GI.- Suma y sigue. Un despilfarro más con la actual crisis económica que azota a la Generalitat de Cataluña. El Ejecutivo catalán, que está al borde del rescate financiero, ha decidido subvencionar con 37,2 millones de euros las federaciones deportivas catalanas y las uniones deportivas de clubes y asociaciones. Así se desprende de la resolución 2654/2012, de 27 de noviembre, por la que se da publicidad a las subvenciones de un importe igual o superior a 3.000 euros concedidas por el Consejo Catalán del Deporte durante el primer trimestre de 2012, publicada en el Diario Oficial de la Generalitat de Cataluña del 5 de diciembre.

El destino de esos 37,2 millones son pabellones, pistas de atletismo, piscinas climatizadas, palacio de hielo, centro de piragüismo… de varios municipios catalanes como Ivars d’Urgell, Santa Coloma de Gramanet, Puigcerdá, Vilanova i la Geltrú, Lérida, Vic o Sant Cugat del Vallés, entre otros.

Otra de las finalidades del Gobierno catalán en el destino de las subvenciones es el apoyo a la acción de las federaciones deportivas. En este punto llama la atención la concesión de 51.138,00 euros a la Federación Catalana de Palomas Deportivas; 41.440,00 euros a la Federación Catalana de Palomas Mensajeras o 48.280,00 euros a la Federación Catalana de Fisio-Culturismo, entre otras.

Sin duda alguna, se trata de un gasto que, en principio, es innecesario dada la elevada tasa de paro que tiene la región. Máxime cuando, además, el Gobierno en funciones de Mas sigue pidiendo dinero a España para hacer frente al pago de las nóminas de los funcionarios catalanes. Con todo, hay subvenciones con un importe muy generoso. Por ejemplo, 388.779,00 euros a la Federación Catalana de Vela; 301.382,00 euros a la Federación Catalana de Balonvolea; 221.572,00 euros a la Federación Catalana de Ajedrez; 154.600,00 euros a la Federación Catalana de Esgrima y 249.598,00 euros a la Federación de Entidades Excursionistas de Cataluña.

Desde luego, con esta política de financiación a entidades deportivas el Ejecutivo autonómico no da ejemplo de imponerse una exigente política de austeridad dado el contexto económico por el que atraviesa la Generalitat. Antes al contrario, lleva a los ciudadanos catalanes a más ajustes en asuntos como la sanidad pública o en políticas sociales.

Recientemente la Generalitat aumentó las subvenciones para la programación realizada de música en vivo de carácter profesional. La partida, que tenía un montante inicial de un millón de euros, se elevó hasta los 1,7 millones. Esto es, 700.000 euros que los catalanes tienen que pagar de su bolsillo, ya de por sí menguado por la subida de impuestos y la bajada de salarios.

Fuente: Grupo Intereconomía.