La capilla ardiente del actor Tony Leblanc, que falleció a los 90 años debido a un fallo cardíaco, ha quedado abierta a primera hora de la mañana en el Teatro Fernando Fernán Gómez de Madrid, para que sus familiares, amigos y admiradores puedan rendirle tributo y darle su último adiós.

El espacio teatral, que permanecerá abierto hasta las cuatro de la tarde ha puesto a disposición del público dos libros de firmas para que aquellas personas que lo deseen expresen sus condolencias a la familia de Tony Leblanc.

Cinco coronas de familiares e instituciones, entre las que figura una de la Comunidad de Madrid y otra de sus hijos, han llegado a la capilla ardiente, que se ha ubicado en el hall del teatro y a donde comienzan a llegar los ciudadanos más madrugadores con el objetivo de presentar sus respetos al protagonista de ‘Historias de la televisión (1965)’.

Junto al libro de firmas, se han ubicado varias cartas dirigidas a Tony Leblanc de sus compañeros de profesión Miguel Gila, Paco Rabal y Fernando Fernán Gómez.

El primero, en 1997, le comentaba: “Nos vamos haciendo mayores pero seguimos transmitiendo a los más jóvenes las vivencias”; el segundo le definía “como amigo entrañable como artista un portento”, y Fernán Gomez, le decía: “Tu lo sabes desde hace tiempo había querido ser Tony Leblanc”.

Muestras todas ellas de admiración de sus compañeros de profesión ya fallecidos, y que ahora tienen la réplica en los ciudadanos que se han acercado al teatro madrileño y que le dan las gracias por “los buenos ratos” que les han hecho pasar sus películas y “por ser un ejemplo”.

El actor será enterrado a las cinco de la tarde en el cementerio de la Almudena de Madrid junto a sus padres, con una ceremonia fúnebre que la familia ha querido que fuera en la más estricta intimidad.

Ignacio Fernández Sánchez Leblanc, conocido como Tony Leblanc, nació el 7 de mayo de 1922 en Madrid, y debutó sobre los escenarios como figurante de Pastora Imperio y Celia Gámez, hasta convertirse en imprescindible en la comedia española, con títulos como “Las chicas de la Cruz Roja” (1958), “Amor bajo cero” (1960) y “El día de los enamorados” (1959), en los que coincidió con Concha Velasco.