La tiranía de la penitencia
Pascal Bruckner.- El sentimiento de culpa y de penitencia que caracteriza hoy en día a Occidente tiene su origen en el concepto cristiano del pecado original. Es verdad que para la religión cristiana el hombre es culpable desde su nacimiento y sólo puede ser salvado por la redención. Las ideologías laicas han heredado este concepto, pero han ido más allá y han sobrepujado sobre ese mensaje. La condena y el arrepentimiento han invadido los espíritus y Occidente ha llegado a querer en sí y para sí el arrepentimiento y su corolario la penitencia.
De hecho este arrepentimiento y esta penitencia impiden juzgar al otro. Occidente ha pecado demasiado como para permitirse el juzgar a otros. E incluso, si a pesar de todas las excusas y explicaciones dadas el otro es reconocido como malo, la culpa no puede incumbir más que a Occidente que lo habría corrompido; el odio a Occidente está pues justificado. Occidente es intrínsecamente malo y criminal. Así habla el catecismo progresista actual.
Además, este antioccidentalismo instila el relativismo y la duda destructiva. La autodenigración de Occidente ha llegado a ser tan fuerte que toda colaboracion con sus enemigos es considerada como justa. La condición de la felicidad universal residiría en la muerte de Occidente. Toda resistencia a las agresiones se ve de esta manera aniquilada. De ello resulta que esta “felicidad” de desequilibrado resulta más del odio a sí mismo que del amor a los otros. Nosotros los occidentales seríamos a priori unos “cabrones”, este axioma es incontestable, es el postulado de toda supuesta sana reflexión sobre el mundo y sobre nosotros mismos. Necesitamos la cruz, queremos llevar una cruz, y como no somos para nada modestos, queremos llevar la cruz del mundo, la “madre de todas las cruces”, la de la humanidad entera.
Occidente y más particularmente Europa quieren ser pacíficos. En Europa, desde 1945 la violencia se ha vuelto tabú. El culto del anti-héroe se ha convertido en norma. La crítica se ha vuelto permanente. No una crítica que nos libere del prejuicio, pero sí una crítica que se transforma en prejuicio. La responsabilidad de las ideologías de izquierda es manifiesta. Es el dogma de la ideología marxistra-leninista que no ha dejado de atacar a Occidente, y podemos preguntarnos si la razón de ser de esa ideología no es más el odio de Occidente que la “liberación de los pueblos oprimidos”. Sin embargo las consecuencias ideológicas y filosóficas de esa autocrítica van más lejos. De hecho Occidente hace contínuamente su autocrítica y organiza su proceso (¿estalinista?) todas las mañanas. Esto llega muy lejos, ya que la crítica y condena de Occidente ataca a su ser y hace el proceso de su historia, que no podía en su lógica llevarlo más que a los crímenes contra la humanidad y otros genocidios que jalonan su pasado.
Occidente está enfermo, sobre todo Europa. A sus crímenes totalitarios del siglo pasado hay que añadir la culpa del colonialismo y de la esclavitud, y así pasamos de arrepentimiento en arrepentimiento. Esto daría derecho a los extranjeros (no europeos y no occidentales) y más particularmente a los inmigrantes a la posesión de un crédito ilimitado en materia de reclamaciones y agravios por reparar. Según esta empresa de culpabilización tenemos una deuda contraída con los ex-colonizados y sus descendientes, y ya puestos, lanzados sin freno por la pendiente de la culpa y la autoflagelación, hacia todos “los pobres y humillados del mundo”, que lo son (no se conciben otras causas ni otros culpables) por nuestras faltas.
En esa óptica, la inmigración sería el pago de esa deuda. Llegan a nuestra casa visitantes airados cargados de legitimidad y con las maletas llenas de reclamaciones justas. Se trata para ellos de sacar el máximo provecho de esta situación. Asistimos a la sobrevaloración de la “víctima”, que no acepta ni tan siquiera que se pueda poner en duda ese título y las reparaciones que le corresponde. Considerarse víctima es ante todo dotarse del doble poder de acusar y de reclamar. El famoso deber de memoria no es invocado por unos más que para suscitar el deber de penitencia de los otros.
Frente a esta lógica establecida, ya no hay lugar más que para los “cabrones” por un lado y los “justos” por el otro. La “memoria” se transforma en un instrumento político. Las minorías que se autocondecoran con el título glorioso de víctimas son sobrevaloradas e intocables. Empieza entonces un campeonato de martirología y los privilegios y ventajas que conllevan y que nuestra sociedad está dispuesta a otorgar a los supuestos mártires son transferidos a esas minorías, los “justos”, a costa del bolsillo de… los “cabrones”, ¡cómo no!. Entramos en una dinámica que alimenta sin cesar el proceso a Occidente. Por otra parte esta práctica es contagiosa e incita a otras minorías en el seno mismo de Occidente a presentarse como demandantes por agravios reales o imaginarios padecidos a lo largo de la historia por unos comportamientos desviados y culpables de cualquier naturaleza.
Esta ideología de la culpabilización a ultranza y sin límites es entretenida por la izquierda como el super ego de Occidente. Pero detrás del discurso filantrópico se esconde en realidad una exacerbación de los egoísmos, pues en este rechazo de Occidente cada cual acaba por defender sus propios intereses. El individualismo resultante de esta situación está en el origen del declive de nuestras sociedades.
Ante este declive Europa desarrolla entonces la necesidad de encontrar culpables. La ideología izquierdista, dominante desde 1945, ha encontrado a los culpables: los propios europeos, ricos, prósperos, egoístas… Un anticapitalismo de tertulia se desarrolla en las clases medias. Este odio de sí mismo está en el origen del odio a la nación más rica y más próspera de Occidente, los EE.UU. Odio de los EE.UU en una Europa que prefiere la quietud del arrepentimiento a la resistencia.
La Europa que se quiere culpable utiliza en definitiva esta culpabilidad para no actuar y refugiarse de esa manera en una seguridad teñida de cobardía que la empujaría a no responder a las agresiones con el pretexto de no ceder a las provocaciones. Los EE.UU que reaccionan, con mayor o menor fortuna (esa es otra cuestión) a las agresiones se convierten en la diana de una Europa que teme que esa política agresiva pueda poner en peligro su seguridad tan cobardemente lograda. Ante una Europa penitente y pasiva, incluso temerosa, tenemos a los EE.UU activos, decididos, desacomplejados. En consecuencia hay que desmarcarse de los EE.UU como del “mal Occidente”, capitalista y dominador, mientras que Europa sería pacífica, incluso angélica.
La realidad es que Europa en su conjunto y los países que la componen individualmente, han perdido incontestablemente credibilidad en la escena mundial. Frente al terrorismo Europa da la impresión de no querer defenderse inflingiendo daños severos al enemigo. “Agachémonos un poco más, demósles excusas a los terroristas, seamos comprensivos con ellos, escuchemos sus argumentos, tal vez nos lo tendrán en cuenta”, esa parece ser la línea política puesta en práctica en Europa.
Los europeos debemos abandonar nuestros complejos artificialmente creados y oponer al “deber de la memoria” el deber de nuestras glorias. El remordimiento que se cultiva aquí es un error, y muy grave. Europa debe salir de esa culpabilización a ultranza que nos acompleja y nos castra desde 1945, y volver a jugar un gran papel en la Historia o prepararse para desaparecer de la escena del mundo. Para ello hay que situar los hechos en esa misma Historia y cerrar de una vez este proceso y todos los que pudieran ser abiertos en relación a las matanzas de los últimos 3000 años. La tiranía de la penitencia tiene que llegar a su fin.
Curioso pero hace apenas unos lustros que nuestra Europa,no tenia esos problemas,será debido a que estamos en el ocaso y otros pueblos toman el relevo,pero,¿qué relevo?,¿qué pueblos?,que hay fuera de nuestro continente,que no sea caos,miseria,gobiernos corruptos o dictatoriales,¿qué vemos a nuestro alrededor?, podemos los europeos aprender de otros pueblos,¿qué podemos ver de interesante? NADA.Europa exporto no solo los modos y formas de gobernar,de llevar la economia,la cultura de las relaciones entre los pueblos,las leyes internacionales no solo las diplomáticas,también las del derecho romano y anglosajón,los avances en los derechos humanos las lenguas en el caso nuestro el español,que se habla… Leer más »
Lamentable artículo.
Como siempre echando la culpa al cristianismo y sin saber nada ni entender nada de cristianismo.
Cualquier tonto se da cuenta de que esto está pasando precisamente porque hemos dejado de ser cristianos.
Tu confundes cristianismo histórico y tradicional-que ya casi no existe- con el crsitianismo reformado(corrupto y progre) vaticanosegundista que es el que padecemos.
La jerarquía católica está podrida.
Señor A.J. No me de precisamente usted lecciones de cristianismo. Por lo que le he leído usted lo único que entiende de cristianismo son las fantasías que tiene metidas en su cabeza, como el judío de raza que escribe este artículo. Ya le han dicho varias veces que solo hay un cristianismo, el que enseña la Iglesia Católica, y todo lo demás es herejía. Otra cosa es que haya crisis en la Iglesia, pues hasta el menos espabilado comprende que la Iglesia es el objetivo número 1 para el demonio y nunca ha dejado de atacarla de todas las formas… Leer más »
A.J
Muy bien dicho.
el cristianismo fue criminal desde sus orígenes, lo que está pasando es porque seguimos siendo cristianos, solo que secularizados, lo que es peor.
léase “historia criminal del cristianismo” de Karlheinz Deschner.
lo único que se necesita para no ver lo criminal del cristianismo en su esencia axiológica es una ENCENDIDA VOLUNTAD DE NO VER
Nota del moderador: El susodicho Fer escribe desde Argentina. Sin pretenderlo, ha sucumbido al sueño de sus compatriotas cuando llegan a España. De meloneros pasan a ser psicólogos. Este se ha quedado en un mal teólogo.
Exquisito artículo, Pascal Bruckner es el pensador frances reconocido y galardonado – deberían publicarlo en medios de comunicación mayoritarios.
Penitencia…Concepto Cristiano..o concepto semita? Fijaos que a los presos se les mete en la carcel para llevar a cabo una funcion reinsertora, no de penitencia. A mi me da igual, para mi ser Cristiano es estar en el amor de Dios, y por ser cristiano no hace falta cumplir penitencia alguna, excepto la del arrepentimiento de corazon. Son los judeo-crstianos los que viven en la dislexia, y es normal! acaso no fueron los semitas quienes crucificaron a Jesus Krisna? All you needs is love, pero el codigo penal hay que cumplirlo, claro!
Jesús Krisna…
tela… un alucinado.
El sentimiento de culpa y de penitencia que caracteriza hoy en día a Occidente tiene su origen en el concepto cristiano del pecado original.
¡Falso a más no poder! ¿Tenían ese sentimiento de culpa en la Edad Media? ¿Lo tenían Franco y Hitler, dos grandes líderes católicos? ¿Lo tienen Rusia, o Hungría, naciones cristianas?
Como católico crítico con mi fe, no niego que, sin el amparo del patriotismo, el cristianismo tienda a la progresía (véase Cáritas), pero culpar al cristianismo de los males sociales occidentales es una estupidez.
Hitler no era un gran líder católico, no te engañes, Hitler fue bautizado pero Hitler no era un hombre religioso,de hecho en Alemania ato muy en corto y acosó a la jerarquía católica, nada que ver con el foribundo catolicismo de Franco.
Debería usted lavarse la boca antes de hablar de Franco y su catolicismo, sobre todo porque usted como muchos es un descastado y un ciego. Pío Moa, otro ateo pero bastante razonable, lo explica bastante bien. Y para furibundo su paganismo radical que hasta le nubla la capacidad de razonamiento.
“furibundo su paganismo radical” son insultos. y no hay cosa mas irracional que un católico
perdique con el ejemplo, cristiano.
Nota del moderador: El susodicho Fer escribe desde Argentina. Deducimos a través de su odio vesánico al cristianismo que debe tratarse del nieto resentido y bastardo de algún faccioso criminal de la II República española que logró escapar de la Justicia.
http://www.youtube.com/watch?v=y2zG1YCHSII
http://2.bp.blogspot.com/__xp0VSihIs0/TCgE5bzWvtI/AAAAAAAAPgg/vE3xkb4h-dk/s400/hitler+iglesia.jpg
Hitler era católico, como buen bávaro. Otra cosa es que no fuera tan devoto como Franco, y que su sistema político lo basase en el racialismo más que en otra cosa (Franco lo basó precisamente en el catolicismo),
Querido Luis, Hitler no se puede decir que era un católico ejemplar, tan solo era bautizado, en eso tiene razón A.J. Mas bien era un apóstata paganizado, mas o menos como el mismo A.J. No deje usted que los paganos le lleven a engaño, eso de que sin el amparo del patriotismo, el cristianismo tienda a la progresía es absolutamente falso y esa mentira no dejan de repetirla los idólatras fascistoides. No les crea y no caiga en la trampa. Rece y pida los dones de sabiduría, conocimiento y discernimiento al Espíritu Santo, y por supuesto esmérese en el estudio… Leer más »
el führer no fue católico, ignaro
y sí, el cristianismo es culpable
Artículo buenísimo, ya quisieramos verl algo medianamente parecido en cualquier medio de “información” mayoritario. Así es, el pensamiento progre es una evolución del pensamiento judeocristiano hoy secularizado, el cristianismo guerrero protegió Europa de las invasiones islámicas, ese cristianismo solo era la excusa, un reflejo del espiritu guerrero de los pueblos europeos. El judeocristianismo actual promueve la globalización, el liberalismo y la solidaridad con”el debil” del tercermundo. El origen inicial de tod esta secularización de las ideas cristianas se halla en Rousseau y”El mito del buen salvaje”, al igual que el marxismo tiene su verdadera raíz en la revolución francesa y… Leer más »
Deje de echar culpas a la Iglesia, ya se le ha explicado que una cosa es Iglesia y otra el clero y su jerarquía, y ni siquiera ahí los problemas son tan evidentes y usted no tiene ni la mas mínima idea de la gravedad y dificultad del asunto. Los hombres sabios procuran no hablar de lo que desconocen; usted no es un hombre sabio, ni se esfuerza en serlo. Y deje de echar culpas a la Iglesia y a todos los demás sin antes hacer examen de conciencia. Usted no tiene culpa alguna en lo que está pasando, ¿verdad?… Leer más »
Di que sí. La culpa de todos los males de Occidente es de la Iglesia. Desde luego, el sionismo y la masonería no tienen la más mínima implicación. La culpa recae únicamente en Juan Pablo II y en Ratzinger.