De nuevo, el Barcelona sufre. Tal como ocurriera en el partido de Champions ante el Spartak, el equipo azulgrana no lo pasó bien y se llevó más de un susto serio antes de encauzar, al final, la victoria, en parte, gracias a un gran Toño en portería y los espacios que el Barça dejó atrás en su defensa de circunstancias.

Estuvieron cerca de saltar las alarmas en Can Barça por la tozudez nazarí y por la excelente actuación del meta del Granada. Sin Piqué ni Puyol en defensa, el Barça buscó el gol sin rémoras y los de Anquela, con argumentos numantinos, se hacían amigos del reloj para soñar con arrebatar un punto del Camp Nou, quizá, el escenario futbolístico más impropio para salir con una sonrisa.

Sin embargo, Xavi enganchó un rechace al borde del área y la pegó a la misma escuadra, el único sitio al que no llegaba Toño. El de Terrasa, que ha marcado al Granada en sus tres anteriores enfrentamientos, desatascó un partido que se había vuelto canalla para los culés. De hecho, Orellana tuvo un mano a mano clarísimo que estrelló en el pecho de Valdés.

Se pasó del posible 0-1 al 1-0 en un abrir y cerrar de ojos. El Granada no se lo podía creer, había tenido en la palma de su mano los titulares de este domingo. Pero no, no pudo ser. El Barça demostró que su falta de brillantez fue más mérito del rival que de su escasa claridad con el balón, aspecto que siguen dominando a la perfección pese al perfil bajo de su actuación.

Villa, en la titularidad por primera vez tras su lesión, buscó reencontrar sensaciones en un partido algo feo para él, pero la fortaleza del Granada (defensivamente impecable) impidió la habitual lucidez culé, algo atenazado desde el susto del pasado miércoles ante el Spartak de Moscú.

Pasó la primera parte, llegó la segunda y la falta de espacios seguía matando a los de Tito Vilanova (que volvió al banquillo tras dos partidos de sanción). Nyom firmó un encomiable ejercicio físico y El Arabi, que aportó frescura, fueron lo mejor del cuadro rojiblanco.

Así hasta que el desenlace acabó condenando con fiereza al Granada. Xavi, actor de reparto este sábado, enseñó los galones para dejar los puntos en casa. A falta de dos minutos para el final, una jugada de Messi acabó en los pies de Borja Gómez, que no pudo evitar introducirse el balón en su portería.

De esta manera, el Barça cerró su quinta victoria consecutiva (la sexta contabilizando la ‘Champions’) en este curso, pero parece claro que los rivales saben donde hacer cosquillas al cuadro blaugrana que, pese a todo, sigue teniendo recursos para desembarazarse de cualquier embrollo con una exquisita naturalidad.