentes”.

Es difícil imaginarse algo equivalente a un Alan Shatter en Israel. Imagínense un Alan O’ Slattery (diríamos en el caso de tratarse de España: Juan Pérez), dedicado a la promoción de la inmigración no judía al Estado sionista y poniendo las necesidades militares y diplomáticas de Irlanda por encima de los de la nación a la que sirve, ejerciendo un poder comparable en Israel!