El Bayern de Múnich ha conseguido eliminar al Real Madrid, en las semifinales de la Liga de Campeones, por lo que jugará la gran final que se disputará en su estadio, en el Allianz Arena, tras un encuentro de vuelta que se decidió en los penaltis y en los que Cristiano, Kaká y Ramos fallaron sus respectivos lanzamientos y Swanstaiger marcó el definitivo penalti, dejando helado así al Santiago Bernabéu.

El duelo no pudo ponerse más de cara para el conjunto de José Mourinho, cuando Cristiano Ronaldo inauguró desde los once metros el luminoso, después de que el árbitro decretase pena máxima tras un disparo de Di María que Alaba cortó con la mano. Poco después, Robben tuvo un balón a un metro de la línea de gol que falló incomprensiblemente, con Casillas en el suelo. Y casi, de inmediato, gracias a un avance rapidísimo del Real Madrid, con un pase de Özil hacia Ronaldo que, libre de marca en la frontal del área, baitó a Neuer. El Bayern siguió disfrutando de llegadas y ocasiones, y en una de éstas, Pepe cometió penalty y Robben no falló. En los últimos 15 minutos de la primera mitad, tanto unos como otros siguieron disfrutando de oportunidades claras de marcar.

Tras el descanso, con el 2-1 en el marcador, el partido se volvió lento, cada vez con más nervios, según se echaba el tiempo encima. Mourinho dio salida a Kaká ante un Di Maria que no estuvo bien en el partido. Y ni aún así. Heynckes mantuvo a los mismos once y la sensación que había sobre el césped era la de que cualquier fallo condenaría a cualquiera de los dos equipos. Las escasas ocasiones, además, se produjeron sin acierto entre los tres palos.

Con el 2-1, se produjo una prórroga en la que el Real Madrid pareció resucitar y buscó el gol, alentado por su público, con mucha mayor intensidad que lo visto hasta entonces. Si bien, el peligro no desapareció de la portería defendida por Casillas. Robben y Mario Gómez pudieron haber marcado un gol que hubiera sido definitivo para el equipo alemán. Higuaín entró a modo de revulsivo, pero nada cambió. El partido de decidiría en la tanda de penaltis.

En ella, Cristiano y Kaká comenzaron fallando las penas máximas para el conjunto blanco y, pese a que Casillas devolvió la ilusión a los suyos parando otros dos penaltis, Sergio Ramos mandó a las nubes su lanzamiento y permitió a Swanstaiger marcar el definitivo penalti dando así el pase al conjunto alemán.