LA LEGITIMIDAD ES UNA GILIPOLLEZ
BD.- La legitimidad es una solemne tontería, una gilipollez para papanatas que no han salido nunca a la calle, para cobardes que no se atreven a mirar la vida de frente, para idiotas que no sacan sus ojos de la pantalla de televisión y para cretinos que no leen más que las homilías de los “intelectuales” del sistema.
La legitimidad es una gilipollez. La única legitimidad es la fuerza. Los tasmanios son el único pueblo legítimo en Tasmania. Pero mira por donde, ya no queda ni uno. Los apaches y los navajos son los únicos pueblos legítimos de Arizona y Colorado, y sin embargo están encerrados en unas reservas parecidas a unos safaris parks. Los palestinos son los habitantes legítimos de Palestina, y la mayoría de ellos viven fuera de ese país, son ciudadanos de tercera en Israel o parias en los territorios ocupados. Legitimidad no les falta a ninguno de estos pueblos y otros muchos, pero no tienen la fuerza de imponerse, el poder para ser libres o los medios para existir.
Al ritmo que llevamos, en 50 años o poco más, el pueblo que habitará este territorio llamado antiguamente España ya no será genéticamente europeo, aparte unos grupos dispersos y relegados a unos islotes raciales en zonas apartadas. Pero los que nos sustituirán ya se inventarán una legitimidad, ya encontrarán la manera de justificar su legitimidad. Reescribirán la Historia (esa reescritura ya se ha iniciado) y no habrá entonces más de tres o cuatro universitarios de Groenlandia o de Japón para contestar esa versión.
¿Cuál es la legitimidad de los turcos en Turquía? Los turcos salieron del Asia profunda e inundaron el Asia Menor griega y la Anatolia armenia, masacrando y sustituyendo progresivamente a las poblaciones originales. ¿Quién hay hoy que pueda pensar en restablecer la legitimidad griega y armenia sobre esos territorios? ¿Cuantos griegos y armenios hay para hacer valer los derechos legítimos de sus estirpes en esas tierras? Los pueblos no tienen derecho a…, sino capacidad de… El derecho reposa sobre la fuerza y únicamente sobre la fuerza. No hay legitimidad, sólo hay fuerza. Lo demás son pamplinas.
Los argumentos en contra o a favor de Israel son completamente huecos, inconsistentes. ¿qué significa hablar de los derechos legítimos de los palestinos. Fueron aplastados por otros más fuertes. Si eso es justo o injusto, ¿qué quiere decir eso? No hay más nada qué decir. No por lo menos hasta que la balanza de fuerzas se incline en la otra dirección. Mientras tanto, hablar de legitimidad es hablar de mariconadas, de pajaritos preñados. No es ninguna legitimidad lo que impedirá que me roben la cartera a la puerta de mi casa, será la barra de hierro con la que reventaré la cabeza al ladrón que se atreva a a intentarlo lo que me garantizará mis derechos. Deberíamos sacar algunas lecciones de todas esas historias.
Es únicamente la voluntad de poder o (si la cosa se pone fea) de supervivencia, lo que legítima la existencia de un pueblo sobre un territorio. Esto puede ser amoral, pero la vida no es un partido de tenis.
Pero si queréis jugar con otras reglas de juego, aseguraros antes de que los que os acechan y codician vuestra casa, vuestra nevera y el culo de vuestra mujer las hayan igualmente aprobado y estén dispuestos a cumplirlas. Pero dejémonos de estupideces, a los invasores se la suda nuestras reglas de juego, nuestras leyes, nuestra legitimidad y nuestras bobadas de europeos reblandecidos y atontados por el convencimiento de una superioridad moral que a nadie importa un comino.
Tratándose del islam, no hay sorpresa: ellos tienen sus reglas, y no están dispuestos a aceptar las nuestras. Tanto las suyas como las nuestras están hechas de manera que nunca pierden y siempre tienen razón. Por lo tanto no podemos jugar ni con nuestras reglas ni con las suyas esperando ganar en un juego sin reglas comunes y con jugadores dispuestos a someterse a ellas.
Todo lo que podemos hacer es echarlos mientras aún estemos en condiciones de hacerlo.
Es lo que hacen los pueblos que quieren vivir y eso es lo que han hecho siempre nuestros antepasados. Y eso es lo que tendremos que hacer si queremos existir de otra manera que no sea con las cadenas al cuello.
Antes que nada hay que decir que el tema Israel/Palestina no es, obviamente, el tema de este artículo. Pero algunos viven tan obsesionados por esta cuestión, que en cuanto ven u oyen la palabra Israel, o la palabra Palestina, es como si recibieran una descarga eléctrica: saltan de sus asientos, se le encienden los ojos y empiezan a echar humo hasta por las orejas. La mayoría de las veces se trata de gente que ni es israelí o judía, y ni es palestina o árabe, son españoles para más señas. Bueno sería que esta gente mostrara el mismo entusiasmo y… Leer más »
Para Pragmática.
1.300.000 de personas creen en Alá….
Ojalá sólo fuera esa cantidad. Quería decir 1.300 millones.
¡Ostras, Pedrín! El redactor BD osa traspasar sin ambages la temible línea roja de lo no ya política, sino moralmente correcto. Y yo retorciéndome las neuronas buscando eufemismos para no delatar mi enmienda a la totalidad de los supuestos fundamentos cristianos de la cultura europea… ¡Qué relax invade ahora mismo mi pecho!
El hecho de haber encontrado, aunque sea una sola voz, que comparte tu misma disidencia radical; saber que no estás solo en esta triste coyuntura amortiza con creces el coste de un ordenador. Internet como terapia o profilaxis contra la locura.
Los palestinos no son los legítimos habitantes de Palestina, ya que muchos de ellos han nacido en Egipto, Arabia Saudí y/o Jordania, empezando a llegar a esa tierra inmediatamente después de la creación del Estado de israel. El único pueblo que ha vivido siempre en la antigua Canaan, rebautizada Palestina por los romanos cuando la conquistaron hace dos milenios, es el judío. Concretamente, los descubrimientos arqueológicos datan la existencia de los judíos en Tierra Santa desde hace más de 3.000 años y esto, esto sí que les da la legitimidad a los judíos, que no a los palestinos!!!. Por otra… Leer más »
Solamente cuando esté al borde del precipicio, sera cuando el hombre blanco despierte, y esperemos que no sea demasiado tarde, ya que el hombre de color, cuando sea mayoría, no se lo pensará dos veces para acabar con nosotros.