Ramiro González.- Acabó hace muchos años y no tuve la oportunidad de verla, me pilló demasiado joven. Y doy gracias porque seguramente no la habría podido apreciar como ahora. Aquello que es realmente bueno, da igual los años que pase, nunca caduca. Y en el caso de las series, hay unos pocos ejemplos. Este, es uno de ellos. Catalogarla como la mejor serie de tv jamás realizada también me parece un poco exagerado, pero ya se sabe que un buen eslogan vende.

En España fue emitida por La2 pero desconozco si tuvo buenos datos de audiencia. Ha ganado diversos premios, sobre todo relacionados con la interpretación.

¿Qué nos cuenta esta serie? Pues es la historia de la Familia Fisher, que regenta una funeraria en un barrio de los Ángeles. El argumento como se ve es muy sencillo y puede parecer macabro o escabroso, pero en realidad esconde unas propuestas interesantes. Todos en algún momento de nuestra vida nos hemos enfrentado a la pérdida de un ser querido, pero ¿quienes son esos a los que contratamos para que se encarguen de las pompas fúnebres? Y, en el caso de la serie, ¿Cómo afectaría a un niño crecer en un ambiente como el de una funeraria, rodeado de muerte todo el día? Por otro lado, en cada capítulo, vemos diferentes casos de gente normal que pierde a un conocido o pariente en diferentes circunstancias, y cómo afrontan ese dolor, ayudados por los hermanos Fisher.

A todos aquellos que no la viesen en su momento, les recomiendo que, al menos, adquieran una temporada porque merece la pena, especialmente por la originalidad de su argumento. Es una serie sobre la muerte y pérdida de las personas a las que queremos, tratada con un toque de humor negro, que elimina la carga dramática de la misma. Creo que no dejará indiferente a nadie.