A Roma con amor
Ramiro González- Woody Allen regresa con su película anual, y esta vez, viajamos con él a la ciudad de Roma, en donde tienen lugar varias historias. Pero, al igual que pasó con Midnight in Paris, la protagonista absoluta sigue siendo la ciudad en donde transcurre todo. Por un lado, nos encontramos con una estudiante americana que está en Roma haciendo turismo. Buscando la Fontana de Trevi, conoce a Michelangelo, un abogado italiano del que se enamora perdidamente. Pasa el tiempo, y los padres de la chica viajan a Roma para conocer al futuro marido de su hija. Los padres están interpretados por Woody Allen y Judi Davys, quien ha participado en otras películas del director como “Desmontando a Harry”. En otra de esas historias, encontramos a una joven pareja que viene a Roma a conocer a la familia del marido, quienes le van a proporcionar un puesto de trabajo importante así como una buena posición en la jet set de Roma. Su mujer decide buscar una peluquería para arreglarse un poco y causar buena impresión, pero se pierde por las calles de la ciudad. En esto, llega a la habitación del hotel una prostituta interpretada por Penélope Cruz, que se confunde de cliente y se queda con el joven y se hace pasar por su mujer.
No voy a entrar en más detalles porque si no destrozo la trama de la película. Simplemente mencionaré que Alec Baldwin hace una buena interpretación aunque no precisamente la mejor de su carrera, y Roberto Begnini, muy gracioso y prácticamente haciendo de sí mismo. Desde luego esta película no engrosará la lista de las mejores obras del director neoyorkino, pero me pasé una buena tarde de risas con ella y es una cinta muy agradable. No voy a cometer el error que habitualmente hacen los “entendidos” de compararla con la anterior, ya que ambas no tienen nada que ver, ni mucho menos con otras anteriores de la que denominan “etapa europea”. El resultado es una ligera comedia surrealista que hará las delicias de aquellos que echemos de menos al Woody Allen tradicional.