UP, la gran aventura del matrimonio
Ramiro González.- El pasado fin de semana, ha tenido lugar el Congreso Mundial de las Familias en Madrid. El evento me ha servido de excusa para rendir homenaje a una película de la que muy pocos nos acordamos. En su momento, se ganó los aplausos de la crítica y de una parte del público, pero no de todos. Y creo que muchos no se han parado a pensar lo que nos viene a contar esta maravillosa cinta. “UP”, la que es en mi opinión la mejor creación de los estudios de animación Pixar, nos cuenta lo que es el Matrimonio.
Sin duda, creo que es una película muy necesaria para estos tiempos inciertos, en los que determinados grupúsculos pretenden acabar con la Familia, y el Pilar que la sostiene, el Matrimonio. Este artículo no va dirigido a esos grupúsculos solo, más bien a todo el mundo, para recordar que el Matrimonio es algo serio y no un medio por el que conseguir un esclavo/a para que nos planche la ropa.
Ya lo estableció muy bien el Papa Pío XI en su encíclica Casti Connubii: “el matrimonio no ha sido instituido ni restaurado por obra humana, sino divina; que ha sido protegido con leyes, confirmado y elevado no por los hombres, sino por el propio Dios, autor de la naturaleza, y por el restaurador de esa misma naturaleza, Cristo Nuestro Señor; leyes que, por consiguiente, no pueden estar sujetas a ningún arbitrio de los hombres, a ningún pacto en contrario ni siquiera de los propios contrayentes”.
Por lo tanto, al ser algo instaurado por Dios, NADIE tiene el derecho ni el poder para decir que dos hombres o dos mujeres son un Matrimonio, en todo caso será Dios el que lo pueda establecer. Por supuesto que la voluntad humana tiene algo que decir al respecto, por que “se unen y se funden las almas, y éstas más y más estrechamente que los cuerpos; y no por un afecto pasajero de los sentidos o del espíritu, sino por deliberada y firme decisión de las voluntades; y de esta unión de las almas, estableciéndolo así Dios, surge el vínculo sagrado e inviolable”. Pero resulta que el objetivo del Matrimonio es, ni más ni menos que la prole (Esto mismo lo deduce bellamente San Agustín al comentar las palabras del apóstol San Pablo a Timoteo, diciendo: «El Apóstol es testigo, por consiguiente, de que las nupcias se contraen para la procreación: Quiero –dice– que las jóvenes se casen». Y, como si le preguntaran: ¿Para qué?, agrega inmediatamente: Para que procreen hijos, para que haya madres de familia”).
Por eso mismo tampoco las parejas del mismo sexo podrán ser nunca un Matrimonio, porque no están abiertos a la procreación por incompatibilidades biológicas. La cuestión es que el Matrimonio es un compromiso, es una entrega personal. ¿Qué es lo que entregas? Pues tu cuerpo y tu alma, a otra persona con la que quieres pasar el resto de tu vida, a la que entre otras cosas prometes fidelidad, elemento clave para que la convivencia conyugal funcione.
En estos tiempos en los que se denigra el concepto de compromiso y se sustituye por el hedonismo basado en los más bajos instintos; tiempos en los que se pretende destruir la Familia para sustituirla por un Estado adoctrinador que transforme a los hijos en algo robots carentes de moral y personalidad, “UP” se convierte en una obra imprescindible. No he hablado aquí de la Ideología de género porque eso me lo reservo para otro artículo en el que hablaré de una película llamada “Bella”.
una historia muy tierna y aunque sea para niños a mí me gusta, Ramiro sabes elegir