El valenciano detenido el verano pasado en Kenia por tráfico de drogas, Pascual F. M., murió ayer en un hospital de Nairobi tras complicarse su estado de salud. Su expareja y sus dos hijas, de 17 y 20 años de edad, fueron informadas de la trágica noticia por la Embajada de España en Nairobi.

El juicio fue aplazado hasta tres veces en los últimos días por diferentes motivos: falta de un traductor, enfermedad de la juez y hospitalización del procesado. Pascual F., de 52 años y natural de Alcàsser, fue detenido el pasado 11 de agosto de 2012 en el aeropuerto de Nairobi tras bajar de un avión procedente de Sao Paulo (Brasil). La policía descubrió 10 kilos de cocaína en su maleta. El acusado, que siempre se declaró inocente, manifestó que alguien metió la droga en su equipaje, sin que él lo supiera ni sospechara, cuando el avión hizo escala en Ghana.

Pascual F. se enfrentaba a una pena máxima de cadena perpetua y una multa de unos 1,2 millones de euros, tres veces el valor de la sustancia estupefacientes que llevaba en su maleta, si hubiese sido declarado culpable. Su abogado solicitó la libertad bajo fianza por razones humanitarias. El delicado estado de salud del preso, por el que tuvo varios ingresos hospitalarios, preocupaba a sus familiares. «Tenía una hepatitis crónica, una hernia y una cirrosis», explicó la expareja del recluso. «Nos ha explicado la cónsul que se complicó mucho su enfermedad de hígado, pero hasta que no recibamos el informe de la autopsia no sabremos la causa exacta de la muerte», añadió la exmujer de Pascual F.

La vista prevista para el pasado 6 de febrero no se pudo celebrar en el Tribunal de Kibera. La defensa informó de que el procesado había sido trasladado al Hospital Kenyatta, uno de los centros médicos más importantes de la capital, debido al empeoramiento de su ya precario estado de salud. La jueza pospuso el juicio para el 14 de febrero, pero tampoco se pudo reanudar ese día.

«Ahora ya no podrá demostrar su inocencia. Pascual nunca traficó con drogas. Era una persona muy confiada, y por eso alguien metió droga en su maleta», aseveró su expareja. El preso fallecido trabajaba fabricando cinturones, pero en junio de 2012 atravesaba por dificultades económicas tras quedarse sin empleo. En Valencia, Pascual vivía en un barrio con gran presencia de inmigrantes africanos. Según explicó su sobrino, unos conocidos le ofrecieron viajar a Ghana para preparar un matrimonio de conveniencia a cambio de 8.000 euros.

Su familia no logró disuadirle de esta idea, y a principios de agosto viajó al país africano. «Nos dijo que se lo pagaban todo y él es una persona fácil de engañar», aseguró el pariente. La primera escala no fue el país africano, sino Sao Paulo, en Brasil. «Le dijeron que salía más barato hacer esa ruta, pero parece que había ya un plan para meter la droga en su maleta», conjetura el familiar. Finalmente, el valenciano fue detenido en el aeropuerto de Nairobi con 10 kilos de cocaína en su equipaje.