Caos en la sanidad de Baleares
Sergio C. Alemany.- De sobra conocido es el ruinoso estado en el que el ejecutivo socialista-nacionalista que gobernó Baleares desde 2007 ha dejado las cuentas de la región.
Si bien no sorprende este extremo, habida cuenta de los ejemplos que tenemos de otros gobiernos socialistas en el conjunto de España o de otras aventuras junto a partidos nacionalistas como en la región catalana, esta situación ha obligado al Gobierno de Bauzá a adoptar durísimos recortes con el objetivo de reducir la deuda pública, muchos de los cuales han chocado frontalmente, como suele ser habitual, con sindicatos y asociaciones de los sectores afectados, así como de la oposición y sus voceros que, a pesar de saberse causantes del despilfarro, hacen gala de sus pocos escrúpulos pidiendo explicaciones por la actual situación.
Desde el punto de vista sanitario, Baleares se ha visto azotada por fuertes manifestaciones y amenazas de huelga por parte del colectivo médico en protesta por los recortes aplicados, entre ellos, el cierre del Hospital General y el Juan March. Por lo visto, los médicos pagan su frustración con los contribuyentes, quizás buscando que la indignación ciudadana sea la que al final presione al Consell a dar marcha atrás en sus medidas.
Nos cuentan que la semana pasada, en el Centro de Inspección de Trabajo de la Seguridad Social, dependiente de la Delegación de Salud Balear, una ciudadana mallorquina sufrió esta experiencia en sus carnes. La afectada acudió al centro sanitario para pasar revisión rutinaria debido a la depresión que sufre por la situación de acoso que denuncia por parte de su jefe, situación avalada por informes no sólo de especialistas privados, sino por los propios especialistas de la Seguridad Social que corroboraron este extremo en revisiones anteriores.Era un mero trámite por el que ya había pasado en otras ocasiones, pero pronto se pudo dar cuenta de que esta visita no iba a ser como las anteriores.
Según informaciones, el médico, que responde a las iniciales J.E.G.R. la recibió con un tajante “no me importa ningún informe de los que traigas. Me han ordenado que administre los fondos públicos y es lo que voy a hacer, te incorporas a tu empresa y te apañas con tu jefe”. La afectada intentó que el citado médico leyera al menos los informes que sus propios compañeros de profesión habían redactado sobre su caso en los que, entre otras cosas, se hace referencia a los impulsos suicidas por los que ha pasado, ante lo que se encontró con la vena más xenófoba y sexista del médico. “¿Eres tonta o qué, encima de que hago el esfuerzo de atenderte en castellano? Me da igual lo que hagas con tu vida, si eres una mala profesional es lo que te mereces” Completamente perpleja, la afectada se levantó y abandonó la consulta entre la sentencia del médico, “Esto pasa por contratar mujeres”.
Independientemente del currículo profesional del paciente, que en este caso es intachable, es intolerable que un funcionario público de este trato vejatorio a un contribuyente, que por cierto sustenta su sueldo. Está en su perfecto derecho de, en virtud de su capacidad profesional, dictaminar lo que estime oportuno, pero no a dar este ejemplo de mala praxis profesional menospreciando, insultando y extralimitándose en sus funciones. La situación es grave si sus malas artes responden a una orden directa del Consell, lo cual también es una posibilidad ya que según parece este cambio de actitud se produce después de la aprobación de unos presupuestos generales durísimos para Baleares, pero si lo hace por la situación de inestabilidad que vive la Sanidad en Baleares, buscando crear un malestar social que estalle en la cara del Gobierno Balear, es inadmisible.
Y lo más intolerable de todo es que este comportamiento venga de un colectivo que aboga por una sanidad gratuíta a ilegales que nunca han contribuído a la Seguridad Social, siempre y cuando no sea en su consulta privada por supuesto, poniendo de manifiesto lo mucho que les importa a ellos la correcta administración de los fondos públicos.
Si se cambia la ley los funcionarios dejan de existir, se ha hecho en Italia y en Gran Bretaña con bastante exito, aquí demuestra que los médicos no tienen vocación tienen ambición, cuando dejan de percibir esos sueldazos ya se ponen a la greña, pues nada, para lo que sirven, en mi caso varios parientes han muerto y ellos poco han echo, pero así son, se creen algo y no son nada.
No es de extrañar. Lo primero que tenía que haber hechoel PP es eliminar toda influencia del gobierno PSOE-Entesa, igual que en la educación
Y cómo los quitas, si son funcionarios?
abriendo expedientes y sancionando. Será que no están haciendo cosas ilegales, tanto médicos como miembros de la enseñanza