¿Dónde estás, hombre español?
¿Dónde estás hombre español? Viendo la Constitución de Cádiz saliste a las calles sabiendo que tu sangre segarían entre gritos de “¡Viva la Religión!” y “¡Muera la Constitución!” Pero al martirio no temiste pues sabías que lo tuyo no era, ni es, el mundo terreno sino la vida para siempre, sempiterna.
Sangre en los campos y mártires al mundo por doquier, No te piden eso hoy España y Cristo Rey pero sí tienes deber para con ella, hombre español, y no solamente es el fútbol que tras él claudiques y escondas la bandera.
Mira que tu Patria muere (quizás otra vez del mal que murió la Lola) y no queremos prepararle una mortaja, ni hoy ni nunca, sino un bello jardín para la Primavera que ha de llegar y veamos amanecer España.
Mírate, hombre español, que te dejan entre socialistas y liberales desposeido hasta de tus breves oraciones. Que te han quitado morada e incluso comida en muchos casos y no solamente, pues aquí anda como “león ruigente” (que dijera San Pedro) el enemigo socialista y liberal para arrancarte tu fe católica también.
Recuerda a tus padres, hombre español, que su vida dieron por ver tu vida rica en Fe, en pan y en justicia y hoy a tus compatriotas unos simples mendrugos de pan y algo de la fe de sus abuelos les queda.
Si contemplamos al compatriota con maltrecho corazón viendo el derrumbe de su Patria recordaremos lo que el Ausente (José Antonio) nos dijera, que no nacemos afiliados a partido político alguno mas sí a una patria común y a otra cuasi análoga que es la patria doméstica, la familia.
Recuerda también lo que en Rerum Novarum nos dijese León XIII, que “un Estado que no procure y logre el bien común completo de todos no será un Estado de desear sino que más bien será indeseable”.
¿Dónde estás hombre español? La Patria común que dijera José Antonio espera que aquellos que siendo hermanos en ella conozcan el verdadero patriotismo (y no el del fútbol) y lleven un proyecto común para salvarla.
¿Tienes algo que agradecer a esta democracia liberal, hombre español?
¿Qué te trajo además de hambre, ociosidad insatisfecha, sodomía, pusilanimidad, tibieza y deseo del inalcanzable “Demiurgo dinero”?
No es derecho, hombre español, sino grave obligaciónque defiendas a tu Patria. ¿Qué nos diría el Santo de Tagaste? Pues que “ames a tu prójimo, más que a tu prójimo a tus padres, más que a tus padres a tu Patria y más que a tu Patria… solamente a Dios.”
¿No ves entrar el terrorismo cada día (cuando tienen ganas de ir, claro) en el Congreso y ya legalizado por completo tu democracia liberal le da la palmadita en la espalda y sonría cual amigo y cómplice fuese?
Democracia, libertad e igualdad te gritan al oído como si estuviésemos aún en la masónica Revolución francesa y tu Patria dividieron en diecisiete territorios esos demócratas usurpandote la igualdad. La libertad ya te la quitaron hace lustros impidiendote formar una familia y mantenerla. Y con una llamada libertad religiosa igualaron tu fe verdadera a otras falsas.
¿Reconoces a tu Patria, hombre español? No se quedó Santiago en simple oración y elevando los ojos al Cielo, sino que luchó por las tierras y la Fe.
¿Olvidaste ya a Santiago y la herencia que él dejase a la Hispanidad católica?
¿Y tú, joven español, olvidaste a San Pelayo que no fue tibio ni cobarde y animoso confesó su fe como Cristo en el desierto rechazó los poderes terrenales que la serpiente en forma de Rey mahometano le ofreciese?
Te los traigo a la memoria para que recuerdes a Santiago y San Pelayo cómo se enfrentaron (en diferente endad y condición) al mismo enemigo por la Fe y por España.
Hoy no está solo el hombre español. Hay muchos más que unidos como centurias en un frente común quieren rehacer la España destruida a manos de socialistas y liberales. Recomponer la Fe, la justicia y el pan.
Despierta, hombre español, y afronta con el Ausente que “nuestro sitio está ahí fuera, bajo la noche clara, arma al brazo y en lo alto las estrellas”.
Cuanta fe y cuanta España, en los evangelios de tu religion no se nombra a España, lo sabias, vamos España ni existia, existian las provincias romanas, territorio de una potencia extrangera, lo que si dice es amaras a dios con todas tus fuerzas y amaras a tu projimo como a ti mismo, en resumen, “paz y amor”, tu solo hablas de guerras y de España España España, “ama, ama y ensancha el alma” y deja de masturbarte con palabreria fascistoide y retrograda.