“Me llamo Alice, y antes trabajaba para la Corporación Umbrella”. Cuando el espectador escucha esta clásica introducción, sabe que se va a sumergir en una auténtica espiral de disparos y adrenalina. Esta es ya la quinta y en principio penúltima entrega de la saga de películas basadas en los videojuegos. En esta magnífica película de entretenimiento nos encontramos de nuevo con Alice (Milla Jovovich), recluida en unas instalaciones submarinas pertenecientes a la Corporación Umbrella, en donde tendrá un aliado inesperado que la ayudará a salir, pues ella es la clave para la supervivencia de la humanidad.

Dirigida una vez más por Paul WS Anderson, marido de Jovovich para más señas, esta nueva aventura tiene una estupenda duración, y si fuese más larga tampoco pasaba nada porque el ritmo vertiginoso hace que se pase el tiempo en un suspiro. Y un buen despliegue de medios, con un guión que, siendo sinceros, no es una maravilla pero aun así cuenta una historia que es perfectamente plausible dado los tiempos que corren. En conjunto, el relato de todas las películas y los juegos nos habla de una Empresa que cree a pies juntillas en el principio maquiavélico de que “el Fin justifica los medios”, es decir, que harán cualquier cosa con tal de obtener cuantiosos beneficios. Y, concretamente en esta película, vemos hasta donde estuvo dispuesta a llegar dicha corporación, pero no voy a revelarlo aquí, por lo que el que desee saberlo tendrá que ver la saga.

Ya hay confirmada una sexta entrega, y según las palabras del propio director, con esta pondrá punto y final ya a la historia de Alice. ¿Logrará salvar a la raza humana de la extinción? Tendremos que esperar un tiempo para averiguarlo.