La primera medalla se resiste a la delegación española en los Juegos de Londres. Sugoi Uriarte estuvo muy cerca de ella, pero al final tuvo que conformarse con un diploma olímpica tras caer en la pelea por el bronce ante el coreano Cho Jun-Ho. La decisión de los jueces resultó muy controvertida. Quizá los árbitros sintieron que le debían algo a Cho, al que un rato antes habían dado como perdedor en su combate contra el japonés Ebinuma después de haberle dado la victoria. El caso es que el judoka vasco se quedó a las puertas de la gloria.

Debutante en unos Juegos, Sugoi fue un ejemplo de firmeza desde el arranque de su competición. En el primer combate se impuso al italiano Francesco Faraldo en menos de dos minutos (1:46) por un ippon por inmovilización. En el segundo, hizo lo mismo y superó al representante de Aruba, Jayme Mata, en poco más de un minuto (1:11). Entre combate y combate, el judoka alavés no quería saber nada de la prensa. Estaba absolutamente concentrado. En octavos dejó fuera al andorrano Daniel García González en una pelea que dominó y en el que ya en el minuto y medio había marcado un waza-ari.

A Sugoi le quedaba lo más complicado. Los últimos pasos en dirección al podio. El primero lo dio a la perfección y se metió en las pelea por las medallas tras deshacerse en cuartos del azerbayano Karimov, que en primera ronda había dejado fuera del torneo a Mogushkov, el número tres del mundo. Sugoi tenía dos oportunidades de ser medallista. Si ganaba al húngaro Ungvari lucharía por el oro. De perder, por el bronce. La primera posibilidad no fue posible. Ungvari ganó al representante español por yuko en una pelea cerrada y sucia. Tampoco a la segunda llegó la conquista. Fue un pulso cerradísimo, con tres minutos de tiempo añadido y sin que el marcador se moviera en ningún sentido. Los jueces dictaron sentencia y fue contraria a Uriarte, que se retiró desolado a vestuarios.