El presunto homicida.

Situación límite. Sobran las palabras de condolencia y los lamentos. Sobran los rasgamientos de vestiduras. Si la casta traidora y ladrona es incapaz de garantizar la seguridad de un país que, guste o no, se halla en pie de guerra como consecuencia de los criminales de toda laya que aquí han entrado ilegalmente, que sea entonces el Ejército quien asuma el control de la seguridad de los españoles.

Hace unos años, el Gobierno de Zapatero militarizó el aeropuerto de Madrid para garantizar la normalidad en los vuelos debido a una huelga de controladores aéreos. ¿Cuánto no será más importante la vida y la seguridad de los españoles que el derecho a volar de un puñado de turistas? La democracia ha fracasado también en materia de seguridad ciudadana. Nuestros agentes del orden, escasamente cualificados para el eficaz ejercicio de su función preventiva, se ven impotentes para frenar la oleada de robos y crimenes que padecen nuestros compatriotas. A la mermada preparación de nuestros agentes, su escaso instinto vocacional, se une la presencia en nuestro suelo de todas las mafias internacionales y una desmoralización general fruto de unas leyes suicidas que ponen en la calle al criminal a las pocas horas de su detención.

España es un chollo para cualquiera que venga a robar, a violar, a matar y en general a delinquir. La cifra alcanza ya los miles. La situación desborda todos los límites. Cualquier sociedad con apego a su supervivencia colectiva habría activado ya todas sus luces de alarma. La vida de un español, de uno sólo, vale infinitamente más que cualquier norma del engendro constitucional.

Los españoles más humildes están siendo diariamente atacados mientras la casta política y financiera se parapeta en sus urbanizaciones de lujo, con todas las medidas de seguridad a su alcance. Saben que sus hijos y familiares más directos están a salvo de estos cabrones criminales. A la casta le importa nada nuestra seguridad. Si le importara, habría establecido hace tiempo un rígido control sobre los ilegales en España y habría endurecido las leyes de mermelada que se aplican actualmente. A la casta le interesa que el estado de terror se apodere de las calles para que la dependencia de los lobotomizados españoles hacia ellos sea cada vez mayor. Esta casta repugnante es ya parte del problema que tiene España.

AD ya sólo confía en nuestras Fuerzas Armadas para que se ponga freno a esta tragedia. Ante situaciones de emergencia sólo caben soluciones de emergencia. La casta no sólo nos roba sino que pone en peligro nuestras vidas y las de los nuestros. Hora es ya de decir ¡Basta! si queremos sobrevivir a esta execrable tanatocracia. Que alguna voz autorizada ponga freno a esta criminal negligencia de políticos, juristas y medios a la carta.

Remataron a la agente en el suelo

Una policía municipal de 59 años, llamada Carmen Muñoz García, ha muerto en un tiroteo ocurrido en la calle Eduardo Barreiros y perpetrado por dos personas, un magrebí y otra al parecer de origen español, en el madrileño distrito de Usera. Su compañero, Santiago Lozano, de 42 años, ha resultado herido en un hombro y ha sido trasladado al Doce de Octubre.

Los hechos han ocurrido cuando los dos varones, que intentaban atracar una oficina de Correos de la zona, comenzaron a disparar contra los agentes.

La mujer fue atendida por los servicios de emergencia en el lugar del suceso pero finalmente no han podido hacer nada por su vida.

Al parecer, tras arrebatar la pistola a uno de los agentes dispararon a la mujer y cuando el compañero quiso ayudarla le dispararon a él. Posteriormente, uno de los atracadores magrebíes parece que remató a la mujer en el suelo. Algunos testigos hablan de que se escucharon tres tiros.

Un portavoz de CPPM dijo que hay una total indignación con la Jefatura de Policía por mantener patrullando en las calles a personas de más de 55 años, como parece que tiene esta agente.

Agentes de la Policía Nacional han acordonado la zona y la investigación del caso la ha asumido el grupo de Homicidios.

La concejala de Urbanismo, Paz González, acudió en representación del Gobierno municipal y confirmó la muerte de la agente. La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, que estaba de vacaciones, ha emprendido su vuelta a Madrid, según informó Telemadrid.