Al menos 54 personas han muerto por deshidratación tras más de dos semanas a la deriva en el mar Mediterráneo, a bordo de una patera con la que habían partido desde Libia y con la que confiaban en alcanzar las costas italianas, según ha denunciado este martes el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR). Un portavoz de la agencia, Alexander Aleinikoff, ha lamentado en un comunicado que «54 personas han perdido la vida» tras embarcarse en una travesía que comenzó a finales de junio en Libia y que les mantuvo a la deriva 15 días.

Sólo un hombre, de origen eritreo, ha sobrevivido a la «tragedia». Un grupo de pescadores localizó al superviviente ayer por la noche a poca distancia de las costas de Túnez. Los guardacostas tunecinos rescataron a este hombre y le trasladaron al hospital de Zarzis, donde ha sido tratado por deshidratación y quemaduras. El superviviente ha contado a ACNUR que la embarcación, una lancha hinchable, salió de Trípoli a finales de junio y alcanzó un día después la costa italiana, pero los vientos la empujaron de nuevo mar adentro. Pocos días después, la barca se pinchó y empezó a perder aire. Conforme iban pasando los días, las personas que iban a bordo comenzaron a morir deshidratadas.

Algunos de ellos, incluido el eritreo superviviente, bebieron restos de agua. La mitad de los fallecidos eran de nacionalidad eritrea, tres de ellos familiares del hombre que ha contado el caso a ACNUR. Aleinikoff ha lanzado un llamamiento a todas las embarcaciones que navegan por el Mediterráneo «para que refuercen las alertas ante inmigrantes y refugiados que necesiten ser rescatados». No en vano, «es una de las vías marítimas más transitadas del mundo». En lo que va de año, más de 1.300 personas han llegado a Italia procedentes de Libia, mientras que otras mil han arribado a Malta. Unas 170 personas han muerto o desaparecido desde enero en su travesía hacia costas europeas.