Estimado Borja: No te conozco personalmente, así que no puedo juzgarte en virtud de lo que eres. Nada me impide, sin embargo, valorarte en virtud de lo que dices. Y para ser sincero, tus palabras distan mucho de ser virtuosas. Entre otras lindezas, afirmas que “Bildu debe estar presente en el futuro de Euskadi”; que “Bildu no es ETA”, dado que se trata de “un partido legal que se presenta a las elecciones”; y que “ETA se ha acabado”. Llámame inocente, pero lo cierto es que, ni visto lo visto, puedo evitar que tus palabras me sorprendan…

¿Debo recordarte la postura que sostuvo el PP, formación a la que representas, en relación con dicha ilegalización? ¿O acaso has olvidado que el propio Rajoy se mostró visceralmente en contra, por entender que Bildu no había roto lazos con ETA? Dime, ¿en qué han cambiado las cosas desde entonces?

Que los terroristas no maten “ahora” no significa que hayan dejado de existir, tal y como insistes en asegurar. ¿En qué te basas para aseverar tal cosa? ¿Acaso ETA ha firmado su rendición incondicional y definitiva? Instrúyeme, ¿dónde y cuándo entregaron las armas?

En cuanto a Bildu, quienes controlan ese partido son los mismos que ayer justificaban la carta bomba y el tiro en la nuca. Los mismos que, insensiblemente, celebraban con champán cada asesinato. ¿Han mostrado su arrepentimiento, condenando la violencia etarra? ¿Ha variado su actitud en relación con quienes no piensan como ellos? En absoluto. Siguen rindiendo públicos homenajes a sus gloriosos “gudaris”. Como lo hacían antes, solo que con mayor libertad –ellos sí la tienen-; en la certeza de que nadie les acusará por apología del terrorismo; en la novedad de que ahora serán también los dirigentes del PP quienes salgan a la palestra para justificarles. Me barrunto que estarán partiéndose de risa a vuestra costa. Y lo que es peor, a la nuestra.

No te equivoques Borja, los bilduetarras están donde estaban. Siguen siendo los carceleros miserables de siempre. No son ellos quienes han claudicado, no lo harán nunca; sino vosotros. No te preguntaré cuando dejasteis de apostar por la libertad, porque lo sé muy bien. Desde que, Oyarzábal, Alfonso Alonso y tú os hicisteis con el partido en el País Vasco no habéis cejado en vuestro empeño de marcar distancias con San Gil, Abascal e Iturgaiz, esto es, con lo más noble del PP. Había que alejarse de aquellos que la izquierda política y mediática más cerril e intransigente catalogaron como derecha “dura”. ¿Lo veis? También le habéis hecho el caldo gordo al PSOE. No te lo tomes a mal, pero a este paso, vuestra franquicia en el PV terminará por desaparecer.Porque esa es otra.

Si nos atenemos a los resultados, el balance de vuestra gestión no puede ser más lamentable. Desde que María San Gil cediera las riendas, habéis pasado del 17,40% al 11,73% de los votos. Vergonzoso. Y es que, por mucho que insistáis, pulpo nunca será un animal de compañía. Eso el votante lo sabe y obra en consecuencia. Si esto hubiera sucedido en la empresa privada ya estaríais en la calle. Obviamente, contigo, esto no sucederá; en España es metafísicamente imposible que un miembro de la casta responda de sus acciones, cuanto más de sus palabras. Aun cuando éstas sean tan venenosas como perniciosas para la dignidad de la nación y la integridad de la persona.

Dicho lo cual solo queda despedirme, aunque no sin antes recordarte aquellas palabras del viejo Winston Churchill: “habéis perdido la dignidad para evitar la guerra. Ya no tenéis dignidad y además, tendréis la guerra”. El sí se negó a transigir con el Mal. Y el tiempo no tardaría en darle la razón. Ya veremos si a ti también te la da.

Sin otro particular.