Athletic-Barcelona. Final de la Copa del Rey en el Estadio Vicente Calderón. En la imagen, momento de la pitada durante el himno español.

El alcalde de Getafe, Juan Soler, ha respondido hoy al portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid, Jaime Lissavetzky, y ha mostrado su extrañeza porque disculpe a Villar “tras padecerlo ocho años” después de los insultos de las aficiones a Esperanza Aguirre en la final de Copa del Rey.

El regidor getafense continúa con la polémica sobre los insultos que los aficionados de Athletic y Barcelona gritaron contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, durante la final de la Copa del Rey, por los cuales Juan Soler solicitó la dimisión del presidente de la RFEF, Ángel María Villar. En el día de hoy, Jaime Lissavetzky ha catalogado de “exagerada” esta petición y ha señalado que Ángel María Villar “no tiene la culpa de estos comportamientos”.

Juan Soler ha replicado que le “extraña que el señor Lissavetzky, que conoce mucho mejor que yo los defectos de Villar tras padecerlo ocho años durante su etapa como secretario de Estado para el Deporte, ahora le defienda pese a la gravedad de los insultos”.

El también diputado regional por el PP ha aseverado que “estos hechos no han sido fortuitos. Existe un organizador, que es la Federación Española de Fútbol y Villar es el máximo responsable en la final de la Copa del Rey”.

Soler ha destacado que la irresponsabilidad política “no existe”, sobre todo desde que Rodríguez Zapatero se marchó del Gobierno, y ha añadido que “si Villar no ha sabido administrar ni ha tenido capacidad de evitar las graves ofensas del viernes, debe dimitir tras más de 25 años de disfrute en el cargo”.

El alcalde de Getafe ha hecho hincapié en que en un estadio el responsable en el caso de que haya incidentes es el equipo de la afición local o el organizador del partido, “como es el caso de la Real Federación Española de Fútbol en una final de Copa”.

Por último, Juan Soler ha apuntado que en numerosas ocasiones los clubes han tenido que afrontar duras sanciones por incidentes ocurridos en sus campos. “En otros países se han suspendido partidos al escucharse insultos racistas y la presidenta de todos los madrileños también merece consideración y respeto”, ha concluido.