Remitido.- Queridos amigos y compañeros: Como todos sabéis, hace poco más de un mes, concretamente los días 5 y 6 del pasado mes de octubre, celebrábamos en Zaragoza las BODAS DE ORO de nuestro Ingreso y Jura de Bandera en la Academia General Militar.

Fuimos muchos los asistentes (creo que 110 de la Promoción). También fuisteis muchos los que faltasteis (supongo que unos porque no pudieron y otros porque no quisieron). Pero lo peor es que muchos otros no estuvieron presentes porque ya no están entre nosotros. Dios mío, ¡¡¡que larga la lista de los fallecidos!!!. Pero, por otra parte, que lógico que así sea, teniendo en cuenta nuestra edad.

Cuando dentro de cuatro años, se celebren las BODAS DE ORO de nuestra salida de Tenientes, es seguro que esa larga lista de fallecidos se habrá incrementado con algunos más. Y es probable, o posible ¿por qué no? que yo sea uno de esos “algunos más”. No es que me ponga melodramático, es sencillamente admitir una realidad incuestionable. Pensando precisamente en esto, es por lo que he decidido escribiros esta carta.

El día 6, después de la presentación ante la Virgen del Pilar, y tras hacernos la foto reglamentaria en el campo de deportes de la Academia, nuestra veterana Promoción formaba en el Patio de armas de la Academia, para desfilar ante la Bandera, besándola y renovando así nuestro juramento de hace 50 años. Para la práctica totalidad de los que allí estabais pasó completamente desapercibido el hecho de que yo no estuviera en la formación, pero así fue. Yo estaba en una de las tribunas de los invitados y desde allí, con profunda emoción, contemplaba el desarrollo de los actos. No tengo el menor reparo en reconocer que cuando vi llegar a besar la Bandera, el último de todos, a nuestro amigo Alfonso Ramírez Chateigner, apoyándose en otro compañero, porque su doble operación de cadera no le permitía hacerlo por sí solo y, a continuación, lo hacían las viudas de nuestros compañeros, que asistían a los actos, las lágrimas se me saltaron hasta el punto de que tuve que secármelas con el pañuelo.

Y ¿por qué no estaba yo en la formación? Tratar de explicaros esto, es la razón fundamental de que esté aquí, sentado ante el ordenador, con lo poco que me gusta este invento. Pues bien, cuando hace seis años, celebrábamos los CUARENTA AÑOS de nuestra salida de Tenientes, en la Academia de Toledo, donde lo hicimos los de Infantería, yo ya (por primera vez) me mantuve fuera de la formación. Como todos sabéis, gobernaba en aquellas fechas, nuestra querida España, el…….Rodríguez Zapatero (me resisto a llamarle presidente, pero tampoco quiero usar calificativos despectivos). La situación era ya, por aquel entonces, en mi opinión y en el tema que nos ocupa, absolutamente inadmisible. Todos recordaréis lo del Tte. General Mena.

Estas son MIS RAZONES:

– Ante todo y sobre todo SOY CATÓLICO, de firmes creencias religiosas.

– JURAR es poner a DIOS por testigo y el Juramento obliga gravemente a cumplir lo que se JURA (2º Mandamiento: No JURAR su Santo Nombre en vano).

– De la Fórmula del Juramento a la Bandera: “¿….la soberanía e independencia de la Patria, de su unidad e integridad territorial y del ordenamiento constitucional, hasta la última gota de vuestra sangre?

– Artículo 2º de la Constitución: “….la indisoluble unidad de la Nación Española, Patria común e indivisible de todos los españoles.”

– Artículo 3º de la Constitución: El Castellano es la lengua oficial del Estado. Todos los españoles tienen EL DEBER de conocerla y EL DERECHO A USARLA.

– Artículo 4º.2 de la Constitución:“….Estas (las banderas de las Comunidades) se utilizarán JUNTO A LA BANDERA DE ESPAÑA, en sus edificios públicos y en sus actos oficiales.

– Artículo 8º de la Constitución: Las Fuerzas Armadas….TIENEN COMO MISIÓN garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional.

– Artículo 97 de la Constitución: El Gobierno dirige ….la Administración civil y MILITAR y la defensa del Estado. Ejerce la función ejecutiva y la potestad reglamentaria….”.

AHORA, DE LOS MUCHISIMOS HECHOS QUE SE PODRÍAN EXPONER, por todos sobradamente conocidos, pongamos solo algunos ejemplos:

– El candidato de CIU. en las elecciones catalanas basó su campaña en proclamar la INDEPENDENCIA de Cataluña, violando gravísimamente el art. 2º de la Constitución sin que el Gobierno se atreva, ni a pensar, en aplicar las atribuciones que le concede el art. 97.

– La guerra de los idiomas, en algunas Comunidades Autónomas, viola clarísimamente el artículo 3º de la Constitución, sin que ni el Gobierno, ni los Jueces, ni el Tribunal Constitucional, hagan absolutamente nada.

– El tema de la Bandera Española, en los edificios oficiales, es otra clara violación del orden constitucional y, a pesar de que, en este caso existen sentencias judiciales favorables, se sigue violando la Constitución y despreciando las sentencias judiciales.

– La Ley de los matrimonios homosexuales; el beneplácito del Tribunal Constitucional al Estatuto de Cataluña; la legalización de grupos afines al terrorismo por el Tribunal Constitucional, que han permitido a BILDU ser la segunda fuerza en Vascongadas…..etc., etc., etc.

– TODOS SON CLARÍSIMOS EJEMPLOS DE VIOLACIONES DE LA CONSTITUCIÓN.

BIEN, entonces ¿como se puede compatibilizar el SAGRADO, INELUDIBLE E IRRENUNCIABLE DEBER, de cumplir nuestro JURAMENTO, con los HECHOS citados anteriormente y con la SUBORDINACIÓN a que nos obliga el artículo 97 de la Constitución, cuando, en algunos casos, son el propio Gobierno o el Tribunal Constitucional, los responsables directos de esas VIOLACIONES? Yo no encuentro la respuesta y, por tanto, NO PUEDO RENOVAR UN JURAMENTO que, en las actuales circunstancias, sé de antemano que NO PODRÍA CUMPLIR.

Muchos os preguntaréis ¿y si no pensabas participar en el acto principal de las Bodas de Oro, por qué viniste a Zaragoza?. Por AMISTAD, por COMPAÑERISMO, porque aunque no pensara participar en ESE ACTO, sentía un profundo deseo de compartir con vosotros esos dos días. Por CARIÑO hacia la Academia; por AÑORANZA de aquellos años, duros, difíciles, de muy limitados recursos económicos, pero llenos de ilusiones y de esperanzas que mantenían alegres nuestros corazones hasta en los peores momentos. Por ORGULLO de la profesión que elegí y que tantas satisfacciones me dio a lo largo de los años. Por AMOR a aquella ESPAÑA a la que podías JURAR, sin dudar ni un momento, estar dispuesto a derramar por ELLA “ hasta la última gota de tu sangre”.

¿Son razones suficientes?. Pues todavía puedo daros otra: Porque quería contribuir, con mi granito de arena, a mantener ESA TRADICIÓN NUESTRA, que como tantas otras cosas que contribuyen a reforzar LA UNIÓN Y EL ESPIRITU en las Fuerzas Armadas, los POLÍTICOS (en general), están deseando erradicar.

Es muy penoso y muy doloroso tener que decir que por la actual ESPAÑA, la de los “INDEPENDENTISMOS”; la de los cómplices y amigos de los terroristas en las listas electorales primero y luego la segunda fuerza más votada en las elecciones autonómicas vascas; la de la CORRUPCIÓN INSTITUCIONALIZADA; la del ABORTO LIBRE Y GRATUITO, incluidas las menores de edad, sin requerir la autorización de sus padres; la del DIVORCIO EXPRÉS; la de LOS MATRIMONIOS HOMOSEXUALES (recalco MATRIMONIOS, no PAREJAS, contra las que nada tendría que alegar); la de la CESIÓN DE COMPETENCIAS a las Autonomías en temas vitales para la UNIDAD DE ESPAÑA y la IGUALDAD DE TODOS LOS ESPAÑOLES (Educación y Sanidad por ejemplo); la que permite que se viole el derecho de los padres a elegir libremente sobre la educación de los hijos; la que se declara ESTADO ACONFESIONAL, pero según el partido en el Gobierno, actúa como rabiosamente “ANTICATÓLICO”,…..Yo, por esta España, no estaría dispuesto a derramar, no digo la última gota de sangre, no derramaría ni la primera. Yo, por esta España, solo puedo derramar lágrimas y rezar.

Cuando dentro de cuatro años, se celebren las Bodas de Oro de nuestra salida de Tenientes, si DIOS lo permite, estaré con los que asistáis a los actos. Y si a la FORMACIÓN y el BESO A LA BANDERA, se le suprime el carácter de RENOVACIÓN DEL JURAMENTO, quedando solo como muestra de nuestro amor a ESPAÑA, también estaré en la formación y besaré la BANDERA, porque el amor a ESPAÑA, siempre estará en mi corazón. Pero, si la voluntad de DIOS dispone otra cosa, espero que cuando tenga que rendir cuentas ante ÉL, el mérito de ser de la XXI Promoción de la AGM., compense mis muchas otras faltas y carencias, y que en el CIELO me permita ocupar un hueco en el rinconcito que seguro tiene reservado para la X XI Promoción.

Un fuerte abrazo

Pd. De todo corazón os pido que no toméis esta carta, como censura a lo que hicisteis los demás. Eso era lo normal, lo que teníamos que hacer, y estoy absolutamente seguro que Dios solo tiene en cuenta la rectitud de vuestras intenciones. Quizás una conciencia demasiado estrecha y mi temor por la situación actual de nuestra España, me lleva a pensar como lo hago. La razón de esta carta era solamente esa, daros una explicación de lo que pienso.