El Barça logra su mejor arranque en la historia de la Liga (3-1)
Los azulgranas ganaron 3-1 al Celta con goles de Adriano, Villa y Jordi Alba; Mario Bermejo marcó el gol con el que llegaron a empatar los gallegos. El Barça consigue 9 victorias y 1 empate en los diez primeros partidos.
Unos sonrientes Xavi y Messi ofrecieron a su público los recientemente obtenidos Príncipe de Asturias y Bota de Oro instantes antes de que comenzara el partido. El cuadro blaugrana se presentó con defensa de tres, acumulando sus efectivos en el centro del campo. Por su parte, Paco Herrera escudó a Iago Aspas con Mario Bermejo y Alex López, intentando dotar de velocidad las salidas a la contra. Las ausencias de Cabral y Samuel en la defensa del Celta no mermaron sus intenciones. La intensidad en los primeros minutos de los defensores gallegos obstaculizó las combinaciones tan características del Barcelona en el área rival, obligándoles a circular en zonas intrascendentes o pegados a la línea de cal.
Traspasados los titubeos iniciales, los locales comenzaron a encontrar huecos en sus entradas por banda. Messi gozó de dos ocasiones que intentó picar por encima de Javi Varas, en su vuelta al Camp Nou, donde se consagró como guardameta. Incluso dejó de finalizar un uno contra uno con el resultado a favor. También las tuvieron Xavi o Iniesta, desde lejos, en una dejada del argentino pisando atrás. La respuestas venían de Iago Aspas, que pudo abrir el marcador de no ser por Víctor Valdés.
Con el monopolio del balón llegaron los goles. Adriano sería el encargado de abrir el marcador tras una pared con Pedro que él mismo había iniciado. Como durante todo el partido, a la contra, Bermejo respondió al aprovecharse de un rechace dentro del área (1-1). Villa completaría el ciclo goleador iniciado hacía cinco minutos para romper de nuevo la igualada a pase de un mágico Iniesta y anotar por tercer partido consecutivo. La lesión de aductor de Adriano antes del descanso provocó la salida de Alves, que siguió con el ritual de incorporaciones iniciado por su compañero. El Barcelona volvió a obligar a la defensa visitante a correr hacia atrás a la salida del descanso.
El Celta veía cómo generaba peligro sin llegar a inquietar a Valdés. Lo que significaba aguantar una semana más a la espera de que los equipos de la zona baja no le rebasaran en la tabla. La puntilla la daría Jordi Alba, cada vez más integrado, en una de sus incorporaciones. Lo hizo en posición antirreglamentaria, pero el tanto subió al marcador. El gol rompió el partido, sin Cesc, sustituido, para poner pausa. A pesar de ello, el Celta fue bajando el ritmo para que el Barcelona campara sobre la alfombra verde del Camp Nou, que dejó a Messi sin un tanto para celebrar su reciente paternidad.