La Guardia Civil, en el marco de la operación ‘Panyab’, ha detenido en Almería a los cinco integrantes de una organización criminal de origen pakistaní, como presuntos autores de los delitos continuados de extorsión, denuncias falsas, simulación de delito, amenazas y coacciones a más de una veintena de compatriotas afincados o residentes en la provincia almeriense. Además, ha practicado sendos registros en los domicilios de los arrestados, donde se ha incautado de abundante documentación que está siendo analizada.

La investigación, culminada esta semana, arrancó el pasado mes de septiembre tras ser detectadas las actividades de un grupo, compuesto por ciudadanos de origen pakistaní y residentes en Almería, que podrían estar extorsionando a compatriotas de forma sistemática.

La organización había establecido perfiles, según el tipo de víctimas, a las que aplicaban baremos diferenciados para el pago de las cuotas o abonos únicos. Había tres grupos claramente diferenciados según su actividad. A aquellos que contaban con negocios de restauración y buen poder adquisitivo exigían mediante el pago único cantidades que oscilaban entre los 3.000 y 10.000 euros. A los que se dedicaban a la venta ambulante en ferias les requerían 30 euros semanales si los festejos era considerado pequeño y el doble si era de mayor entidad. A los que se encontraban en situación administrativa irregular en España les obligaban a entregarles hasta el 40% de sus salarios.

La red, una vez que había catalogado a sus víctimas, les transmitía sus intenciones y les planteaban las posibles consecuencias para cada una de sus ellas, que iban desde informar a las autoridades de su situación ilegal en unos casos, hasta la simulación de delitos de malos tratos, atracos y lesiones de gravedad, con la intención de presentar denuncias falsas contra ellos.

En los casos en que las víctimas se negaban a realizar los pagos, presentaban denuncias falsas por la comisión de robos con violencia e intimidación en la puerta de sucursales bancarias, en las que aportaron testigos e incluso llegaron a autolesionarse, lo que propició que alguno de los extorsionados cumpliera pena de cuatro años de prisión.

También se han dado situaciones en que las víctimas denunciaban los hechos padecidos, pero las retiraban posteriormente tras recibir amenazas de muerte de sus familiares en Pakistán por parte de los componentes de la organización.

La red desarticulada contaba con una estructura sólida en Almería, cuyos miembros cumplían unas funciones claramente diferenciadas. Unos se dedicaban de controlar y seleccionar a las víctimas. Un segundo grupo contactaba con ellas y les daba a conocer sus exigencias. Por otro lado, otros componentes del entramado delictivo controlaban a los vendedores ambulantes, así como a los que actuaban como falsas víctimas o falsos testigos en las denuncias que interponían.

Las diligencias instruidas por la Guardia Civil, junto con los detenidos, han sido entregadas en el Juzgado de Instrucción número 3 de Almería, que ha decretado el ingreso en la prisión provincial de El Acebuche de todos ellos.