Pocos personajes españoles alcanzaron tanta fama por unas declaraciones. Claro que las del coronel Francisco Alamán Castro no han sido unas declaraciones cualquiera. Los separatistas y sus terminales mediáticas han montado en cólera con él por recordarnos que las leyes españolas están para cumplirse y que los militares tienen la exigencia de ser fieles a su compromiso de juramento con la unidad de España.

Curiosamente, los que han montado en cólera con el coronel Alamán son los mismos que consideran que meter la Constitución en el objetivo de la bragueta, quemar banderas de España y declarar la independencia de Cataluña, son las únicas libertades que en España están permitidas. AD pretende que los lectores conozcan algo más de la personalidad del coronel Alamán, revulsivo de la conciencia nacional y sin duda el fenómeno mediático del momento.

-Coronel, se ha convertido en pocos días en uno de los personajes más controvertidos y populares de España. ¿Cómo está viviendo este súbito salto a la fama?

No me gusta, lo único divertido son los separatistas catalanes, que están muy agitados y me presta (gusta, en bable). Lo traduzco, pues a lo mejor Tardá no habla bable, es lo que me pasa a mí con el catalán y ya me gustaría. Tardá y compañía han pedido hasta el amparo a las Cortes. Se han olvidado de Obama y de la Moreneta, un lapsus. Ya decimos en el cuartel: a la mejor puta se le escapa un pedo, a veces somos un pelín bastos.

Yo, aprovechando la proximidad de su día, se lo he pedido a la Santina. Menudas carcajadas se van a echar las dos.

-¿Esperaba que sus reflexiones sobre el separatismo catalán fuesen a tener la repercusión que han tenido?

No, ciertamente. No esperaba tanto anormal en mi Patria, pero esta visto que hay a esgalla (muchos)

-Muchos españoles se preguntan; ¿quién es el coronel Alamán?

No tantos. Pero se lo explico rápido: un soldado de Infantería, que quiere a España como a su vida, suspendido dos veces en el examen de ingreso en la Academia General Militar, siendo su Director mi tío, el general Emilio Alamán Ortega, defensor del Alcazar como mi padre, luego sería teniente general. Así eran los generales antes. No le guardo rencor, le admiro, pues tuvo toda la razón del mundo, fue justo y me enseñó lo que era la milicia: “Una religión de hombres honrado”. Ya lo había dicho antes un soldado de Infantería, Calderón de la Barca.

Le cuento algo interesante: Uno de nuestros JEMAD (jefe de estado mayor de la Defensa) de la democracia, se preparó conmigo para la Academia.Era falangista, yo no lo he sido nunca; fue más listo que yo, ingresó a la primera, yo a la tercera. Casualmente su hijo, también piloto, fue el primer comandante ascendido a dedo en Aire, el segundo, naturalmente, fue el hijo de su JEMA (jefe de estado mayor del Ejército del Aire). Le podría poner más ejemplos aun peores, pero todos después de 1975.

Se me olvidaba, fui el sexto por la cola de la 17 promoción.

-¿Cuándo se despertó en usted la vocación militar?

Nunca, nací con ella.

-Háblenos de su etapa militar en el Sahara…

Fue una preciosidad, el desierto a camello no tiene precio, a excepción de la “marcha verde”, para mí absolutamente necesaria. Ya sé que en esto difiero de mucha gente, pero qué le vamos a hacer. Yo estaba allí. Admiro con toda mi alma al pueblo saharaui, un gran y desgraciado pueblo. Pero el que mandaba en el Sahara era el POLISARIO. Muy similar a la ETA.

El POLISARIO era, no se si es, un movimiento terrorista a las órdenes del cruel FLN argelino y comunista, el primer grupo terrorista que empleó las bombas contra la población civil en masa: cafeterías, estaciones de tren, etc, como luego sufrimos en España.

Hubiese sido ridículo que muriese un solo soldado español defendiendo el Sahara, para, a continuación, entregárselo al POLISARIO.

El POLISARIO era esto: El 28 de noviembre de 1978 fue abordado el pesquero Cruz del Mar, sus tripulantes apresados, eran diez, siete fueron degollados mirando a la Meca, entre ellos un niño de catorce años, Sebastián Cañada, que como premio por haber aprobado iba en el barco de su tío. Tres lograron salvarse tirándose al agua aprovechándose de la oscuridad. El barco fue dinamitado. Uno de los heridos que logró escapar contó que uno de los polisarios preguntó al niño por los años que tenía.

“Catorce”, le respondió el pequeño.

Y el cerdo comentó, entre las risas del resto de la piara: Qué pena morir tan joven.

Seis de los terroristas fueron identificados por las fotografías de la policía.

Ataques similares hubo contra 34 barcos españoles y uno coreano. Las agresiones concluyeron con la finalización del sexto muro construido por Marruecos en 1987, que impidió la salida al Atlántico de los comandos del Frente Polisario. Además, el acuerdo de pesca de 1987 se negocia con la Comunidad Económica Europea, lo que hace temer al POLISARIO y a Argelia de posibles represalias de Europa por sus atentados, sobre todo por la fuerte influencia de Francia, nación muy seria para esas cosas.

-Usted es sobrino de uno de los militares españoles más ilustres del siglo XX. ¿Qué puede decirnos de su tío, el teniente general Alamán?

Se diferenciaba bastante de los de ahora. Estando de director en la Academia (1957), siendo cadete el actual Rey, tenía un primo, también cadete, bastante metepatas, el Infante de Baviera. Mi tío lo expulsó de la Academia. Franco le llamó a capítulo, le dijo que no podía expulsarle y mi tío le contestó que de la Academia se iba el infante o se iba él. Había que tenerlos bien puestos para decirle eso al Caudillo. Franco se despidió de mi tío con cara de pocos amigos. Al día siguiente salía expulsado de la Academia el infante de Baviera.

Mi tío el general Alamán era también muy amigo del comandante Rojo, luego general en jefe del Ejercito Rojo. Publicó con él una revista militar de gran prestigio “Colección Bibliográfica Militar”. También fue íntimo amigo de Blas Piñar, padre del notario Blas Piñar. Ambos recibieron al comandante Rojo, cuando subió al Alcazar a proponer la rendición. Los tres habían pertenecido a la Unión Militar Española (UME) preparadora del Alzamiento.

Junto con otros compañeros hizo todo lo posible para que Rojo regresase a España, cosa que ocurrió en 1957. Dicen ahora que a Franco le sentó como un tiro, cosa absolutamente falsa. Mi tío, a pesar de todas estas cosas, ascendió a teniente general, el superior ascenso posible en la época, que solo podía otorgar el Generalísimo.

-Coronel, ¿cuáles son sus aficiones?

Me gusta leer, sobre todo cosas relacionadas con la lamentable II República y la inevitable Guerra Civil. Suelo leer libros de rojos porque son los que más razones me dan para querer a España. La mía no la de ellos.

¿Qué representa Asturias para usted?

Es mi patria chica, la mejor y ya sabe: Asturias es España, lo demás es tierra conquistada al moro.

-¿Se tomaría usted una sidrina con Joan Tardá?

¡Yo sidrina! Con cualquiera, hasta con Tardá (ríe). Bueno, eso si no me denuncia antes y me arresta. No, no creo que me hiciese esa faena. Es malo, pero no creo que lo sea tanto.

-¿Qué representa Dios en su vida?

El primero. Es el más antiguo y ya sabe lo seriamente que los militares nos tomamos la antigüedad en el empleo.

-Usted ha sido paracaidista, esquiador, jefe de fuerzas especiales, experto en derecho, lo que antes se llamaba un militar integral…

Bueno, no es para tanto, creo que cumplí siempre con mi deber de soldado. De todas maneras, ya sabe que a la mejor puta se le escapa un pedo. A mí alguno se me escapó, me gustó y además me pagaban. Mi agradecimiento al Ejercito es muy grande.

-En AD cuenta usted con una legión de admiradores, ¿qué querría decirles?

Que muchas gracias y a seguir.

-Usted nació en la misma tierra que don Pelayo. ¿Sabe que este personaje histórico está proscrito en las escuelas y que los niños españoles desconocen siquiera su existencia?

Una pena esta nueva y falsa historia que se inventan los políticos de izquierda y derecha; ya sabe, la izquierda impulsa y la derecha admite. ¡Pobres de nuestros hijos, cómo como les engañan! Es que esta gente lo manipula todo.

Mire, en un antiguo y moderado periódico de Oviedo, La Nueva España, su historiador de cámara, don Javier Rodríguez Muñoz, al que no se puede rebatir, ya que la directora censura todo lo que es verdad, dice refiriéndose a la Dictadura de Primo de Rivera: “La UGT experimentó las mismas crisis que afectaron al SOMA y al socialismo durante la Dictadura”. Eso lo lee la gente y cree que es verdad. Pero es que además es lo que durante años se ha estado enseñando en los colegios, cuando la realidad es que el PSOE y la UGT participaron en el Consejo de Estado de la dictadura de Primo de Rivera (su líder, Largo Caballero, fue consejero de Estado (BOE.14-10-24), en el Consejo Interventor de Cuentas, en el Consejo del Trabajo, en la Comisión de Corporaciones del Ministerio de Trabajo, en los Comités Paritarios, en la Oficina Internacional de Ginebra, etc. Y por supuesto en todos los ayuntamientos y diputaciones de España.

El resto de partidos y sindicatos fueron perseguidos con saña, incluidos los sindicatos católicos. La UGT duplicó su afiliación con el dictador Primo de Rivera, como así lo reconoció Azaña en 1930. Recibió grandes cantidades de dinero, 25 céntimos por tonelada extraída y regalos costosísimos del dictador, tales como el pozo San Vicente y el orfelinato minero, entre otros. Pues como eso, todo lo demás.

-Imagine que tiene usted la ocasión de servir de anfitrión al ministro de Defensa en Covadonga, ¿qué le diría en ese escenario tan sagrado para muchos españoles?

Mejor que pongan a otro. Todas las cosas de nuestra historia la sabe él mejor que yo.Y las del Ejercito, en el que está pez, sería demasiado largo tener que explicárselas.