BD.- Podríamos escribir un millón de libros sobre lo que constituye la incompatibilidad absoluta entre ELLOS y NOSOTROS. ¿Pero para qué perder el tiempo y esforzarse para demostrar lo evidente?

Las cosas de la vida son siempre más sencillas que nuestras palabras para formularlas y compartirlas, La verdad es que ELLOS y NOSOTROS sufrimos de esta convivencia forzada, antinatural: nos nos soportamos, no nos queremos, nos odiamos, nos vomitamos mutuamente.

El balance de la utopia de la multicultura y la “conviviencia” es simplemente calamitoso, un engendro cada día más monstruoso, cada día más aterrador. Los que se limpian los ojos con mierda para ver mejor tienen en realidad miedo del Golem que han introducido en la ciudad. Miran para otro sitio, esconden la cabeza, contemplan las estrellas, escapan de la realidad, están plantados ante la televisión: hipnotizados y paralizados.

El verdadero valor, de ambas partes, la única solución incruenta, sería anticiparse al fracaso total de esta pervertida empresa de trastocamiento absoluto de las bases de nuestras sociedades que ha sido fomentada contra los pueblos europeos. Deberíamos ayudar a los alienígenas de buena voluntad (¡hasta podemos pensar que los hay!) para que se vuelvan a sus países de origen y neutralizar a los dañinos que se quieran quedar a destrozarnos la existencia. Esto no ocurrirá, no se hará, la situación es demasiado compleja, luego iremos a la catástrofe. Eso es lo que la gente como yo y tantos otros hemos querido evitar alertando a todo aquél que quisiera escuchar. Y es ante eso que tampoco recularemos llegados el momento. Llevaremos a cabo nuestra misión cuando llegue el caso sin miramientos y de la manera que sea. El suelo europeo es suficiente grande para cobijar a todo el mundo que quiera reposar a dos metros por debajo de la superficie de la tierra.

Llevo 20 años explicando estas evidencias a mi pueblo embrutecido, a mi familia de gilipollas, a mis amigos idiotas, a mis colegas estúpidos, a un mundo de sordos. Por cada tres conversos, 300 imbéciles más, tan conscientes como almejas en una paella, 300 avestruces con la cabeza enterrada en un agujero, 300 borregos con el cuello ansioso de ser rebanado. ¡Coño! ¿Qué os pasa? ¿Queréis vivir o queréis morir?