Leo comentarios y noticias al respecto de esa palabrería que lleva treinta y seis años llevando la boca de todos los partidos del régimen liberal que padece España. Consenso, Estado de Derecho, democracia, justicia.

Sí, como leen. Estado de Derecho se empeñan en reafirmar una y otra vez los políticos de ambos partidos parasitarios que han negociado con los terroristas del norte incansablemente mientras les conceden así una indulgencia propia del mendicante y pobrecito lego inocente. Esa es la justicia, ese es el Estado de Derecho que los partidos del régimen juan carlista y liberal entienden.

Les gusta el poder y si hay que negociar con asesinos no se preocupen y duerman tranquilos pues eso lo harán. Lo llevan haciendo mas de siete lustros ¿por qué iban a dejar de hacerlo ahora? Eso sí, tienen a sus voceros y palmeros que les defienden. Defienden a hombres de democracia como Mayor Oreja y… Basagoiti. Mientras que en la cúpula de la secta liberal que es el Partido Popular se negocia y administran con los asesinos de miles de españoles. Santurrones del grado 33 que han aceptado y colaborado desde antes del régimen liberal juan carlista con los nazi terroristas, mientras compraban y chantajeaban a las víctimas del terrorismo afirmando que las defenderían incansablemente.

Estado de Derecho llaman a conceder libertad a terroristas como Bolinaga y otros que se realizan pruebas de fertilidad en las regiones del norte mientras su prisión permanece en Cádiz. Estado de Derecho es -como Dalmacio Negro afirmó en un artículo llamado La tiranía del consenso hace un año- conceder la visión de un ius hostis a aquellos que se mantienen impasibles en reclamar el separatismo de “sus tierras” contra España.

El Gobierno liberal Rajoy y Mayor Oreja -ese que tanto habla de justicia contra el terrorismo- afirmó en su campaña electoral que defendería a las víctimas y hoy vemos cómo han traicionado al voto anti-terrorista que le concedió ciega y confiadamente un amplio sector de las víctimas de los súbditos de Sabino Arana y su racismo separatista contra España.

“¿Por qué será que han concedido ese apoyo a los terroristas del norte?” Se cuestionan hoy muchos cándidos votantes del liberalismo y el socialismo. Pero no es esa la pregunta correcta, la pregunta es: ¿cuándo no han cedido y apoyado los sucesivos gobiernos de éste enfermizo régimen y sistema apoyo a los asesinos del norte? ¿Cuándo? Les resonará esta pregunta en sus oídos como un terrible martilleo porque no encontrarán respuesta ante tal inmundicia, tal injusticia y tal venta de España -porque antes que a la Babilonia europea la vendieron a los enemigos-.

“Y que aprenda España entera/ de la pobre piconera/ como van el mismo centro/ royendo de la madera/ los enemigos de dentro/ cuando se van los de fuera”. Sí, enemigos de dentro pues hoy ya no es el enemigo externo ni el pueblo tampoco “se engaña/ con ese engaño marcial/ de la guerra y de la hazaña.” Hoy si el pueblo español se engaña con algo es con esa palabrería tan propia de los tibios y pusilánimes que durante siete lustros les han ido profiriendo desde todos los medios, esa palabrería de “la libertad, la democracia, el Estado de Derecho y la justicia.” Inmunda palabrería que hoy solamente unos pocos legos cándidos y engañados pueden creer.

Cuando San Agustín comienza su magnífica obra De Civivtates Dei, habla sobre los traidores de Roma y cómo éstos pidieron a gritos el perdón en las iglesias católicas mientras fuera se mataban unos a otros. Tras habérseles concedido dicho perdón en nombre del único Dios verdadero y jurando la catolicidad ellos -los adoradores de dioses nauseabundos y falsos- vieron ya su paz llegada y no dudaron, cuando tuvieron la oportunidad, en conquistar aquello que en realidad deseaban, el poder. Y ya conquistado la salvación de sus vidas terrenas quedó como algo anecdótico y “necesidades del guión”. Ulteriormente reestablecieron el culto a los dioses profanos y olvidaron en nombre de Quién se les había concedido el perdón, la libertad de su vida terrena y ulterior vida sempiterna.
A éstos nos recuerdan hoy los tibios hombres de consenso que entraron en esas manifestaciones -equiparémoslas a los templos católicos de la Roma antes citada- y asociaciones de víctimas del terrorismo para en nombre de ellos -como los traidores romanos en nombre del Dios verdadero- conquistar el poder.

De pusilánimes y tibios va la historia. Nihil novum sub sole, porque “¡la Lola murió del mal/ de que está muriendo España!”.