Soeren Kern.- Los Mossos d’Esquadra han imperdido recientemente el matrimonio forzado de una niña de 13 años de edad, perteneciente a una familia musulmana originaria de Marruecos.

La niña es una de las nueve casos detectados de matrimonios forzados en Cataluña durante los seis primeros meses de 2012 y que han tenido a niñas como víctimas. En los siete casos restantes, la policía autonómica catalana no pudo intervenir a tiempo para evitar que los matrimonios se llevaran a cabo.

Los Mossos reconocen que, según datos oficiales, en Cataluña se han producido más de 50 matrimonios forzados desde el año 2009. La policía autonómica admite que esta cifra representa sólo “la punta del iceberg”. “Muchas de las víctimas no son conscientes de sus derechos y la mayoría de los casos no se denuncian”, señala un portavoz.

Los matrimonios impuestos a la fuerza constituyen ya un caso especialmente grave en Cataluña, donde la población musulmana se ha disparado en los últimos años. Con 7,5 millones de habitantes, los informes oficiales de la Generalitat establecen que en Cataluña viven más de 400.000 musulmanes. Oficiosamente se sabe que son muchos más y que incluso superan la cifra del millón. En la década de los 80, el número de musulmanes residentes en aquella región no superaba los 30.000.

La población musulmana ya supera el 20% en muchos municipios catalanes. Especialmente llamativo es el caso de la ciudad de Salt, en Gerona, donde los inmigrantes musulmanes representan el 40% de la población. Salt es conocida en medios policiales internacionales como la “nueva meca del islamismo radical” y se cree que la sharia se aplica con normalidad en algunos sectores de su hermética población islámica.

Según los Mossos, la mayoría de los matrimonios forzados en Cataluña están relacionados con niñas musulmanas del norte de África, África subsahariana, Asia meridional y Oriente Medio. En la mayoría de los casos se trata de inmigrantes musulmanes procedentes de Marruecos, Pakistán, Gambia, Guinea y Senegal. Los matrimonios se suelen arreglar con un primo u otro miembro de la familia para continuar con la tradición, al objeto sobre todo de evitar la europeización de las niñas, o para pagar deudas pendientes.

De acuerdo con los informes oficiales, cuatro de los casos de matrimonios forzados durante los seis primeros meses de 2012 se produjo en la provincia de Gerona, una de las más islamizadas de España. 

El caso de la niña mencionada se produjo en enero de 2012, cuando la madre de la pequeña murió y el padre, que residía en la vecina Francia, se llevó a la niña a vivir con él en Toulouse.

Una vez en Francia, la chica descubrió que su padre estaba planeando casarla para julio con un marroquí 30 años mayor que ella. La niña alertó a la policía en Toulouse, quien transfirió la información al Consulado español en la ciudad. Las autoridades españolas idearon un plan con la niña, quien debía convencer a su padre de que la llevara a Gerona para cumplimentar algunos trámites oficiales. Una vez en la frontera de España, la policía detuvo al padre y la niña fue trasladado a un hogar de acogida en Gerona.

Como el matrimonio forzado no es un delito tipificado en el Código Penal español, la policía trata de utilizar otras vías legales, tales como el asalto sexual, la detención ilegal, la violencia de género y el secuestro. En el caso que nos ocupa, la policía determinó que la niña estaba siendo sometido a violencia física, y detuvieron al padre por abuso de menores. Pero como a menudo sucede en España, el juez encargado del caso ordenó la excarcelación del padre a las pocas horas.

Muchos informes sobre matrimonios forzados de niños llegan a la policía a través de las escuelas: las víctimas suelen confiar en un maestro de confianza. En uno de esos casos del año 2011, la policía detuvo en Hospitalet a un hombre de 27 años de edad, marroquí, por casarse a la fuerza con una menor de edad.

El caso salió a la luz pública después de que un antiguo profesor y vecino de la niña alertara a la policía. Una investigación posterior descubrió que la familia de la niña había realizado un viaje a Marruecos para concentar el matrimonio.

Los investigadores descubrieron que la pequeña se hallaba secuestrada en el apartamento de su nuevo marido y que incluso había sido víctima de violación. Una vez más, el juez de la causa ordenó la libertad del marido.

En otro ocasión, una joven paquistaní, que había sido forzada a casarse contra su voluntad, pudo escapar de su marido-captor y estuvo vagando sola  por las calles de Barcelona durante diez días hasta que se decidió a denunciar su caso a la Policía.

En algunos casos, el detonante para el matrimonio forzado se produce cuando las mujeres jóvenes de familias inmigrantes musulmanas se enamoran de un español y los padres deciden intervenir. Este fue el caso de Nabila, una joven de 17 años que comenzó a salir con un compañero de su instituto, de origen español. La familia la convenció para que viajase a su país natal para una reunión familiar. Una vez allí, se vio obligada a casarse con su primo. Aunque se resistió, finalmente  tuvo que ceder cuando su familia la amenazó con impedir que volviese a España si se negaba a firmar el acta de matrimonio.

En total, los Mossos d’Esquadra impidieron 21 matrimonios forzados en 2011, 13 de los cuales afectaban a menores de edad; otros 15 en 2010, y 13 en 2009. También señalan que en el año 2011 se evitó la mutilación genital de un total de 36 niñas de edades comprendidas entre dos y 12 años. La mayoría de los casos (27) se produjo en la provincia de Barcelona, ??ocho en Gerona y uno en Lérida. En 2010, la Policía catalana evitó la ablación de 28 niñas y de otras 55 en 2009. Cataluña representa el 80% de las niñas que en España corren riesgo de ser mutiladas.

La policía local dijo que muchas de las niñas musulmanas en Cataluña viven con el temor de la reunión de la familia así llamada en el encubrimiento y que a menudo hablan de amigos que se fueron de España, pero nunca regresó.

*Soeren Kern es miembro del New York Institute, con sede en Gatestone. También forma parte del Grupo de Estudios Estratégicos.