Nochebuena y decides hacer zapping, porque te temes de antemano que ya está dictada la adocenante programación navideña.

Por supuesto en mi casa el discurso de Juan Carlos -también cocinado y recalentado en una loa a su mismidad, según nos anuncian hoy los diarios- no lo vimos, teníamos muy claro que si alguien ya no representa a los españoles reales, es su real bajeza.

Se nos ocurre detenernos en 13TV, y ahí está Inmaculada Galván y el sacerdote de la cadena en un infecto y ofensivo reportaje. Langostas, Besugos, exquisisteces que muchos españoles solo verán en la tele; y de compras en “Los Peñotes” uno de los centros más caros de la Moraleja de Madrid, para adquirir vajillas, el árbol -que no es lo típico en España- y belenes de diseño y postín. ¿Reportaje sobre como lo están pasando los españoles? ¿Una cena de Nochebuena en los comedores sociales? ¿Unos minutos para acordarse de los que sufren esta crisis, de las víctimas de la casta parasitaria? ¿Unas palabras de aliento y de denuncia hacía toda esa pomposidad contraria al espiritu navideño? ¿Un reconocimiento a los cristianos que hoy están yendo a misa jugándose la vida en los países musulmanes? No, no y no. Una chupifiesta que más parecía estar haciendo las compras para hogares como los de los Mas, Aznar y Señora de Monte Alina, los Fabra, Griñan, Zapatero, y distintas fauna PPPSOE.

Esa es la televisión de Rouco. Esa clase de televisión que también sale de nuestros impuestos y de la crucecita que hasta que hemos perdidos el trabajo, como borregos hemos marcado.

Si el Niño Dios, no representa el nacimiento de nuestros valores, la recuperación de lo que importa y la regeneración de esta sociedad, entonces, seguidores y simpatizantes, deberemos dejar de ver también esa cadena 13TV.

Navidades tristes donde sin duda Jesús se duele de ver como sus apóstoles han olvidado su labor.

Ayudemos a este Niño a que su venida, de nuevo, y esa es la celebración, encuentre nuestros corazones preparados. Preparad el camino al Señor.